Raúl Moreno, representante de la Red Ciudadana frente al Comercio e Inversión Sinti Techan, reitera los impactos negativos del CAFTA, ahora que éste ha entrado en vigencia.Moreno dijo que en el corto plazo serán afectados el agro nacional y las empresas salvadoreñas que no puedan competir con las estadounidenses, mencionó los eventuales daños por la […]
Raúl Moreno, representante de la Red Ciudadana frente al Comercio e Inversión Sinti Techan, reitera los impactos negativos del CAFTA, ahora que éste ha entrado en vigencia.
Moreno dijo que en el corto plazo serán afectados el agro nacional y las empresas salvadoreñas que no puedan competir con las estadounidenses, mencionó los eventuales daños por la aplicación de las normas de propiedad intelectual, especialmente en la adquisición de medicamentos, refirió la inminente privatización del agua y de la salud vía concesiones y señaló las limitaciones del gobierno salvadoreño en la aplicación de políticas públicas debido a algunas prohibiciones del TLC.
Este economista advierte que en el mediano y largo plazo, el TLC causará daños estructurales al ya desarticulado aparato productivo nacional, lo cual aumentará la pobreza, el desempleo y, por tanto, la emigración hacia Estados Unidos.
Moreno insiste en la necesidad de cambiar el actual modelo económico promoviendo otro tipo de acuerdos comerciales, procurando la integración económica y social de la región y construyendo alternativas económicas «desde abajo».
– ¿Cuáles serán los primeros impactos en la economía salvadoreña ahora que está vigente el TLC con Estados Unidos?
Hay impactos inmediatos, de mediano y de largo plazo. En el corto plazo veremos una afectación directa en el agro salvadoreño debido a la importación de productos subsidiados, principalmente granos básicos y productos cárnicos que entrarán al mercado nacional con precios más bajos. La producción de maíz, por ejemplo, en Estados Unidos tiene un subsidio de un mil 800 millones de dólares al año, mientras en El Salvador no hay subsidio para este rubro, esta enorme diferencia se refleja en el precio. Igual sucede con el arroz, cuyo costo de producción está subsidiado en un 80%, lo cual permite a los arroceros estadounidenses competir con precios bajos. Por tanto, habrá un desplazamiento de la producción agrícola nacional dada su incapacidad de competir en precios, lo cual se traducirá en la quiebra de los productores y el aumento del desempleo en las zonas rurales. Así, el círculo de la exclusión laboral y social se profundizará más.
Otro impacto de corto plazo son los perjuicios de la puesta en práctica del capítulo de propiedad intelectual, que va más allá de todos los acuerdos de propiedad intelectual ratificados por el Gobierno, porque es una versión más ampliada de las reglas de propiedad intelectual establecidas por la OMC. Ya estamos viendo cómo estas normas aplicadas a la distribución de CD´s y DVD´s «pirateados» han llevado a la persecución de un amplio sector del comercio informal que se dedica a la venta de estos productos. Las reformas al Código Penal y al Código Procesal Penal establecen penas de cárcel para quienes violen los derechos de propiedad de las empresas, pero no hace lo mismo con los empresarios que violentan los derechos laborales.
En la adquisición de medicinas, es necesario recalcar que el CAFTA impone la compra de medicamentos patentados y no genéricos, lo cual afectará el presupuesto de las instituciones públicas que prestan servicios de salud. Si ya existe escasez de medicinas en el ISSS y en los hospitales, esto se incrementará con TLC.
El capítulo de propiedad intelectual tiene otras implicaciones, que veremos más en el mediano plazo, éstas se relacionan con la patentación de plantas y especies vegetales. Esto, porque el TLC obliga a ratificar de manera escalonada al menos diez acuerdos de propiedad intelectual que todavía el gobierno salvadoreño no ha ratificado, entre éstos están UPOV 91 y el Convenio de Budapest, el primero es el Convenio de la Unión de Protección de Especies Vegetales que permite patentar plantas y el segundo permite patentar bancos de microorga-nismos. Así tendremos experiencias hasta ahora poco generalizadas como lo son los actos de biopiratería, mediante los cuales se efectuará el robo de nuestro material genético, especialmente de las plantas y microorganismos utilizados en la elaboración de medicamentos.
– ¿Qué otros sectores serán afectados en el corto plazo?
Entre los daños inmediatos del TLC también está la quiebra de las empresas salvadoreñas que operan en las licitaciones públicas. Aquí veremos cómo empresas que suministran bienes y servicios a las alcaldías, empresas públicas y a los ministerios saldrán de la competencia como consecuencia del capítulo de contratación pública que otorga trato igual a las empresas estadounidenses y a las salvadoreñas, a pesar de las grandes asimetrías existentes. Así, si las adjudicaciones son por el precio menor, las empresas salvadoreñas no podrán competir.
Otro impacto en el corto plazo, se refiere a las limitaciones que tendrá el gobierno salvadoreño en la implementación de políticas públicas en materia fiscal, protección del medioambiente y de garantía de la salud de la población. Esto, porque el capítulo de inversiones del TLC prohíbe explícitamente a los gobiernos de las partes llevar a cabo cualquier tipo de regulación al funcionamiento de las empresas extranjeras.
También el CAFTA incorpora un elemento que no ha sido incluido en los demás TLC que se conocen: la deuda externa. Esto hay que verlo con cuidado, dado que las economías centroamericanas están en un espiral de endeudamiento progresivo, y desde Estados Unidos se ha visto con interés que los gobiernos de la región, particularmente El Salvador, le den la categoría de inversión a la deuda externa. Esto llevaría a una inminente crisis financiera debido a que El Salvador no podrá darle un trato preferencial a las deudas internas, como el pago de las pensiones, frente a las deudas contratadas con los organismos financieros internacionales y con países de los que reciba ayuda bilateral o multilateral en forma de préstamos.
Además, con el TLC, los tribunales para dirimir controversias en materia de inversión ya no están a nivel nacional, sino que se van a resolver a nivel internacional. Las implicaciones de estos tribunales corporativos no sólo se refieren al sesgo con el que abordan las controversias, sino también al costo que supondrá para el país mantener una resolución de una controversia.
Otro aspecto fundamental es la privatización de los servicios públicos, porque el TLC es un banderillazo de salida para la privatización de algunos servicios públicos y de otros de utilidad pública que todavía están bajo el control estatal. El primero de estos es Correos. Veremos cómo algunas empresas transnacionales vinculadas a la mensajería y entrega de paquetes serán beneficiadas, estas empresas también incursionarán en el traslado de remesas.
Pero el tema de los servicios públicos es más grave porque incluye la privatización de la salud por medio de las concesiones. En esto, Saca miente al decir que en su gobierno no se va a privatizar la salud, porque en el capítulo de contratación pública del TLC hay un anexo en el que se precisan los ministerios, las empresas públicas y los gobiernos municipales que abrirán en forma de concesión las licitaciones públicas de bienes y servicios a las empresas estadounidenses…
– ¿Cuáles son esas instituciones?
Toda la red de hospitales nacionales, incluidos los hospitales de los departamentos, el hospital Rosales, el de Maternidad, el Psiquiátrico, el Neumológico, incluso el hogar de ancianas «Narcisa Castillo» de Santa Ana. La sorpresa es que la red de hospitales podrá concesionar todos los servicios, permitiendo la privatización por la vía de las concesiones. El impacto de esto en la población será en términos de acceso a los servicios de salud, por la actitud errónea de abrir a la esfera del mercado la provisión de un servicios público que por su naturaleza es indispensable que el Estado lo garantice, para maximizar el bienestar de la población y no el beneficio de las empresas que lo preveerán.
El TLC también permitirá la privatización del agua, que ya fue iniciada con dos préstamos del BID en los que se plantea no sólo la privatización de los servicios de agua potable y saneamiento, sino también de todos los recursos hídricos.
En términos de empleo, veremos una repercusión importante, porque si bien se generarán algunos empleos en maquilas siempre que el «impacto China» no sea muy fuerte en la cuenca del Caribe, la pérdida de empleos también será una realidad…
– ¿Son más los empleos que se generarán o los que se perderán?
Mi estimación es que serán mucho más los que se perderán, debido a la quiebra de las empresas salvadoreñas que no puedan competir, a la quiebra del agro salvadoreño, al despido de más empleados públicos…
– ¿La calidad de los posibles nuevos empleos será digna?
Ese es el otro punto. Tradicionalmente se ha planteado que el problema de la exclusión laboral está en términos del desempleo abierto, sin tomar en cuenta la dimensión de la precarización del empleo, la cual se expresa en dos dimensiones: la primera es la realización de actividades productivas en condiciones precarias y la segunda es la realización de actividades improductivas. Estas dos modalidades de exclusión laboral configuran un escenario en el que los trabajadores y las trabajadoras optan por abandonar el país porque las condiciones de trabajo son precarias o porque la remuneración es insuficiente. Eso explica la emigración de profesionales y de pequeños empresarios hacia Estados Unidos, cuando antes el flujo era de pobladores rurales y obreros de la construcción y de la industria manufacturera.
Con el TLC, lo más seguro es que el empleo que se genere sea un empleo de maquila, un empleo precario. Así, el escenario antes descrito se va a profundizar.
– ¿En el mediano y largo plazo, cuáles serán los impactos?, me refiero a los grandes impactos en el aparato productivo nacional…
Tendremos impactos estructurales. Recordemos que del año 1978 al 2005 la estructura productiva salvadoreña se ha transformado radicalmente. En el 78 la principal fuente generadora de divisas del país eran las exportaciones, especialmente de productos tradiciones: café, algodón, azúcar y camarón, representando más del 80% de las divisas; mientras que en el 2005 la principal fuente son las remesas familiares que representan el 75% de las divisas, la exportación de productos tradicionales ahora constituye apenas el 6% de las divisas.
Es decir, lo que hemos tenido en estos 25 años es la destrucción del aparato productivo nacional, que ha hecho caer las exportaciones. Esto ha sido el resultado de la aplicación de las políticas neoliberales tendientes a la privatización de empresas públicas, la desregulación arancelaria, la liberalización comercial y la reducción del control estatal de las actividades económicas. Los gobiernos de ARENA han promovido los servicios y han dejado en el abandono a los demás sectores productivos, especialmente el agropecuario y las micro, pequeñas y medianas empresas.
Esto aumentó el desempleo y precarizó el empleo que logró mantenerse, provocando así los acelerados flujos migratorios hacia Estados Unidos.
Ahora, la apuesta del gobierno y los grupos de poder del país es expulsar cada día a más salvadoreños para que envíen remesas y mantengan a flote este modelo económico que sólo produce desempleo, pobreza y mano de obra barata. Entonces, el TLC lo que hará es profundizar esta dinámica de destrucción de la productividad nacional y de emigración de compatriotas en busca de oportunidades de sobrevivencia fuera de nuestras fronteras.
– Ustedes han planteado como alternativas al TLC otro tipo de tratados…
Sí. Nosotros creemos que deben firmarse tratados comerciales, pero no tratados de libre comercio. La diferencia entre los tratados comerciales y los tratados de libre comercio es que los primeros buscan la complementariedad entre las economías de dos o más países, a través del intercambio comercial; mientras los segundos promueven el libre flujo de mercancías sin tomar en cuenta las asimetrías y muchas veces violando la soberanía de los países débiles.
Con Estados Unidos no debió firmarse el tratado de libre comercio que ya está vigente, sino un tratado comercial.
Más allá de lo estrictamente comercial, planteamos la búsqueda de acuerdos de cooperación y acuerdos migratorios con Estados Unidos, convenios que conduzcan a la integración de Centroamérica…
– ¿Y en lo interno?
Es urgente que se cambie la orientación de este modelo, esto lo señalan incluso algunos de los antiguos defensores del neoliberalismo. También es necesario reivindicar la participación del Estado en la regulación, sobre todo de los precios, el establecimiento de políticas sectoriales a las áreas productivas en mayor desventaja…
– ¿Eso es suficiente para cambiar el modelo?
Nosotros promovemos la construcción de formas alternativas de producción y circulación de productos, prácticas económicas que se fundamentan en la cooperación solidaria entre las comunidades y esfuerzos de integración económica, social y tecnológica de los pueblos.
Existen en México, Honduras, Argentina y en muchos otros países redes de producción e intercambio de productos que fomentan la construcción de modelos alternativos «desde abajo», los cuales se salen completamente de la lógica neoliberal.