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Banqueros internacionales quieren gobierno neoliberal

El Banco Santander no quiere que Dilma sea reelecta en Brasil

Fuentes: La Arena

Insaciable, el Banco Santander indicó a sus clientes de mayor poder adquisitivo en Brasil que todo empeorará si es reelecta Dilma Rousseff. Además, ingrato, porque en ese país, como en Argentina, levantó plata en pala. Hay que limitar el poder de los bancos. El 25 de julio la noticia levantó vuelo, luego que el diario […]

Insaciable, el Banco Santander indicó a sus clientes de mayor poder adquisitivo en Brasil que todo empeorará si es reelecta Dilma Rousseff. Además, ingrato, porque en ese país, como en Argentina, levantó plata en pala. Hay que limitar el poder de los bancos.

El 25 de julio la noticia levantó vuelo, luego que el diario Folha de Sao Paulo publicara una copia del informe titulado «Usted y su dinero», enviado por el Banco Santander a sus clientes con una renta superior a los 10.000 reales (4.500 dólares). La clave de ese documento del banco español a su cartera privilegiada de clientes aseguraba que «s i la presidente se estabiliza o sube en las encuestas, el escenario de reversión puede surgir. El cambio volvería a desvalorizarse, intereses retomarían su alza y el índice de la Bovespa (Bolsa de Valores de San Pablo) caería, revertiendo las alzas recientes».

Así quedaba muy claro que la entidad tomaba una posición político-electoral frente a las elecciones del próximo 5 de octubre, con una apuesta en contra de Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores, y a favor de hecho de Aécio Neves, el senador por Mina Gerais y candidato derechista que representará al Partido de la Social Democracia Brasileña.

En este momento según las encuestas y de cara a un escenario de segunda vuelta, que sería el 26 de de octubre, la diferencia entre ambos candidatos se ha reducido a ocho puntos, siempre en favor de la actual presidenta. Y la entidad financiera, que ha hecho muy buenos negocios en estos años, cree que los tendrá aún mejores con Neves. Por eso opera a favor de que esos ocho puntos se licúen y desaparezcan, y si pueden ganar algunos a favor del político opositor, mejor aún…

La respuesta de la presidenta fue instantánea. «Un país no debe aceptar una interferencia de ninguna institución financiera de ningún nivel. Es inadmisible, lamentable, no sólo para mí, sino para cualquier candidato», deploró. El jefe de la campaña electoral oficialista, Rui Falcao, calificó el informe bancario como «terrorismo electoral». El palacio del Planalto ordenó al vicepresidente Michel Temer que no asistiera el domingo 28 en Río de Janeiro al III Encuentro Internacional de Rectores de Universia, una creación de Santander que anuda su relación con las universidades, incluidas las de Argentina.

Ese gesto de desagrado era importante porque al evento concurría el presidente del grupo, el español Emilio Botín. El banquero, rápido para los negocios, se dio cuenta de la metida de pata y ordenó un operativo lavado de cara. Un nuevo informe de la entidad adjudicó la culpa a un analista, como despegándose del asunto, diciendo que había transgredido el manual del banco de que sus informes deben ser objetivos y no tienen que afectar a sectores políticos.

Esta última aclaración es muy cínica porque, como regla, los informes de los bancos afectan intereses políticos cuando los gobiernos son democráticos y blindan o mal informan sobre otros intereses políticos, cuando éstos son afines a los negocios monopólicos. Los argentinos tienen memoria sobre ese patrón de conducta de los bancos, el índice riesgo país del JP Morgan y los elogios del FMI al blindaje y megacanje, justo antes que se incendiara el país.

Botín, siempre el botín

El Santander trató de reducir la importancia de su sesgado informe, una vez que trascendió vía Folha de Sao Paulo, al decir que sólo había sido enviado al 0,18 por ciento de sus clientes brasileños, de mayor poder adquisitivo. La oportunista aclaración podría embarrarlo más, en el sentido que hacia afuera y el público común guarda una supuesta neutralidad, mientras que para adentro y hacia los brasileños más pudientes hacen campaña en contra del PT. O sea que todo es según la cara del cliente…

Tanto el comunicado del banco como la palabra de Botín una vez llegado a Río de Janeiro se esmeraron en destacar la importancia y solidez de la economía de Brasil, como si quisieran volver a empezar un noviazgo con sus autoridades.

Es que el líder sudamericano es hoy por hoy la séptima economía del mundo y una fuente muy lucrativa para los negocios del grupo, como se verá con algunos números a continuación. Y a Botín le importa sobre todo el botín, money, money.

El Santander es en Brasil el quinto banco de todo el ranking y el primero en el listado de entidades extranjeras. Y le reporta a los negocios del grupo mundial liderado por Botín alrededor del 24 por ciento de las ganancias anuales, en promedio.

Su estructura orgánica en Brasil es impresionante. Cuenta allí con 3.489 sucursales y 48.312 empleados. Sus clientes son 30 millones y opera 16.479 cajeros automáticos. Los créditos a clientes aumentaron 6 por ciento en el primer trimestre del año 2014. Cuando este gigante habla, aunque sea a escondidas como en el polémico informe, es obvio que hace daño a un gobierno democrático.

A su vez, como sus operaciones y negocios en ese país son muy importantes, una vez que saltó la ficha de su interferencia electoral, era previsible que Botín iba a tratar de bajar los decibeles del conflicto. Echarle la culpa a un analista es una salida bastante usual.

Mucha plata de Latinoamérica

Otro que cuestionó la actitud del Santander fue el ex presidente Lula da Silva, en una reunión con la CUT (Central Única de Trabajadores). El líder del PT declaró que ese banco no entiende nada de Brasil y su economía, aunque al mismo tiempo reconoció que tuvo «grandes ganancias en los últimos años». Se refería a sus dos mandatos y al que está terminando su sucesora en el Planalto.

Ese es un grueso límite de clase de este tipo de gobiernos, que por un lado tienen realizaciones, como haber sacado de la miseria a 22 millones de brasileños con el programa «Bolsa Familia», y por el otro permiten tamaños dividendos a los bancos extranjeros y nacionales. Una contradicción similar tiene el gobierno argentino, que reprocha a los bancos sus márgenes extraordinarios de ganancias y al mismo tiempo los potencia con la devaluación del 23 de enero y la permisividad de altísimas tasas de interés y comisiones.

Un informe de Associated Press, del 30 de enero de 2014 y titulado «Banco Santander beneficiado por Latinoamérica», sostuvo desde Madrid que «el Banco Santander SA anunció que sus ganancias se duplicaron con creces a 1.060 millones de euros (1.440 millones de dólares) en el cuarto trimestre del 2013 gracias a un firme crecimiento en Latinoamérica».

Botín dijo que las ganancias en todo 2013 aumentaron 90,5 por ciento, a 4.370 millones de euros en comparación con 2012. La entidad había fichado en setiembre de ese año a Rodrigo Rato para su consejo asesor internacional, luego de ser titular del FMI y directivo del fallido banco Bankia-Caja de Madrid.

Es interesante saber de dónde provinieron esas ganancias: Latinoamérica aportó el 47 por ciento al beneficio del Santander (Brasil, el 23 por ciento, México, el 10 y Chile, el 6), Europa el 43 por ciento (Reino Unido, el 17 por ciento, España, el 7, y Alemania y Polonia, el 6 cada uno) y Estados Unidos, el 10 por ciento. Se subraya: Brasil el 23 por ciento, España sólo el 7.

Insaciables e ingratos

La mandataria viene punteando la campaña electoral con un 38 por ciento de intención de voto según Ibope, lo que podría permitirle ganar un balotaje el cuarto domingo de octubre. Dilma ha tenido altibajos y en el último tiempo se pueden cuestionar las demasiado caras obras para el Mundial de Fútbol que afectaron a 175.000 brasileños o, más importante, el 17 por ciento del PBI que Brasil dedica a pagar capital e intereses de su deuda externa.

A la vez, las coberturas sociales del «Bolsa Familia», en lo interno, y la participación en el grupo emergente mundial BRICS, reunido en Fortaleza y Brasilia el 15 y 16 de julio, más la digna postura asumida frente al genocidio israelí en Gaza, entre otras cuestiones, la avalan como mejor candidata que el conservador Neves.

El Santander -como lo reflejó su informe- no alientan mejores alternativas a Rousseff sino que, considerándola un limón exprimido, buscan reemplazarla con candidatos neoliberales. Es una técnica que en Argentina se ha intentado una y otra vez en estos diez años. En la comparación -siempre puede ser esquemática-, Dilma es Cristina y Neves es Macri o Massa.

Los bancos sólo tienen intereses que incrementar. Por ejemplo, en Argentina el Santander Río también ha estado entre los más lucrativos, según los balances presentados a la Bolsa de Comercio, correspondientes al primer trimestre de 2014. El BBVA Francés ganó 1.362,1 millones de pesos, el Macro 1.186,3 millones y el Santander Río fue tercero con 974,3 millones.

En porcentajes, el banco de Botín dio un salto del 140 por ciento en ese primer trimestre, gracias a la devaluación del gobierno de CFK. Para la entidad, el 2014 es una linda continuidad del 2013, porque en el tercer trimestre de éste había tenido la mejor performance de todos: una ganancia neta de 510,7 millones de pesos, un aumento del 71 por ciento en los beneficios.

Sin embargo, pese a tamaña obscenidad de las ganancias, es posible que algunos analistas del Río Santander hayan cursado también en Argentina informes reservados a sus clientes tipo ABC1 cuestionando al gobierno nacional y haciendo votos para la oposición, pensando en 2015.

Fuente: http://www.laarena.com.ar/opinion-el_banco_santander_no_quiere_que_dilma_sea_reelecta_en_brasil-119152-111.html