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El capital, los bloques y la crítica de la geopolítica

Fuentes: Rebelión

Dedicado a Javier Angulo, joven amigo inquieto por la geopolítica

El auge del tratamiento geoeconómico o geopolítico, geoestratégico -todo es geo- de los asuntos nacionales e internacionales, aunque siempre haya estado presente (la obrita El imperialismo de Lenin data de primeros de siglo XX), nos lleva a preguntarnos sobre sus formas y apuntar a su crítica.

Bajo mi punto de vista, aquellos que se preocupan por una explicación honesta de la realidad y aquellos que aspiran a actuar en la realidad con miras a la superación del capitalismo, deben reflexionar sobre el enfoque a adoptar en la discusión en torno a la lucha internacional de capitales y la dinámica de bloques.

En este sentido llamo la atención sobre tres enfoques, cada uno con alcance explicativo y consecuencias políticas distintos.

El primero sería el maniqueo, de buenos contra malos. Una versión Disney: aquí hay un bloque, el del bien, enfrente hay otro bloque, el malo; y ello por distintas razones (acuerdos comerciales o de inversión, chantaje o colaboración, armas o diplomacia, unos valores morales u otros). Entonces, se trata de posicionarse en función de ello, recopilando pruebas al efecto.

Este es un planteamiento que, al detenerse en la apariencia inmediata (la presencia de grupos de países capitalistas), tiene el inconveniente de que naturaliza su existencia, no se pregunta por qué existen. La crítica a este enfoque no obsta para sentir simpatías por uno u otro bloque, incluso posicionarse puntualmente con uno u otro, lo cual puede ser hasta inevitable; esta crítica solo debe servirnos para ser conscientes de las limitaciones y de la ingenuidad del enfoque.

Veamos el segundo planteamiento: todos los bloques son iguales, esta lucha de grandes capitalismos internacionales es un error, una equivocación, habría que aspirar a un orden internacional donde esta lucha se regule, o se elimine, lo cual podría materializarse en instituciones supranacionales tipo ONU, OCDE, BM, FMI, G7, G15 O 20, etc.

Esta visión que podemos denominar “ONU” o globalista, cuestiona la oposición entre capitalismos internacionalmente expansivos, en esto es un avance respecto al anterior. Pero, al presuponer la existencia de ese capitalismo (solo cuestiona su forma competitiva), sin enfrentarlo críticamente, con lo que también lo naturaliza. El capital es lo que hay, siempre lo ha habido y siempre lo habrá; y además, es mejor que cualquier otra alternativa que pueda surgir. (Algunos llegan a ver el origen del capital en el ADN humano. Spoiler: el capitalismo es social e histórico). Por tanto, hay que renunciar a la superación del capitalismo con todo lo que conlleva de resignación ante la pobreza, el atraso, el daño climático o las guerras, la retahíla de problemas que los organismos internacionales vienen denunciando reiteradamente sin ruborizarse.

Un enfoque alternativo a los dos anteriores consistiría en ver a los bloques capitalistas como formas del capital mundial, de modo que éste se expresaría, en cada lugar y en cada momento, como un imperialismo determinado. En esto puede coincidir con el planteamiento anterior. Pero, este tercero va más allá, porque no se detiene ahí, y se sigue preguntando sobre la necesidad del capital mundial.

Al enfrentar críicamente el capital como relación social mundial que regula la organización del sistema-mundo actual, que contiene en sí el antagonismo, ahora entre bloques o entre países, pero dentro de cada país entre capitales nacionales y entre clases sociales, abre paso a los planteamientos de avance de la humanidad hacia la superación del capitalismo.

Este cuestionamiento no debe quedar ahí sino que prosigue para preguntarse analíticamente sobre las formas concretas que preceden al capital mundial hasta llegar a la materia como forma concreta última. Así entiendo el enfoque materialista y dialéctico sobre el conocimiento objetivo del desarrollo internacional del capitalismo actual.

En cualquier caso, quiero pensar que la comprensión de los asuntos internacionales y la lucha (expresiones de contradicciones) que les da forma, atraviesen esta evolución: primero, empiezas posicionándote en un bloque; luego, los cuestionas a todos porque son iguales (buscan lo mismo y se comportan igual) y; terminas, pidiendo un cambio profundo que acabe con la raíz de los enfrentamientos mundiales y nacionales (la comunidad humana mundial regida por la ciencia, el socialismo).

El auge de las elaboraciones sobre geopolítica, geoestrategia o geoeconomía, que tienen de bueno que amplían el punto de mira al situarlo en lo global o mundial. Pero, pierden sentido si descuidan su conexión con lo nacional, regional o local. La unidad mundial del capital se fragmenta nacionalmente, pero no pierde esa unidad oculta que vuelve a expresarse en la constitución de los bloques y las relaciones entre estos; unidad presente en las cadenas globales de valor, cadenas que irrumpen en los espacios capitalistas nacionales desatando las más variadas luchas de clase, de capitales, de sexo, de cultura, de razas, de climas o incluso barriales, etc.

Estas cuestiones, y los debates que se desprenden, tienen que ver con los posicionamientos sobre la política internacional y su orientación, también con la posición de los distintos partidos y sus relaciones, con los debates sobre la unidad de la izquierda o la unidad nacional (frente al extranjero o al distinto); y al fin y al cabo tiene que ver con la acción política que lleva a cabo cada cual cuando habla con un vecino sobre el genocidio palestino, el cambio climático, la carestía de los super o la corrupción. Tomar conciencia de lo que hay, un poco más atrás, de las palabras que expresan nuestro pensar, forma parte del avance de la superación del capitalismo.

El enfoque materialista y dialéctico puede parecer menos realista, más utópico, o mas alejado, pero es lo que tiene dejar de mirar el dedo cuando alguien te señala la luna. Diría más: al iniciar la comprensión de la unidad universal de la que formamos parte nos sentimos capaces de apartar el brazo señalizador, experimentando el gozo y la comunión que transmite contemplar la majestuosa magnitud del firmamento ante nuestros diminutos ojos.

Pedro Andrés González Ruiz, autor del blog Criticonomía

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.