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El caos de la seguridad social en Estados Unidos

Fuentes: Rebelion

En el propagandizado país de las posibilidades, cada vez son más las personas que sufren la atosigante decepción de incorporarse a la lista de los pobres o de los que no pueden disponer de un seguro social para aliviar sus graves problemas de salud. El caso de Estela Ray es uno entre miles de ejemplos. […]

En el propagandizado país de las posibilidades, cada vez son más las personas que sufren la atosigante decepción de incorporarse a la lista de los pobres o de los que no pueden disponer de un seguro social para aliviar sus graves problemas de salud.

El caso de Estela Ray es uno entre miles de ejemplos. Al no disponer de seguro médico perdió la visión y consecuentemente el trabajo. Después de estar siete años ciega, logro que la atendieran en la clínica Open Door Health Center.

En ese centro, que atiende a pacientes sin seguro pues recibe ayuda económica de diversas fundaciones y hospitales privados, la señora Ray fue operada de cataratas por la doctora Nilda Soto y a los pocos días volvió a ver tras varios años de oscuridad.

La doctora Soto afirmó a la prensa que «Estados Unidos es el único país desarrollado que no tiene un plan de seguro universal…es una pena que una nación con tantos recursos no haya podido resolver este grave situación».

Se estima que entre 45 y 50 millones de personas en el país del Norte, carecen de seguro médico (16-18 % de la población), mientras que la cifra de pobres ya rebasa los 37 millones (13 %).

Con gran euforia, The Wall Street Journal divulgó que desde 1998 ha aumentado la cifra de millonarios en Norteamérica, a la par que reportes oficiales admiten que en el 2003 (últimos datos disponibles) 1 300 000 pasaron a la categoría de pobres.

Las familias millonarias controlaban 12 billones de dólares en activos en el 2004, un incremento del 8 % en relación con el 2003 y según Scott Klinger, de la organización Unidos por una Economía Justa, la administración de George W. Bush tiene que ver directamente con estos resultados debido al desplome de las tasas de impuestos. Indicó Scott que hace 50 años la tasa de impuesto sobre ingreso más alta fue de 91 % y hoy es de solo 34 %.

El propio presidente de la Reserva (FED), Alan Greenspan al presentar su testimonio sobre la economía, reconoció en una comparecencia ante la Comisión Bancaria del Senado, que la recuperación de ese país benefició solo a los más ricos.

La máxima autoridad monetaria estadounidense aseguró que su declaración se basaba no solo en lo que muestran los informes económicos, sino también en los datos de la FED y del Banco Central.

A finales del pasado año, en otra audiencia, Greenspan significó que el país enfrentará «decisiones abruptas y dolorosas» a menos que el Congreso reduzca determinados servicios sociales, lo que puso más nervioso aún a millones de personas pobres en la nación de la opulencia.

Entre las medidas urgentes que citó el presidente de la FED, se destacan las de recortar las ventajas de la Seguridad Social y del seguro médico de los jubilados civiles y militares, prometidos a los futuros pensionistas.

Además, se plantea que la edad de retiro aumentará en los próximos años de 65 a 67 años y que el gasto público se reducirá mucho más con las consecuentes afectaciones para una gran parte de la población.

Para disminuir el incontrolable déficit fiscal que en el 2004 llegó a 412 000 millones de dólares y este año debe sobrepasar esa suma, de la administración de George W. Bush ha confeccionado un nuevo proyecto presupuestario que prevé recortar los cupones de alimentos para los pobres, la ayuda médica a los veteranos de guerra, las pensiones por retiro, la asistencia infantil y la construcción de viviendas a bajo costo, entre otros.

Congresistas demócratas y republicanos se han opuesto hasta el momento a la aprobación del paquete de medidas sobre todo porque estipula la privatización de la seguridad social, lo cual han catalogado como una propuestas económica cruel.

El seguro social para 13 millones de ancianos en las diferentes ciudades estadounidenses es lo único que les permite pagar las necesidades diarias y si se les reduce serán arrastrados hacia la pobreza.

El gobierno federal estima que la línea de pobreza entre los ancianos se establece en menos de 9,060 dólares anuales para un individuo y 11,418 dólares para una pareja, que como es lógico solo alcanza para sufragar los gastos más perentorios y que en muchas ocasiones esas personas tienen que ser ayudadas por sus familiares.

Para Rita Lavizzo Mourey, presidente de Fundación Robert Wood Jhonson (FRWJ), «demasiadas familias están padeciendo el deterioro de la salud y demasiadas vidas se pierden porque el país no ha pasado a resolver el problema.»

Esa Fundación realizó el pasado mayo una campaña nacional denominada Semana para asegurar a los no asegurados, con la intención de crear en la opinión pública la necesidad de que exista un sistema de cobertura médica para toda la población

Solo en La Florida hay 3 millones de personas que no tienen seguro médico y de ellos el 20 % son niños. Muchos menores sin seguro médico en Miami-Dade tienen padres que trabajan, pero el salarios mal les sirve para el sustento diario y no pueden pagar los costos de una cobertura de salud familiar.

La inseguridad se hace cada vez más notoria como indican las declaraciones del presidente de The Children´s Trust: «Nos preocupan mucho las propuestas federales y estalates que cada vez reducen el número de niños que tienen acceso a programas de salud…se está cerrando las puertas, incluso para aquellos niños que son más vulnerables.»

Son los grandes contrastes económicos en una sociedad donde ante todo prima el dinero.