Para aquellos que prefieran un brexit más flexible frente al proceso iniciado por Theresa May, Corbyn es, probablemente, el menor de dos males
Las elecciones anticipadas convocadas por Theresa May para afianzar su mayoría en el Parlamento británico podrían no tener el resultado que espera la primer ministra. Al comienzo de la campaña, la impopularidad de Jeremy Corbyn y el caos interno del partido parecían avanzar un resultado desastroso para los laboristas. Sin embargo, y a menos de una semana de las elecciones, la distancia con los conservadores se ha reducido de tal modo que algunas encuestas les sitúan tan sólo a entre ocho y tres puntos por detrás de los tories.
Aunque una victoria de Jeremy Corbyn sigue siendo poco probable, la posibilidad de que un Gobierno laborista ocupe Downing Street ha puesto el punto de mira sobre la estrategia de este partido para el brexit. El resultado del referéndum del 23 de junio supuso un dilema importante para los laboristas, ya que aunque el partido y la mayor parte de sus MPs (miembros del Parlamento) abogaron a favor de la permanencia, el voto a favor del Leave predominó en muchas de las comunidades que tradicionalmente votan laborista.
El manifiesto — el programa con sus promesas electorales- que el partido publicó a principios de este mes de mayo refleja esta tensión. Por un lado, el documento especifica que un Gobierno laborista seguiría adelante con el brexit, sin necesidad de realizar un segundo referéndum tal y como piden los Liberal Democrats. El manifiesto también dice claramente que la salida de Reino Unido de la Unión Europea implica el fin de la libre circulación de personas, como también sostienen los conservadores.
Sin embargo, el Gobierno laborista también querría retener los beneficios del mercado único, una posición que para muchos resulta contradictoria. El documento, además, garantiza los derechos de los ciudadanos europeos que residen en Reino Unido (algo que todavía no ha hecho la primera ministra) y asegura que abandonar la mesa de negociaciones sin haber llegado a un acuerdo –como amenaza hacer Theresa May– no es una opción.
Las contradicciones de los laboristas
Para el exministro británico de Asuntos Europeos Denis MacShane, que ocupó este puesto durante el Gobierno de Tony Blair, la postura del partido de Jeremy Corbyn es una decepción para todos aquellos que esperaban que los laboristas diesen marcha atrás al proceso iniciado por Theresa May. El exministro también afirma que el documento está lleno de omisiones y contradicciones, en especial en lo referente al mercado único.
«Los laboristas dicen que se debe poner fin a la libre circulación de personas, pero al mismo tiempo afirman que quieren mantener los beneficios del mercado único», escribe en una columna titulada Los seis fallos del manifiesto laborista sobre el brexit. «Pero no ofrecen ninguna explicación sobre cómo se pueden cuadrar estos dos conceptos». En efecto, la UE ha dejado claro que la adhesión al mercado único requiere que los Estados acepten la libertad de circulación de bienes, servicios y movimiento de personas.
Dan Roberts, responsable de cubrir el brexit para el periódico The Guardian, también afirma que a muchos europeos la posición de los laboristas les parecerá tan solo otra versión de la ya adoptada por el gobierno conservador al querer mantener los beneficios del mercado único sin asumir las responsabilidades.
El exministro británico de Asuntos Europeos también critica la promesa de los laboristas de no abandonar la mesa de negociaciones sin un acuerdo, ya que el manifiesto en ningún momento especifica qué pasaría en caso de no llegar a un entendimiento. De igual modo, el manifiesto señala que el Parlamento británico tendrá la opción de votar sobre acuerdo final, pero tampoco indica cuál sería la hoja de ruta si el Parlamento decidiese votar en contra.
Un manifiesto ambiguo
Kevin Featherstone, director del Instituto Europeo en la London School of Economics, asegura que aunque la postura de los laboristas en lo referente a la libre circulación es similar a la que apoyan los conservadores, existen muchas diferencias en la actitud de los dos principales partidos hacia el brexit.
«Los conservadores han decidido adoptar un brexit duro, fuera del mercado único y de la unión aduanera», explica en una conversación telefónica. «Han dejado claro que su prioridad es controlar la inmigración y que cualquier tratado comercial debe reflejar esta prioridad».
«Por otro lado, el manifiesto de los laboristas es mucho más ambiguo. Deja abierta la posibilidad de continuar en el mercado único y no pone el mismo énfasis sobre el control de la inmigración. Por lo tanto, un Gobierno laborista tendría mucha más flexibilidad a la hora de negociar un nuevo acuerdo con la UE».
Es cierto que el control de la inmigración ha sido una de las principales promesas de Theresa May durante esta campaña. La primera ministra ha basado gran parte de su estrategia en presentarse como la única candidata que puede llevar a cabo el brexit que han elegido los votantes. Aunque los conservadores no han especificado cómo sería un nuevo sistema de control de la inmigración, May se ha comprometido a reducir la migración neta a decenas de miles de personas.
En cambio, y a pesar de la promesa de su manifiesto de acabar con la libre circulación de personas, Jeremy Corbyn no ha querido especificar hasta qué punto reduciría la inmigración un Gobierno laborista. El partido de la oposición ha intentado desviar la conversación del brexit durante la campaña y se ha enfocado más en temas como la crisis en la NHS (el servicio nacional de salud), la educación y los impuestos.
El brexit más conciliador
Kevin Featherstone afirma que en su intento por contentar tanto a los votantes que optaron por salir de la Unión como a aquellos que votaron por el Remain, la posición de los laboristas frente al brexit deja mucho espacio para la interpretación. «En mi opinión, creo que la ambigüedad es deliberada», explica. «No está claro cuál sería la prioridad de un Gobierno de Jeremy Corbyn, si poner fin a la libre circulación de personas o retener los beneficios del mercado único».
Esta ambigüedad parece haberle venido bien al partido. Según un análisis de las encuestas, realizada por John Curtice, uno de los politólogos más prestigiosos del país, los laboristas habrían aumentado su apoyo durante la campaña tanto entre los partidarios del Leave como entre aquellos que votaron por la permanencia.
Para el director del Instituto Europeo, el aumento de popularidad de los laboristas en las últimas semanas se debe principalmente a las políticas sociales del partido, más que a su postura frente al referéndum. Aun así, afirma que una victoria de los laboristas sería percibida como una señal de que el electorado prefiere esta versión más conciliadora del brexit a la hora de sentarse a negociar.
«Cuando se convocaron las elecciones parecía imposible que Jeremy Corbyn pudiese llegar a ocupar Downing Street», explica el experto. «Si esto sucediera sería una gran sorpresa, pero las encuestas empiezan a indicar que es una posibilidad. En caso de ganar las elecciones los laboristas se verían menos restringidos en lo referente al brexit y probablemente interpretarían el manifiesto con mucha flexibilidad».
Puede que esto no sea de gran consuelo para muchos de los británicos que votaron por la permanencia. Pero para aquellos que prefieran un brexit más flexible frente al proceso iniciado por Theresa May, Corbyn es, probablemente, el menor de dos males.
Fuente: http://ctxt.es/es/20170531/Politica/13088/brexit-elecciones-inglaterra-julia-tena.htm