Uno de cada tres niños que vive en México es pobre, el país se ubicó este año en el sitio número 80 en cuanto a ingreso per cápita -abajo incluso de Sudáfrica, en el sitio 76-, aunque la riqueza que genera coloca a la economía como la décima más importante del mundo. Son datos del […]
Uno de cada tres niños que vive en México es pobre, el país se ubicó este año en el sitio número 80 en cuanto a ingreso per cápita -abajo incluso de Sudáfrica, en el sitio 76-, aunque la riqueza que genera coloca a la economía como la décima más importante del mundo. Son datos del Banco Mundial que hablan de una creciente desigualdad en la distribución del ingreso y que, a juicio de especialistas, hacen crecer una gran interrogante en torno a la afirmación del gobierno federal de que la pobreza extrema, medida en función del número de personas que viven con un dólar por día, «se redujo» 62 por ciento en los últimos años.
En la última semana, mientras la atención en las noticias se ha centrado en la intención del gobierno federal de eliminar de la elección presidencial de 2006 a Andrés Manuel López Obrador, jefe del gobierno capitalino, el presidente Vicente Fox ha introducido en sus discursos la afirmación de que el número de mexicanos que vive en pobreza extrema ha bajado más de 62 por ciento, una aseveración cuestionada por especialistas.
«Hablar de que se redujo la pobreza extrema en 62 por ciento es una gran mentira», opinó el especialista Julio Boltvinik, experto de El Colegio de México y también diputado por el Partido de la Revolución Democrática. «La pobreza no ha bajado y sí en cambio ha aumentado la desigualdad en la distribución del ingreso en los últimos años, como es evidente para cualquiera», dijo.
Hace una semana, el gobierno mexicano informó sobre el avance en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, un conjunto de metas a que se comprometieron en 2000 los países integrantes de las Naciones Unidas para que en 2015 la pobreza en el mundo fuera la mitad de la registrada en 1990. En esa ceremonia, realizada en Los Pinos, la secretaria de Desarrollo Social, Josefina Vázquez Mota, dijo: «se ha reducido en casi 62 por ciento la población con ingresos per cápita inferiores a un dólar diario».
Para organismos internacionales como el Banco Mundial y la Organización de las Naciones Unidas una persona vive en pobreza extrema cuando su ingreso diario disponible es de hasta un dólar, 11.30 pesos al cambio actual.
Se trata de una medición que permite una gran manipulación, considera Boltvinik. «11.30 pesos por día es tan poco que realmente el número de personas en esa condición se reduce. E incluso si ganan un centavo más ya no son considerados pobres extremos».
El uso de la cifra para hablar de una reducción de dos terceras partes en el número de pobres extremos en el país contradice, también, mediciones elaboradas por el Comité Técnico para la Medición de la Pobreza, un ente de expertos avalado por la Secretaría de Desarrollo Social. Este comité establece que el ingreso necesario para satisfacer las necesidades mínimas de una familia es de 70 pesos por día.
Así, mientras el tipo de afirmaciones del gobierno federal pueden llevar a pensar que los pobres en el país son cosa del pasado, la forma en que organizaciones internacionales ven el tema es menos optimista. En marzo, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) divulgó un reporte en el que dijo que México es el país peor situado en cuanto a la pobreza infantil dentro del grupo de países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Uno de cada tres niños, o 28 por ciento del total, es pobre en México, mientras que en otros países de la OCDE esa cifra es mucho menor: en España, 13 por ciento de niños son pobres (0.13 de cada 100) o Dinamarca, 2.4 por ciento (0.02 por cada 100).
Ann Wright, autora del informe del Unicef, dijo en una entrevista con la televisora inglesa BBC el primero de marzo pasado: «el gobierno mexicano no está haciendo prácticamente nada para reducir la pobreza infantil». Ese informe reconoce que más madres mexicanas están obteniendo empleos y logran asistir a la universidad. Pero agrega que los salarios de padres y madres han caído dramáticamente en el sector más pobre de la población.
Esta apreciación es avalada por cifras del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI). El organismo oficial indica que la población económicamente activa se sitúa actualmente en 43 millones de personas, de las que sólo 12.5 millones se encuentran en la actividad formal, un número similar al de finales de 2000.
Según el INEGI, están registradas 26 millones de personas como «población ocupada», de las cuales 7 por ciento ganan menos de un salario mínimo (42 pesos diarios); 20.7 por ciento, entre 1 y 2 salarios mínimos; 46.2 por ciento de dos a cinco salarios mínimos y el resto más de cinco minisalarios.
Las cifras sobre empleo y percepciones tienen que ver con una forma de ver el tema y la manera de superar esa condición.
«¿Qué se necesita para acabar la pobreza?», preguntó la Secretaría de Desarrollo Social a mexicanos pobres en una encuesta reciente. Sencilla: «Más empleo y mejores salarios», factores que concentraron 48 por ciento de las respuestas de los entrevistados.
Hace una semana, el Banco Mundial dio a conocer los Indicadores del desarrollo mundial 2005. En ese informe, el organismo ubicó a México en el sitio 80 en ingreso per cápita, medido este indicador con base en la paridad de poder de compra, un indicador más homogéneo para comparar a todas las naciones. Se trata de una posición paradójica con el tamaño del ingreso en la economía: 637 mil 200 millones de dólares, el décimo más alto del mundo.
Según especialistas, uno de los fenómenos que se está observando con mayor fuerza en los últimos años es la concentración del ingreso en el país.
«Mi opinión es que la pobreza no ha bajado en el gobierno del presidente Fox y he refutado las cuentas alegres que ofrecen», dijo Julio Boltvinik. «Las evidencias son claras: hay más desempleo, concentración del ingreso, estancamiento económico. No hay forma de creer que la pobreza está bajando», añadió.
Consideró que, en cambio, la inequidad en la distribución del ingreso sí ha aumentado. «Cuando un hombre como Carlos Slim puede ganar miles de millones de dólares en un año; o cuando Roberto Hernández (ex dueño de Banamex) puede vender un banco sin pagar impuestos, es obvio que hay más inequidad. Ni Slim ni Roberto Hernández son captados en las encuestas de ingreso», comentó. «En el país proliferan los autos de lujo al mismo tiempo que los limpiaparabrisas; está creciendo la desigualdad», añadió.
En un país que depende de las remesas para mantener el consumo interno -como sostiene el Banco de México- hablar de que la pobreza extrema se redujo en 62 por ciento «no es más que una gran mentira», dice el experto Julio Boltvinik.
El Banco Mundial señala que 20 por ciento de los mexicanos de mayor ingreso concentra 43 por ciento del consumo en el país. Medido con estos parámetros, México es uno de los más desiguales en América Latina, que es de por sí la región con mayor desigualdad en el ingreso del mundo.