En el psicoanálisis freudiano, el sueño, por ejemplo, es un contenido manifiesto, esto es, aquello que se permite leer, recordar, en la superficie. Por medio del contenido manifiesto, no es posible identificar el trauma que afecta a una persona, porque lo que se permite ver, recordar, es una cortina de humo que esconde el contenido […]
Por medio del contenido manifiesto, no es posible identificar el trauma que afecta a una persona, porque lo que se permite ver, recordar, es una cortina de humo que esconde el contenido primario, esto es, el trauma.
Para alcanzar el trauma, sin embargo, el psicoanalista debe tener acceso al contenido primario del sueño. Para tal fin, el contenido manifiesto es concebido como desplazamiento y condensación del contenido primario.
En el caso del golpe, en Brasil, el Congreso es el contenido manifiesto, y se expresa como desplazamiento y condensación, ocultando así a los verdaderos agentes del golpe, en el plano del contenido primario.
Usando la técnica del psicoanálisis, el golpe en Brasil tiene la siguiente estructura: 1. El Congreso (cámara y senado) fue y es el contenido manifiesto del golpe; 2. El Poder Judicial (con el Ministerio Público al frente) y los medios de información (que no de comunicación) son el desplazamiento del contenido manifiesto; 3. Los Estados Unidos son la condensación, el contenido latente del hecho, al amalgamar 1 y 2 en sí mismo como el padre latente del trauma.
Sin tocar los citados puntos 2 y 3 del golpe, seremos nosotros mismos (y hemos sido) meros contenidos manifiestos de la pesadilla de nuestra bastardia histórica.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de los autores mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.