¿Existe sólo una manera de promover la recuperación del campo en los países pobres? Para el Banco Mundial, la principal institución internacional multilateral que proporciona créditos para emprendimientos rurales, la respuesta es positiva, aún tratándose de realidades tan disímiles como grupos de casta de la India, tribus tailandesas y comunidades negras colombianas. Sin embargo, la […]
¿Existe sólo una manera de promover la recuperación del campo en los países pobres? Para el Banco Mundial, la principal institución internacional multilateral que proporciona créditos para emprendimientos rurales, la respuesta es positiva, aún tratándose de realidades tan disímiles como grupos de casta de la India, tribus tailandesas y comunidades negras colombianas. Sin embargo, la adopción irrestricta de este modelo único encuentra una oposición lógica consistente.
«Es incomprensible que la responsabilidad de la formulación de políticas para el campo, incluyendo el uso y la ocupación del territorio, sea delegada a una institución financiera internacional. Los países deben tener políticas públicas compatibles con la complejidad de las demandas históricas, de las experiencias y las formulaciones de los movimientos sociales protagonistas de la lucha por la democratización de la tierra y por la soberanía», destaca la investigación «El Banco Mundial y la Tierra – ofensiva y resistencia en América Latina, África y Asia», que está siendo lanzada pasado mañana 28, en Brasil.
La obra, publicada por la Red Social de Justicia y Derechos Humanos, estudia ocho programas sobre la tierra financiados por el Banco Mundial en estas regiones del globo. En América Latina fueron estudiadas la situación en el campo de países como Brasil, Colombia, Guatemala, México.
La principal constatación de la investigación es que las políticas de ajuste estructural defendidas por el Banco Mundial han estimulado la privatización de tierras públicas y comunitarias, así como de las aguas y florestas. Esto simplemente va contra la forma como la población campesina de estos países concibe la tierra y la naturaleza, haciendo que los proyectos tengan resultados desastrosos en términos sociales, económicos y ambientales. La reacción de los trabajadores rurales a esta política está teniendo lugar a través del movimiento internacional de oposición a la política de «reforma agraria de mercado».
En entrevista para Adital, la organizadora del libro, la investigadora Mónica Dias Martins, profesora del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Estatal de Ceará, muestra los daños de esta integración indiscriminada de los campesinos al agronegocio, así como el surgimiento de planes de reforma agraria alternativos en los países estudiados.
Adital El Banco Mundial ha colocado como única alternativa para los campesinos de América Latina, Asia y África el modelo del agronegocio. ¿Cuán perjudicial ha sido esta imposición para la población rural de estas regiones?
Mônica Martins Es perjudicial en la medida en que esa entrada en la economía de mercado es realizada a costa de la tierra, porque el acceso de los campesinos a la propiedad de la tierra pasará a ser pagada. Y es realizada también en base a un cierto desconocimiento, de una cierta desatención del Banco Mundial en relación con los diferentes problemas que cada comunidad enfrenta.
Adital Obras clásicas sobre la cuestión del campesinado, como «Los Socios del Río Bonito» del brasilero Antonio Cândido, muestran el drama enfrentado por los campesinos frente al paso violento de una forma particular de concebir la tierra y de relacionarse con los recursos naturales existentes en ésta, hacia las determinaciones subyacentes de la economía de mercado. ¿Cómo los proyectos agrarios del Banco Mundial promueven este tipo de cambio irreflexivo ?
Mônica Martins La gran mayoría de las comunidades campesinas que fueron investigadas tanto en Tailandia, como en India, en África del Sur, en Colombia, en Guatemala y en Brasil, eran antiguamente propietarias no sólo de la tierra, sino de tierras, aguas y bosques. Los campesinos no consiguen disociar el problema de la tierra del problema de los bosques y del agua. Para ellos está todo vinculado, forma parte de una relación que poseen con la naturaleza, que es una relación intensa. Y de la cual estas comunidades vienen siendo destituidas hace muchos años por causa de la colonización, muy violenta en todos estos países.
Hoy, en nombre de una pretendida reforma agraria, se dice que esta cuestión será resuelta. Sin embargo, esto no está ocurriendo así, porque lo que los campesinos quieren es que esta relación con la tierra sea respetada, o sea, ellos no van a tener que pagar para tener la tierra, pagar para tener agua. Estas son relaciones de mercado que para ellos son muy difíciles de entender. La relación de mercado en el sentido de la venta del excedente de la producción agrícola sería un paso posible y razonable. Ahora, transformar la tierra, el agua y el bosque en una mercadería, para los campesinos, dentro de su cultura, de su lógica, es inaceptable.
Adital ¿Qué experiencias de reforma agraria alternativas hechas por los propios campesinos están siendo desarrolladas en las regiones estudiadas?
Mônica Martins Esas posibilidades alternativas se realizan no sólo aquí en Brasil con el Movimiento Sin Tierra (MST), en el momento en que esa privatización de la tierra es cuestionada por la propia ocupación y por el establecimiento de formas de cooperación agrícola. Estas alternativas están extendidas. Por ejemplo, África del Sur, Tailandia y Zimbabwe han buscado también este tipo de acción, de ocupar aquello que ya era suyo realmente. En fin, que les fue quitado y que ahora ellos intentan recuperar. Entonces para ellos la ocupación no tiene el sentido de una invasión. No se sienten como personas que están violando la ley o invadiendo una propiedad ajena. Sienten mucho más, como si estuvieran retomando una parte de aquello a lo que tienen derecho.
Entonces una forma alternativa de insertarse en el mundo moderno tiene exactamente una base que es la tierra, el agua y el bosque, ellos no pueden disociar estos tres elementos. Después de conquistar esta base se pasa a desarrollar prácticas de cooperación entre los propios agricultores, en algunos lugares son tribus, en otros son comunidades de antiguos esclavos, como en Colombia. Son otros patrones de relaciones agrícola, comercial y educacional con la sociedad, que no están basados solamente en el mercado. En Colombia hay una experiencia interesante de reforma agraria que son llamadas reservas, obtenidas por ley para las comunidades negras, similar a la obtenida por tribus autóctonas en Tailandia.