Los retos financieros para el desarrollo no tienen secretos para Eric Toussaint. Fundador en 1990 del Comité para la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo (CADTM), este politólogo belga ha colaborado con el gobierno ecuatoriano para poner en marcha el Banco del Sur. 1 A pesar de la parálisis actual de esta organización Toussaint todavía cree en este proyecto iniciado en 2007 por siete países de América del Sur como una alternativa progresista al Banco Mundial. Es, sin embargo, crítico sobre la inversión prevista anunciada por los cinco principales países emergentes (los BRICS).
Los BRICS anunciaron que quieren crear una alternativa al Banco Mundial (BM). ¿Es una buena noticia para el desarrollo?
Eric Toussaint: Querer crear una alternativa al BM sería en efecto una excelente noticia, pero no creo en absoluto que éste sea el caso. Los cinco países que constituyen los BRICS son países capitalistas emergentes que pretenden preservar sus intereses, en la medida en que el Fondo Monetario Internacional (el FMI) y el BM son instrumentos controlados por las grandes potencias tradicionales. El Nuevo Banco de Desarrollo (NBD) quiere marcar su diferencia, prometiendo que no pondrá condicionalidades a sus préstamos, como planes de ajuste estructural, y aplicar el principio: un país-un voto (¿pero lo hará?). Eso no basta para constituir una alternativa. Sería solo un mal menor.
Resumiendo: ¿se cambiaría un BM sujeto a Washington por un NBD al servicio del imperialismo chino?
Se puede hablar, siguiendo al economista brasileño Rui Mauro Marini, 2 de sub imperialismo, en el sentido que estos países, Brasil y China a la cabeza, invierten en masa en los países en desarrollo para defender intereses políticos o económicos propios, no para el desarrollo de los países donde invierten. Lo que los diferencia del imperialismo, como el de los Estados Unidos, es que no emplean – ¿aún? – medios militares. A excepción de Rusia.
¿Cuál sería para usted, una verdadera alternativa al BM?
El anuncio en 2007 de la creación del Banco del Sur (BdS) representaba esa esperanza. A pedido del presidente Rafael Correa y de su ministro de finanzas, Ricardo Patino, participé en la redacción de la propuesta ecuatoriana en ocasión de la creación del Banco del Sur. Ecuador y Venezuela tenían una visión clara de lo que querían: una institución que sirviese al empleo y a la integración continental. Tenían además la idea de proyectos bien concretos, como el de una industria farmacéutica de productos genéricos, o la reconexión de los países de América del Sur mediante una red ferroviaria, con producción local del material rodante, lo que significaría menos polución y adelantos industriales y tecnológicos. El BdS, implica además una moneda común y alternativa, el sucre. También la idea de transferir medios de pago de los países mejor dotados en reservas de cambio hacia otros. Era un proyecto de integración, que tenía en cuenta el interés de los pueblos y habría podido ampliarse a Centroamérica y al Caribe. El BdS quería ser transparente – cuentas públicas, auditorías externas – y democrático. Para poder ser una alternativa al BM, era necesario ser un ejemplo, y un ejemplo ambicioso. Para ello, se excluyó que los funcionarios del BdS se beneficiaran de una inmunidad judicial, contrariamente a los del BM…
Lamentablemente, el Banco del Sur aún no ha comenzado a operar. Siete años después de su fundación, ¡el banco aún no otorgó ningún préstamo! Las autoridades venezolanas anuncian su puesta en marcha antes del finalizar el 2014. Hay que seguir el caso de cerca.
¿El Banco de los BRICS tendrá mejor suerte?
¿Llegarán a ponerse de acuerdo sobre proyectos comunes? Uno puede preguntarse si estos cinco países no se asociarán sobre todo para mostrar a las potencias tradicionales que podrían hacerlo. En realidad, a mi modo de ver, estos cinco países tienen muy pocos intereses en común.
¿Tienen la capacidad financiera para poder hacer operativo tal banco?
¡Sin duda! China sola, posee más de 3 billones (3 millones de millones) de dólares en reservas con las que no sabe qué hacer. Es enorme, casi dos veces el total de deudas públicas externas de los países en desarrollo. Gran parte de ese dinero está colocado en Bonos del Tesoro de los Estados Unidos. China es el primer acreedor de los Estados Unidos. Brasil y Rusia, también, tienen reservas en divisas, muy importantes. Sólo Sudáfrica tendrá dificultad en aportar los 10 mil millones de dólares que le corresponden para integrar el capital de lanzamiento del Banco (que se añaden a los 5 mil millones que deben pagarse al fondo de reserva).
¿La inversión de Brasil en el NBD no es la firma del acta de defunción del BdS?
Es una mala señal… Pero, con o sin Brasil, Suramérica posee aún los medios financieros de empezar este proyecto. A mi modo de ver, Brasil es el principal responsable de la parálisis actual del BdS. Brasil posee su propio banco de desarrollo, el BNDES, que invierte enormemente en el extranjero. ¡Su peso, en Suramérica, equivale al del Banco Interamericano de Desarrollo y a los préstamos del BM en la región! Brasil favorece al BNDES. Sólo participó en el BdS para frenar a un competidor potencial.
Este fracaso y las dificultades financieras actuales de Argentina y Venezuela ¿no son la señal de que el sueño de independencia latinoamericano estaba fuera de toda posibilidad?
En el momento en que Hugo Chávez propuso el BdS, ¡el proyecto era totalmente razonable! 3
El error fue quizá pensar que era necesario a toda costa incluir a Brasil en el grupo.
La mayoría de los países del continente a pesar de todo probó que podían alejarse del consenso neoliberal. Nuevas instituciones comenzaron a funcionar, tal como el ALBA. Está también la decisión de Ecuador, Bolivia y Venezuela de retirarse del tribunal del BM en materia de inversión. Y el aumento de los impuestos pagados por las grandes empresas extranjeras que explotan los recursos naturales de estos países. Lo hecho es insuficiente teniendo en cuenta las potencialidades reales de estos países y los desafíos a superar, pero aún están a tiempo: sería necesario una fuerte reacción en los dos próximos años. Algunos responsables gubernamentales dirigen sus esfuerzos en ese sentido.
Si no ocurre esa reacción, mucho me temo que Suramérica sufra importantes dificultades financieras. Una situación similar a la de la crisis de la deuda de 1982 está en el aire.
¿Hay señales precursoras?
Sí, los Estados Unidos se preparan a aumentar las tasas de interés que bajaron en masa con la crisis de 2007-2008. Eso va a aumentar la refinanciación de la deuda en el momento en que las rentas de los Estados sudamericanos están amenazadas por una reducción de la demanda mundial de materias primas. Temo que estos países se den cuenta de aquí a dos o tres años, que no aprovecharon una espléndida ocasión, durante la última década, de dotarse con instrumentos financieros alternativos destinados a blindarlos contra decisiones tomadas por los países del Norte.
Traducido por Guillermo F. Parodi
notes articles:
1 Ver Eric Toussaint, Banco del Sur y nueva crisis internacional, Editorial Abya-Yala, Quito, 2008. Ver también la edición hecha por Viejo Topo, Barcelona, 2008.
2 Ver las obras de Rui Mauro Marini: http://www.marini-escritos.
3 Ver las intervenciones de Claudio Katz, Eric Toussaint, Pedro Paez, Haiman El Troudi y Hugo Chavez en Respuestas del Sur a la Crisis de la Economía Mundial, Escuela Venezolana de Planificación, La Rinconada, Caracas, Miércoles, 8 de octubre de 2008 Texto completo:
http://venezuela-us.org/es/wp-
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