«Los Estados Unidos no tienen amigos, sólo intereses». John Foster Dulles Muchas veces nos sentamos a ver una película conociendo de antemano que el guionista nos pasará gato por liebre; el protagonista tendrá más vidas que el misifuz del patio y después de enfrentarse a 20 soldados de elite, y cuatro leones con hambre de […]
«Los Estados Unidos no tienen amigos, sólo intereses». John Foster Dulles
Muchas veces nos sentamos a ver una película conociendo de antemano que el guionista nos pasará gato por liebre; el protagonista tendrá más vidas que el misifuz del patio y después de enfrentarse a 20 soldados de elite, y cuatro leones con hambre de una semana, se quita el polvo del hombro derecho, arregla el peinado y sale a pasear con su linda chica. Sí, ya sé que me dirán que para eso son las películas, para desconectar, y coincido con usted, solo que a veces la vida, terca que es, supera con creces a la ficción del guionista más fantasioso. Este es el caso de la película El Ultimátum de Bourne (2007): la oficina de la CIA en el Reino Unido intercepta una palabra de las consideradas como «alerta» en una conversación a través de un teléfono móvil de un periodista británico, gracias a la red ECHELON.
Rueda, video
ECHELON es la mayor red de espionaje y análisis para interceptar comunicaciones electrónicas de la historia, controlada por la comunidad UKUSA (United Kingdom – United States of America), este es el nombre de un pacto altamente secreto firmado por estos dos países al finalizar la Segunda Guerra Mundial, esta red está conformada por las siguientes instituciones: por EE.UU.; National Security Agency (NSA); por Canadá, Communications Security Establishment (CSE); por el Reino Unido, General Communications Head Quarters (GCHQ); por Australia, Australian Defense Security Directorate y por Nueva Zelanda, General Communications Security Bureau.
En realidad el término ECHELON solo designa a la sección de espionaje de señales (Sigint, Signals Intelligence) dedicada a interceptar las comunicaciones vía satélite. Sin embargo, gran parte de la información que se publica, identifica a la parte con el todo, denominándose ECHELON a toda la red de espionaje que realmente se nombra Sistema de Espionaje de Señales de los EE.UU., USSS.
UKUSA ha reunido información de inteligencia desde 1948, pero no fue hasta el lanzamiento de los primeros satélites dedicados a las comunicaciones civiles en los años 70 en que nace ECHELON. Los países que integran el sistema poseen estaciones de intercepción electrónica y 120 satélites para rastrear gran parte de las comunicaciones establecidas por radio, satélites, microondas, teléfonos móviles, cables submarinos y fibra óptica. Las señales capturadas son procesadas por supercomputadoras, que trabajan con aplicaciones denominadas «diccionarios», que permiten buscar patrones específicos en las comunicaciones, ya sean direcciones, palabras, frases e incluso voces; para lograrlo se trabaja en análisis automático y clasificación de lo interceptado mediante técnicas de inteligencia artificial. Se estima que ECHELON intercepta más de tres mil millones de comunicaciones por día.
A pesar de haber sido presuntamente construida para controlar las comunicaciones militares y diplomáticas de la Unión Soviética y los países del extinto Pacto de Varsovia, con la desaparición de estos «enemigos» se produjo un cambio sustancial en la misión de ECHELON. Durante esa década sus objetivos no se limitaron a la vigilancia del crimen organizado, de los movimientos revolucionarios, del terrorismo internacional y de los países «hostiles», progresivamente el espionaje se extendió al ámbito de las propias naciones participantes y al espionaje comercial. Algunas de las bases identificadas con ECHELON.
· EE.UU. :Fort George Meade, Maryland; Sugar Grove, Virginia; College Park, Maryland; Mountain View, California; Morwenstonw, Yakima; así como la Base Militar estadounidense Bad Aibling, en Alemania y Sabana Seca en Puerto Rico.
· Reino Unido: Menwith Hill, Yorkshire y Westminster, Londres.
· Australia: Geraldton y Shoal Bay.
· Canadá: Letrim.
· Nueva Zelanda: Waihopai.
Para ejemplificar en algo lo anteriormente dicho, se dice y no son mentiras mías, que la base Sugar Grove, situada en las montañas Shenandoah, a unos 355 km al sudoeste de Washington, disponía en 1990 de cuatro antenas de satélite, en noviembre de 1998, su número había aumentado a nueve, de las que seis estaban orientadas a las comunicaciones europeas y asiáticas. La estación de Morwenstow, en el Reino Unido, se encarga de coordinar los pinchazos de los satélites de comunicación Intelsat ubicados sobre Europa y los Océanos Atlántico e Índico, las estaciones de Menwith Hill y Bad Aibling siguen a los satélites que no son del sistema INTELSAT, y si hace falta pinchar un cable submarino no hay problemas, para eso está el minisubmarino USS Parche.
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Torre del centro de escucha Menwith Hill |
A cada país dentro de la alianza UKUSA le fue asignado una responsabilidad sobre el control de distintas áreas del planeta. La tarea principal de Canadá solía ser el control del área meridional de la antigua Unión Soviética. Durante el período de la guerra fría se enfatizó en el control de las comunicaciones por satélite y radio en Centro y Sudamérica, principalmente como medida para localizar tráfico de drogas Por lo que los EE.UU., controlaban gran parte de Latinoamérica, Asia, la parte asiática de Rusia y el norte de China. Gran Bretaña por su parte intercepta comunicaciones en Europa, Rusia y África. Australia se encarga de examinar las comunicaciones de Indochina, Indonesia y el sur de China, mientras Nueva Zelanda barre el Pacífico Occidental. El sistema dispone de 120 estaciones fijas y satélites geoestacionarios, las que son capaces de filtrar más del 90% del tráfico de Internet a nivel mundial.
En los años 90, gobiernos, empresarios y transnacionales estaban afectados por las actividades relacionadas con el espionaje industrial y comercial de ese sistema. Según el experto Carlos Sánchez Almeida, «se trata de tener el control absoluto del mundo por parte de las compañías norteamericanas, ECHELON podría definirse como un conglomerado político-económico al servicio de determinado trust. Y hablamos de Monsanto, líder en ingeniería genética, o de MacDonnel Douglas, fabricante de armas», si la red de espionaje detecta las intenciones de un gobierno, «podrá tomar una decisión política o económica para influir en esa decisión, presentando a una compañía de confianza a un concurso».
El relanzamiento de las discusiones sobre ECHELON derivó, precisamente, de diversos asuntos en los que la «información privilegiada» permitió a empresas estadounidenses ganar contratos a sus competidoras europeas. Así, la existencia del espionaje internacional dejó de ser un elemento de la «alianza occidental en defensa del mundo libre», para pasar a ser un factor de enfrentamiento entre potencias dominantes.
En cuanto al espionaje político, ECHELON tiene un rasgo distintivo muy importante, su carácter internacional le permite «saltarse» las prohibiciones acerca del espionaje contra connacionales. Así, un gobierno participante puede pedir a un servicio extranjero realizar el trabajo sucio en su país y quedar a salvo de los controles parlamentarios o judiciales, mientras los espías involucrados guarden el secreto.
A continuación les describo algunos de ejemplos que harían que James Bond entregara al MI5 británico una carta de renuncia irrevocable por no estar a la altura del momento histórico, veamos:
En 1983, la entonces primera ministra del Reino Unido, Margaret Thatcher pidió a los servicios secretos británicos vigilar a dos miembros de su gabinete; con el fin de evitar eventuales problemas, estos pidieron ayuda a sus colegas canadienses. En 1988, se hizo público que el senador estadounidense Thurmond estaba bajo vigilancia de los servicios británicos, a solicitud de la NSA norteamericana. Lo singular de ese caso es que no había razones evidentes para tal vigilancia. Una investigación de la época estableció que no existía un control sistemático acerca de las decisiones de espionaje.
Otros casos tuvieron un claro tinte político, buscando proteger, o arruinar, a personalidades de la «alta» política, entre otros, Pierre Trudeau, primer ministro de Canadá; la princesa Diana de Gales, y también en nombre de la Seguridad Nacional, como la vigilancia contra el congresista estadounidense Michel Barnes, por sus comunicaciones con funcionarios sandinistas durante el gobierno de Ronald Reagan (1981 – 1989). Sin embargo, revelaciones de los años 90 develaron que los objetivos de los superespías son cada vez más amplios: en 1992, ex agentes británicos declararon al London Observer que organizaciones como Amnistía Internacional y Greenpeace eran monitoreadas sistemáticamente.
A partir de ECHELON, con las tecnologías para reconocimiento de voz, fue capturado el narcotraficante colombiano Pablo Escobar, al ser localizado gracias a una conversación telefónica que mantenía con su esposa a través de un teléfono móvil.
La NSA identificó mediante ECHELON, en Madrid, Santiago de Chile, Buenos Aires y Londres a todos los activistas de derechos humanos que jugaron un papel importante en la detención y los procesos judiciales emprendidos contra el dictador chileno Augusto Pinochet, este hecho de espionaje provocó que muchos de ellos fueran amenazados o expulsados de sus trabajos sin motivo aparente.
A principios de los años 90, durante un juicio a dos líderes feministas británicas, las afectadas declararon que sus actividades privadas estaban siendo espiadas. El juez citó a un técnico de la compañía British Telecom, que descubrió la existencia de una aplicación informática capaz de escanear simultáneamente cien mil comunicaciones por segundo, y declaró que el GCHQ interceptaba las comunicaciones desde un satélite mediante redes de fibra óptica El gobierno británico contactó con el juez, y este declaró al testimonio «secreto» «porque afectaba a la Seguridad Nacional» y prohibió utilizarlo en el juicio.
La NSA actúo en el caso del secuestro de buque italiano Achille Lauro en 1985. El presidente egipcio Hosni Mubarak estaba negociando el traslado del comando de secuestradores al Líbano, pero sus conversaciones fueron captadas por la NSA, que envío los datos a la VI Flota norteamericana, basificada en el Mar Mediterráneo y en una operación sorpresa, digna de la película del sábado, el avión que transportaba a los secuestradores fue interceptado en el aire y obligado a aterrizar en una base aérea estadounidense en Sicilia. Ni Mubarak, ni las autoridades italianas fueron informadas de la operación, que produjo un gravísimo incidente diplomático entre Italia y los EE.UU.
En cuanto al espionaje comercial también hay mucha tela por donde cortar; y se desnuda el carácter de este sistema mundial de «vigilancia». Lejos no solo de toda noción de Seguridad Nacional, sino de cualquier «vínculo nacional», los casos de espionaje comercial relacionan a ECHELON con las empresas proveedoras del sistema. Ello comprende nombres muy conocidos: IBM, Lockheed, TRW, Hughes, entre las más importantes. Una evidencia de que estas prácticas fueron incorporadas a las instituciones de EE.UU. fue la creación de la Office of Intelligence Liaison, adscrita al Departamento de Comercio. El espionaje comercial afectó principalmente a empresas asiáticas:
· NEC de Japón pierde un contrato de satélites con Indonesia por miles de millones de dólares que fue a parar a manos de AT&T.
· Afectaciones a fabricantes japoneses de autos, por un modelo de auto no contaminante y espionaje en Japón durante las negociaciones sobre el comercio de autos de lujo.
· Espionaje durante la asamblea de la Asociación Asia – Pacífico, APEC, en Seattle (1997), operación que arrojó, entre otras cosas, importantes contratos para la construcción de obras hidroeléctricas en Vietnam, a favor de políticos del Partido Demócrata.
· Los servicios canadienses espiaron a la delegación mexicana durante la negociación del TLC en 1992 – 1993.
· Espionaje contra la delegación francesa durante las negociaciones de liberación comercial de la Ronda Uruguay.
· Espionaje a las negociaciones del consorcio europeo Panavia para vender el avión de combate Tornado a los países del Oriente Medio.
· También se le achaca a este sistema participación en la disputa entre los gigantes de la industria del automóvil General Motors y Volkswagen, ¿imagina usted amigo lector a favor de quién?, claro, a favor de GM, no faltaba más.
A comienzos de la década del 2000, ECHELON estaba en el centro de las disputas entre EE.UU. y Europa, no solo porque el espionaje favorecía a las empresas estadounidenses, sino también porque en Europa, el Reino Unido juega el papel de Caballo de Troya, no pierde vigencia el viejo presidente francés Charles De Gaulle con su célebre cita, «el Reino Unido es un portaaviones estadounidense anclado en las costas europeas». Los casos más sonados afectaron a compañías francesas: en uno, McDonnell Douglas y Boeing vendieron mil millones de dólares en aviones a Arabia Saudita desplazando a Airbus, debido a la interceptación de información por el espionaje de EE.UU.; en otro, Thomson-CSF fue desplazada por Raytheon en un contrato por 1400 millones de dólares para crear un sistema de supervisión por radar en la Amazonia brasileña. También se reporta espionaje de la NSA contra el sistema de correo electrónico de la Unión Europea durante las negociaciones comerciales de 1995 con respecto a las exportaciones de repuestos de automóviles.
Según el «Financial Mail on Sunday», las palabras clave identificadas por los expertos de EE.UU. incluyen los nombres de las organizaciones comerciales intergubernamentales y consorcios de empresas que licitan contra compañías estadounidenses.
En 1999, se habló de una posible cooperación entre la NSA y Microsoft, con la idea de «plantar» programas espías en Windows, de entregar los códigos para desencriptar y de reducir la eficacia de los medios de defensa contra el espionaje en las PC. Se esgrimieron como pruebas de esa cooperación, los problemas de seguridad que presentó el navegador, Internet Explorer, la presencia de personal de la NSA en los equipos de ingenieros de esa empresa, así como el hecho de que el principal comprador de Microsoft fuera el Pentágono. El misterio se develó a comienzos de 2007 cuando se hizo público este matrimonio de años. ¿Se acuerda de aquella vieja canción de José Augusto que en una de sus partes decía: «La verdad escondida aparece»?
El making off
La cuestión esencial radica en el funcionamiento de este sistema. Una vez definidos los objetivos del espionaje, resulta evidente el carácter titánico de la tarea encomendada a ECHELON: vigilar «todas» las comunicaciones que se realizan en el mundo. A primera vista, tal tarea parecería imposible y hasta absurda. Primero por la complejidad y las dificultades tecnológicas que implica el diseño de un sistema capaz de interceptar los millones de millones de comunicaciones que se realizan diariamente en el mundo. Segundo, y sobre todo, por las cantidades de información generada, cuyo tratamiento y análisis escaparía a los acelerados tiempos del espionaje. Lo interesante del caso ECHELON es que las tecnologías utilizadas ofrecen la posibilidad de alcanzar «lo esencial» de tan descomunal tarea.
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Gráfico de funcionamiento de ECHELON |
La primera capa de ECHELON consiste en los medios de intercepción que captan las comunicaciones y las transmiten a los centros de tratamiento, ello comprende: las estaciones terrestres, los medios navales espías y los satélites secretos ubicados a gran altura (mayor que la de los satélites civiles). El espionaje en Internet se realiza a través de los servidores raíz, la mayoría de las cuales está manejada por empresas o instituciones estadounidenses.
Los estudiosos de ECHELON ubican 11 importantes estaciones terrestres de espionaje, cuyo objetivo principal son las transmisiones de los sistemas satelitales, en particular los sistemas Intelsat e Inmarsat. Otras estaciones terrestres, que operan por lo general en bases militares, se encargan de rastrear las transmisiones radiales de alta frecuencia, ligadas con comunicaciones militares. La red de satélites espías se controla totalmente por los servicios estadounidenses. Está dedicada a interceptar las comunicaciones por microondas, telefonía celular, electrónicas y radiales. Se estima que esta red posee al menos veinte satélites participando en las tareas de espionaje.
El siguiente nivel de ECHELON es el primer tratamiento de la información. Una vez interceptados, los mensajes son convertidos (si conviene) en código binario, mediante tecnologías informáticas (reconocimiento de caracteres y de la voz). Tal es el caso de los sistemas de reconocimiento de la voz, capaces de convertir en texto las conversaciones telefónicas. ECHELON cuenta con un sistema llamado Voicecast, que permite establecer un patrón de voz y rastrearlo para monitorear todas las llamadas de la persona bajo «observación». La intercepción da como resultado cantidades inconmensurables de información. La solución aplicada por el sistema es el establecimiento de principios para discriminar las «escuchas» útiles de las desechables. Ello se concreta en aplicaciones informáticas capaces de analizar los documentos buscando ciertos patrones (palabras, nombres, sitios, códigos, números de teléfono y otros).
Los llamados «Diccionarios» o compendios de «palabras clave» constituyen la base de tales programas. En ellos, los diferentes servicios de espionaje incluyen los criterios que deben ser rastreados en los mensajes interceptados. Y así, la cantidad de información por analizar se reduce drásticamente. Solo los mensajes que contienen un término incluido en el «Diccionario» son grabados y, en ciertos casos, analizados. Hasta ese momento, todo el proceso es automatizado: la intercepción, la codificación, la búsqueda a partir de los diccionarios se realiza con dispositivos automáticos, entre los cuales destacan las computadoras de procesamiento masivo. Con los mensajes «escogidos», los analistas de ECHELON elaboran diferentes tipos de informes: traducción y compilación de las intercepciones, clasificaciones por temas, por personas y otros, según las necesidades del «cliente». Este procedimiento se denomina «Control estratégico de las telecomunicaciones».
He aquí una muestra fehaciente del pensamiento de las clases dirigentes de los EE.UU. quienes manejan los hilos de ECHELON, «Para que la globalización funcione, EE.UU. debe actuar sin miedo como la todopoderosa superpotencia que es. La mano oculta del mercado nunca funciona sin la ayuda de un puño oculto. McDonnald´s no podría florecer sin McDonnel Douglas, el proyectista de los aviones de combate F-15; y el puño oculto que garantiza la seguridad de un mundo en el que puede prosperar la tecnología del Silicon Valley se llama Ejército, Fuerza Aérea, Armada y Cuerpo de Marines de los EE.UU.». Thomas Friedman. The New York Times. 20 de marzo de 1999.
ECHELON suministró a las autoridades de los EE.UU. una alerta de tres meses antes de que se realizaran los ataques contra las Torres Gemelas. Un artículo aparecido en el diario Frankfurter Allgemeine Zeitung, de Alemania daba cuenta de que los servicios de inteligencia israelí y estadounidense recibieron señales de aviso al menos tres meses antes de que se realizaran los secuestros de los aviones comerciales y su conversión en armas para atacar símbolos del imperio norteamericano.
Los créditos
La existencia de ECHELON mencionada en 1976 por Winslow Peck, se hizo pública en 1998 por la Fundación Omega, dedicada a estudios de mercado, a través de un informe que le fue encargado por el Parlamento Europeo. Este señala que «Dentro de Europa todas las comunicaciones por teléfono, fax y correo electrónico son rutinariamente interceptadas por la NSA. A diferencia con los sistemas de espionaje electrónico desarrollados durante la Guerra Fría, ECHELON está diseñado para objetivos civiles: gobiernos, organizaciones y empresas, virtualmente en cualquier país». Por esa fecha el Presidente Willian Clinton tuvo que desclasificar los primeros documentos que hablaban de ECHELON, a instancias de investigadores de la Universidad George Washington.
En 1998 el Parlamento Europeo aprobó una resolución sobre ECHELON, aunque descafeinada, en febrero de 2000 se celebró una audiencia sobre protección de datos, auspiciada por esta entidad, que incluyó a ECHELON como uno de sus puntos de discusión. El 5 de septiembre de 2001 (algunas décadas después de que fuera operativo), el Parlamento Europeo denunció en una ya histórica resolución la existencia de «un sistema de interceptación mundial de comunicaciones, resultado de una cooperación entre los EE.UU., el Reino Unido, Canadá, Australia y Nueva Zelanda». Sin embargo, seis días después de este hecho, se desmoronaban las Torres Gemelas de New York y con ellas y bajo el martilleante eslogan «America under attack», el sentir de esa resolución. Es de destacar, y no es una trama palaciega de la Europa medieval que la Unión Europea denunció en una resolución a un país integrante de esa organización, el Reino Unido, y a tres que son miembros de la OTAN (Reino Unido, EE.UU. y Canadá), por espionaje, en fin parece que no todos son tan europeos, ni tampoco están tan unidos. Se pudiera decir que los dueños del mundo solo confían en los descendientes de la pérfida Albión.
Los gobiernos europeos no podían quedar a la zaga de su «Jefe» en este tipo de aventuras y pusieron a funcionar su propio servicio secreto: Enfopol. En noviembre de 1998 la revista electrónica alemana Telépolis denunció la creación de una red de espionaje a semejanza de ECHELON en Europa que parecía asociarse claramente con el nacimiento de Enfopol y que perseguía los mismos fines que el programa norteamericano. El establecimiento del servicio Enfopol fue ratificado por todos los países miembros de la Unión Europea en 1995 (ENFOPOL 112 100037/95) aunque ninguno de ellos lo confirma o desmienta y aunque no ha existido ningún tipo de debate público al respecto. En este sentido, se aprobó una resolución relativa a la interceptación legal de las telecomunicaciones por el Parlamento Europeo.
Esa resolución, también fechada en 1995, no tiene carácter obligatorio pero todo apunta a que un grupo de países la adoptaría formando un «espacio Enfopol» a semejanza del «espacio Schengen» que iría aumentando a medida que más países fueran integrándose en dicho espacio. Enfopol intentaría imponer sus normas a todos los operadores europeos de telefonía fija y móvil que deberían facilitar a esta policía secreta europea un acceso total a las comunicaciones de sus clientes, así como información sobre números marcados y números desde los que se llama. En el caso de Internet, los Proveedores de Servicio de Internet, ISP, deberían facilitar puertas traseras para que Enfopol pudiera penetrar en sistemas privados a sus anchas. Evidentemente los ISP estarían obligados a informar sobre los datos personales de su cliente, de correo electrónico y claves privadas. La información que proporcionasen tampoco podrían hacerla pública, así como tampoco a quién se la proporcionaron. Todo ello, sin que sea necesaria una orden judicial.
Según se comenta los franceses para no quedarse detrás de su eterno rival, el Reino Unido, crearon su propio sistema, «Frenchelon», algunas de las informaciones conseguidas por los servicios especiales franceses, y realizadas desde estaciones ubicadas en Dordoña, Guayana Francesa y Emiratos Árabes Unidos, fueron compartidas con los servicios especiales italianos, alemanes y españoles.
Tal y como es costumbre en el cine contemporáneo, los dejo aquí con toda intención de que esperen la segunda parte de esta saga.
*Una versión de este texto apareció en el el número 1 de la revista Giga. La Habana, 2008.
Referencias:
-Añover Julián, «1984. ECHELON y Enfopol nos espían».
-Castrillo Rocío, «¡Ojo El imperio nos espía!». Equipo Nikor.
-García Mostazo, Nacho, «Echelon: La red espía global». Rebelión.
-Ornelas Bernal Raúl, «Un mundo nos espía. El escándalo ECHELON».
-Poole Patrick S., «ECHELON: America’s Secret Global Surveillance Network».
– «ECHELON». Enciclopedia en línea Wikpedia.
-«Informe ECHELON». http://altavoz.nodo50.org/echelon2000.htm