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La solidaridad venezolana impactó a Nueva York

El calor del pueblo

Fuentes: Aporrea

Wanda Colón nunca ha viajado a Venezuela, ni conoce los Andes ni los Llanos, pero tiene el pueblo venezolano en su corazón. Wanda se levanta en la mañanita de un domingo fresco en su humilde apartamento en el Bronx, seno de la comunidad Latina en Nueva York, y respira el aire del otoño. Sabe que […]

Wanda Colón nunca ha viajado a Venezuela, ni conoce los Andes ni los Llanos, pero tiene el pueblo venezolano en su corazón. Wanda se levanta en la mañanita de un domingo fresco en su humilde apartamento en el Bronx, seno de la comunidad Latina en Nueva York, y respira el aire del otoño. Sabe que pronto llegará el frío y otra vez, pondrán a funcionar la calefación en su edificio. Ya para diciembre, las temperaturas en la ciudad pueden llegar a bajo cero y los costos del «heating oil» para que funcione la caleficación aumentan de manera significativa. Pero este año, como el pasado, Wanda esta más tranquila. El Presidente Hugo Chávez visitó su comunidad en septiembre del 2005 y prometió crear un programa de suministro del «heating oil» con un descuento notable para los residentes de la zona más pobre de la Gran Manzana. Pocos meses después de la impactante visita del Presidente Chávez, Wanda recibió en su barrio a los representantes de la CITGO, el filial de PDVSA en los Estados Unidos. Vinieron a iniciar el programa de «heating oil» a precio solidario, con la meta de otorgar el beneficio que salva vida a miles de familias y trabajadores en el condado del Bronx, Nueva York.

A contrario de lo que dicen y creen muchos en Venezuela, el petróleo que se consume en este programa no es regalado. La corporación «Citgo Petroleum», propiedad de Venezuela, firmó un acuerdo con tres organizaciones no-gubermentales en el Bronx que trabajan con temas de vivienda, para venderles cinco millones de galones de «heating oil» con un descuento de 45 por ciento más bajo que el precio del Mercado. Con este descuento, los beneficiarios se ahorran alrededor de cuatro millones de dolares. El petroleo solidario suministrará calor a más de 75 edificios de apartamentos en el condado del Bronx, donde actualmente viven cerca de ocho mil inquilinos pobres, ancianos y de clase trabajadora.

El programa permite bajar los alquileres de los apartamentos. Las tres organizaciones que están materializando que el «heating oil» llegue directamente de la CITGO a los más necesitados, Mount Hope Housing Co, Fordham Bedford Housing Corp y VIP Community Services, tienen más de tres décadas defendiendo los derechos de los inquilinos de bajos recursos en la ciudad. Voceros de sus grupos confirmaron que una parte del dinero ahorrado con el petroleo descontado sera invertido en programas sociales en los barrios.

El programa también provee beneficios a Venezuela. Ese 45 por ciento de descuento otorgado a las organizaciones, familias y edificios se traduce en una «deducción» de los impuestos que paga la CITGO al gobierno estadounidense. Incluso, cada dolar que se dona o se otorga para el beneficio social, ayuda bajar la cantidad de dinero que la CITGO tiene que dar al gobierno estadounidense todos los años. En otras palabras, ese 45 por ciento en terminos reales – el dinero – se tiene que pagar o al gobierno estadounidense, o a su pueblo. La política del gobierno venezolano indica una preferencia para dar ese dinero al pueblo, a través de un programa social y humanitario que beneficia a los sectores más necesitados, en lugar de darselo al gobierno de George W. Bush para invertirlo en la Guerra infinita.

Para Wanda Colón, el programa ha sido milagroso. Ella tiene más de cuarenta años en su barrio y ha visto a casí una docena de vecinos morirse de frío – literalmente – durante los inviernos amargos de Nueva York. Ella, y sus tres hijos, Joaquín, Gabriela y Nestor, han pasado mucho frío durante años, y han tenido que aguantarlo por falta de dinero. No podían pagar las altas cuentas del «heating oil». A veces, la joven Gabriela se tenía que poner hasta tres suéteres encima y una cobija estando en casa, para calentarse y poder hacer sus tareas para la escuela. Ahora, con la solidaridad del pueblo venezolano y su líder humanista, todo eso ha acabado. Ahora, para Wanda y miles de sus vecinos en Nueva York, el calor de la revolución bolivariana los calentará durante este invierno.