El pasado 14 de marzo el asesinato de la activista Marielle Franco conmocionó a la sociedad brasileña y provocó muestras de protesta y solidaridad a nivel internacional. Un mes después de este atentado hablamos con Evelin Minowa, perteneciente a la junta directiva en Sao Paulo del partido político PSOL (Partido Socialismo y Libertad), al que […]
Una política de la favela
Un mes después de acceder al cargo como concejala en el gobierno de Río Janeiro, Marielle Franco fue asesinada a balazos en su ciudad, tenía 38 años. «Su asesinato tiene que ver con la síntesis de las luchas que ella misma encarnaba como persona; mujer negra, nacida en las favelas, lesbiana, madre, defensora de los derechos humanos y militante antirracista. Resumía en su propio cuerpo y en su propia historia todos los discursos que molestan a los de arriba«. Mareille creció en la favela de Marea y después de formarse como socióloga, había llegado a la política formando parte de la comisión de Derechos Humanos del diputado regional de Río de Janeiro Marcelo Freixo. «Un recorrido vital muy difícil de realizar para mujeres como ella«.
En su trayectoria destacan varios trabajos relacionados con su realidad más inmediata. Entre ellos, su labor en la comisión parlamentaria sobre la actuación de la policía militar en las favelas de Río de Janeiro. «En Río al igual que en Bahía, el 70% de la población es negra. Basta con ser negro, pobre y vivir en las favelas, para acabar en prisión, asesinado por la policía o atrapado en las redes del narcotráfico«.
Los trabajos de investigación de Marielle llegaron a salpicar a varios políticos por corrupción que se vieron obligados a abandonar sus cargos. «Sucede que en muchos casos estos políticos no se preocupan por la situación social de las favelas y miran hacia otro lado, dejando actuar a la policía con total impunidad. Estos policías realizan el trabajo sucio para los políticos corruptos, que a su vez permite que la policía militar asuma el control de suministros básicos como el acceso al agua, luz, gas o internet. La policía militar se lucra con estos negocios, aprovechando el vacío que deja el Estado, que no garantiza estos servicios en las favelas«. Existen casos de policías que ya han dejado de ser lo pero actúan igualmente y disponen de acceso a armas. Toda esta situación impide que políticas como Marielle o de otros partidos, puedan hacer campaña en determinados barrios por estar controlados por estas milicias al servicio de los políticos de turno.
Marielle era conocedora de primera mano de toda esta realidad y dedicaba gran parte de su trabajo a denunciar las consecuencias que traía consigo el racismo institucional. «Ella entendía que el problema de la violencia en las favelas consistía en una guerra entre pobres, en la que los más desfavorecidos ponían los muertos. Por ello, una de sus labores era la de asistir a las familias de los policías asesinados por el narcotráfico, se trata por lo general, de familias con escasos recursos. Tenía una atención especial por las pésimas condiciones de trabajo y la discriminación que sufren las mujeres negras policías«.
Soluciones neoliberales para problemáticas sociales
El contexto global en la política brasileña está marcado por la llegada al poder del neoliberalismo, representado en la figura del presidente Michel Temer. Río de Janeiro ha sido una de las zonas del país donde más se acusó la crisis económica y política que lleva arrastrando el Brasil desde 2013. «El aumento del desempleo, el empeoramiento de las condiciones en salud y educación, la subida de precios del trasporte público y la precarización de la vida en general, fueron factores que provocaron el aumento de la violencia y también un nuevo auge del narcotráfico«.
El partido de Temer es el mismo que gobierna en l Río de Janeiro y los problemas que tenga este gran motor turístico, repercuten tanto en la economía como en la imagen del país. «En Río no existen grandes distancias entre las zonas turísticas y las favelas como suele haber en muchas ciudades entre el centro y su periferia. Aquí estos dos ámbitos están muy próximos, se entremezclan, por lo que la inseguridad y la violencia no quedan en lugares marginales y aislados. Para controlar la situación de inestabilidad en las calles, se decidió que el ejército sería el encargado de mantener la seguridad«. Esta decisión, que se tomó a principios de este año, ha tardado apenas tres meses en desembocar en el asesinato de una concejala de la ciudad como era Marielle Franco. «Lo sucedido pone de relieve la incapacidad de la clase política para resolver los problemas que vive la población tanto en lo social como a nivel de seguridad y queda de manifiesto que sus pretendidas soluciones no han servido sino para aumentar el caos«.
Repercusiones del asesinato
Respecto al asesinato de Marielle, todavía no se ha declarado a ningún responsable. Existen imágenes del crimen y hay testigos que presenciaron la huida de los asesinos, pero no se pudo identificar ningún rostro. Los autos en los que asaltaron a Marielle y con los que huyeron después, eran robados y llevaban matrículas falsas por lo que no se ha obtenido ninguna pista en este sentido. «Sí las hay respecto a la munición empleada. Las balas pertenecían a un cargamento robado a la policía federal y son las mismas que no hace mucho, empleó la policía en Sao Paulo en una redada contra supuestos sospechosos que acabó con diez muertos. Existen varias investigaciones abiertas que implican a la policía militar y al ejército en el contrabando de armas«. Esta vía de investigación acerca de la munición empleada en el asesinato de Marielle puede ser un camino para encontrar a los autores del crimen.
Los grandes medios han hablado mucho sobre su caso y se han dedicado a recordar su lucha y las causas que defendía. Saben que un suceso tan terrible como este puede movilizar muchas voces de protesta contra los grandes poderes. Además la repercusión internacional que ha seguido a su asesinato perjudica a las grandes empresas y al propio gobierno brasileño.
«Era una mujer con gran presencia, muy fuerte, con mucha empatía, una persona muy linda con toda una vida por delante. La noticia de su asesinato provocó mucha tristeza y desesperanza pero nos hemos dado cuenta que es necesario trasformar toda esta tristeza en fuerza para luchar. Nosotras no queremos que Marielle se convierta en un icono, en una mártir, una imagen melancólica ensalzada y manipulada por los medios para apaciguar a la gente. Pensamos que la mejor manera de dignificar su vida es que nosotras sigamos luchando por las mimas causas en las que ella trabajaba; en la defensa de los derechos humanos, de los derechos LGTBI, en contra del racismo y la pobreza en las favelas«.
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