El ingreso de Venezuela al MERCOSUR no es un dato menor en la política latinoamericana; la integración no sólo debe leerse económicamente, sino debe comprenderse el peso que el Eje Bolivariano tiene en la región, que ahora sumado a la compañía de Argentina, Brasil y Uruguay, cristalizan una derrota del Imperialismo. ¿Qué es lo peor […]
El ingreso de Venezuela al MERCOSUR no es un dato menor en la política latinoamericana; la integración no sólo debe leerse económicamente, sino debe comprenderse el peso que el Eje Bolivariano tiene en la región, que ahora sumado a la compañía de Argentina, Brasil y Uruguay, cristalizan una derrota del Imperialismo.
¿Qué es lo peor que le puede pasar a un periodista? Perder credibilidad. Y ¿a un gobierno? La desobediencia. Étiene La Boétie allá por el 1548 escribía un pequeño texto de gran caudal teórico y fundacional para la Modernidad llamado «Sobre la servidumbre voluntaria». A lo largo de las líneas el autor intenta restituir la libertad ontológica del hombre. Situemos esto en época donde el Absolutismo estaba en su mejor momento: un hombre gobernaba a una masa gigantesca de hombres, a través de dispositivos descentralizados (mecanismo de coerción) y los hombres no se sublevaban. La cobardía no es una excusa suficiente para el autor; sino en cómo los valores y la realidad servil son transmitidos a las generaciones futuras: la servidumbre es lo normal, lo debido, lo correcto y por lo tanto elimina cualquier intento de pensar por fuera de lo establecido.
Pasaron varios siglos desde esta invitación al debate: surgió el marxismo para dar un corpus teórico y práctico a la liberación humana, tuvo suinterpretación enla Revolución Rusa y su declinación a principios de la última década del siglo XX. El mundo de ahora en más capitalizado por EE.UU dejaba sin alternativa posible otra forma de concebir la realidad, la política y la filosofía. Sólo una Isla resiste y muestra que la explotación del hombre por el hombre puede llegar al fin. El Fin de la Historia de Fukuyama sería el primer regalo que cualquier humano occidental recibiría al llegar al mundo.
De ideología y terrorismo
Cuando un país se transforma en imperio, la obediencia frontera adentro no basta: debe saber posicionarse frente a cada país, hacer los negocios correspondientes impidiendo que logren desarrollarse y aislando cualquier amenaza que dispute la hegemonía. Cuando el consenso hegemónico se ve alterado entra la coerción: Plan Cóndor, Escuelas de las Américas y la implementación de neo-liberalismo para cortar bien debajo la raíz para evitar cualquier desvío.
Cuando los pueblos conservan su memoria es difícil que repita errores, por eso la estrategia cambia. Las Fuerzas Militares ya no poseen la misma impronta en los países de América Latina, o al menos la Sociedad Civil supo tomar las riendas. Cambió el formato de la intervención imperialista en los ahora denominados Golpes Suaves; éstos van desde un levantamiento policial, pasando por un golpe de estado-parlamentario o financiando a civiles que montan ONGs para crear un descontento intestino y acudir en ayuda democrática foránea.
Svampa en «La plaza vacía» hace una acotación sobre la década del 90 en Argentina que viene al caso, para entender lo que ocurre en Latinoamérica. Sostiene que cuando los gobiernos carecen de una oposición (hablando político partidariamente) viable quienes toman ese lugar son los medio de comunicación. Caso emblemático puede ser nuestro país, sin embargo en Venezuela, Ecuador y Bolivia se repite la escena.
Sin embargo el panorama se complica cuando la realidad que construyen los medios de comunicación proviene desde afuera del sujeto. Es más que sabido la puesta en escena al estilo holliwoodense que EE.UU. monta en los medios de comunicación para justificar invasiones, derrocar gobiernos o aislar del mundo. Se puede sostener que al acabar la Segunda Guerra Mundial no sólo EE.UU. se erigió como la potencia económica, sino que también quién se apropió del discurso: el cine fue el lenguaje que más penetra en la construcción de sentido, pero los medios de comunicación no se quedan atrás. Ellos son los que designan quiénes están lejos de la democracia, quiénes son los dictadores, los terroristas, en fin, quiénes son los malos; los buenos están definidos.
La dictadura venezolana
Desde que Chávez llegó al poder en Venezuela, el Departamento de Estado ha tenido una empresa de menor envergadura que una invasión, pero que aún no pudo concretar: derrocar a Hugo Chávez, o al menos aislarlo del resto del mundo.
¿Por qué? Venezuela encara en Socialismo del Siglo XXI. La receta que EEUU implementó con Cuba es inviable por contextos históricos: bloqueos, embargos, aislamiento en instancias de integración, sin embargo repite la misma fórmula mediática para construir la imagen de Chávez como dictador, populista, terrorista, asesino, etc.
Venezuela es un país rico en recursos naturales, por eso no se lo puede poner en cuarentena, se lo necesita. No entraré en detalles aquí de los logros sociales de la Revolución Bolivariana, pero es oportuno aclarar que Venezuela llevó adelante un proyecto para el intercambio regional comercial, lo concretó y cosecha los frutos: El SUCRe (Sistema Único de Compensación Regional). Los países del ALBA (Ecuador, Cuba, Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Dominica, San Vicente y las Granadinas y Antigua y Barbuda) hacen sus transacciones comerciales fuera del patrón dólar, dándoles capacidad de ahorro en las divisas necesarias en el traspaso de la moneda estadounidense. Otros datos se suman a la disputa ideológica con EE.UU: la salida del CIADI y de la CIDH del país venezolano con fuertes críticas a los organismos y el rechazo al TIAR por parte de los países del ALBA por el reclamo de Argentina frente al enclave colonial en las Islas Malvinas.
A diferencia de otros gobiernos progresistas como Uruguay, Argentina o Brasil, Venezuela a demás del discurso construye una alternativa posible al sistema capitalista. Supo ser hacedor del Eje Bolivariano en contrapartida al de Washington junto con Cuba y a lo largo de los años supo conquistar a Ecuador y Bolivia a esta forma del Socialismo. El eje se consolida poco a poco y a pasos firmes, a pesar de los intentos de EEUU para recuperar la hegemonía político-ideológica de aquel patio trasero a través de la Alianza del Pacífico.
Los intentos del país del norte por derrocar el proyecto bolivariano llevan a agotar todas las instancias posibles y optar por una nueva modalidad: la revuelta intestina, procedimiento que la primavera árabe llevó a cabo. EE.UU. invierte alrededor de 3 millones de dólares por año en Venezuela a través de la NED (Fundación Nacional por la Democracia, en sus siglas en inglés: National Endowment for Democracy), organismo sin fines de lucro que vela por las instituciones y la democracia a lo largo del mundo; Javier Salado lo sintetiza: «Nuevas formas y vías han surgido en el andar cotidiano de su oficina, y ahorita, el COS responde por las acciones de otras agencias e instituciones del gobierno estadounidense dedicadas a la subversión, como la USAID, el IRI, el NDI y las ya veteranas instituciones «pantallas» de la CIA: Freedom House y NED. Y es que a cada una de ellas, se le han destinado recursos multimillonarios para lograr el derrocamiento del proceso bolivariano venezolano, sin importar la vía.»
Ingreso al MerCoSur
La suspensión de Paraguay del MERCOSUR por el golpe de estado permitió el ingreso de Venezuela como miembro pleno del organismo regional. El organismo cuenta con dos miembros del G-20 y uno de ellos es una de las cinco economías emergentes. Varios son los motivos que llevaron a Venezuela a ingresar al organismo, tanto propios como de los otros que lo esperaban con los brazos abiertos desde hace seis años. Venezuela aporta hidrocarburos, producción de cereales, recursos minerales y grandes extensiones de tierra a los números macroeconómicos, trasformando al organismo en la quinta economía mundial; y aún más aporta en carácter cualitativo. Sería ingenuo pensar que Argentina, Brasil o Uruguay incorporen la Revolución Bolivariana, pero lo más importante es que Venezuela tiene ahora más espalda para seguir revolucionándose.
» La lucha por el reconocimiento, la voluntad de arriesgar la propia vida por una meta puramente abstracta, la lucha ideológica a escala mundial que exigía audacia, coraje, imaginación e idealismo, será reemplazada por el cálculo económico, la interminable resolución de problemas técnicos, la preocupación por el medio ambiente, y la satisfacción de las sofisticadas demandas de los consumidores». Ese es el Fin de la Historia de Fukuyama al sentenciar que no hay alternativa al liberalismo occidental; pero afortunadamente hace varios años la historia pidió un bis.
El imperio fue desobedecido. Tal vez no era justamente la desobediencia que La Boétie pretendía, pero no es menor. No sólo desobedecido sino que se supo construir alternativa, una contra-hegemonía, un posible realizable. EEUU seguirá impidiendo que la Revolución Bolivariana se expanda. El ingreso de Venezuela no es ningún triunfo definitivo, sin embargo es un paso importante a nivel político que debe ser celebrado a la espera de Ecuador y Bolivia en esta integración.
Lo ocurrido esta semana no sólo debe leerse como una derrota estadounidense, sino también como un reto para los demás países de la región como es Chile, Paraguay o Colombia a no quedar postergados bajo la tutela del norte. Tampoco debemos considerar al MerCoSur como un bloque homogéneo, hay economías dispares y proyectos de país diferentes. «El aislamiento nacional y los antagonismos desaparecen de día en día con el desarrollo de la burguesía, la libertad de comercio y el mercado mundial» sostuvo Marx en el Manifiesto, y deberíamos tenerlo presente pero no de modo profético, sino cómo herramienta de comprender lo que ocurre y situar esta coyuntura para empezar a hablar regionalmente del Socialismo del Siglo XXI.