Traducción de Susana Merino para Rebelión
Reivindicada antes por el altermundialismo, el impuesto a las transacciones financieras está actualmente promovido por los gobiernos liberales. (Reuters/Eric Gaillard)
«Es necesario que las finanzas participen en la reparación de los daños que han provocado. Es necesario poner en marcha el impuesto a las transacciones financieras» Luego de sus augurios del sábado 31 de diciembre a los franceses, Nicolas Sarkozy mencionó la creación de un impuesto inspirado en la Tasa Tobin como una de las últimas reformas de su mandato.» Antes de fines del mes de enero» tomaré una decisión «para Francia relacionada con el impuesto a las transacciones financieras» insistió el viernes 6 de enero el consejero especial del presidente de la República Henri Guaino. Recordando al mismo tiempo que Francia esperaba «una decisión de Bruselas» sobre dicho tema.
Curioso destino el de este impuesto, imaginado en 1972 por un economista liberal en los EE.UU. popularizado por los altermundistas de Attac (Asociación por una Tasa a las Transacciones financieras y para la Acción Ciudadana) e impulsada por los socialistas europeos, antes de llegar a ser hoy defendida por gobienos liberales como los de Merkel y Sarkozy.
1972: en sus orígenes el economista liberal usamericano James Tobin
En agosto de 1971, el presidente estadounidense Richard Nixon, decidió abolir la convertibilidad del dólar en oro, dando así fin al sistema monetario internacional establecido en 1944 por los acuerdos de Bretton Woods que garantizaban una gran estabilidad para las tasas de cambio. Fue en ese contexto que el profesor de economía usamericano James Tobin planteó en una conferencia pronunciada en la Universidad de Princeton la idea de aplicar un impuesto muy pequeño (entre el 0,05 y el 0,2%) a las transacciones financieras, lo que permitiría «arrojar algunos granos de arena en los engranajes de las finanzas internacionales» es decir limitar la inestabilidad de los mercados financieros frenando el desarrollo de la especulación de corto plazo. En 1981 recibió el premio Nobel de economía.
1984: La experiencia sueca
En 1984 Suecia aplicó un impuesto del 0,5% aobre las transacciones financieras del mercado de acciones. Dicho impuesto due duplicado en 1986 y posteriormente ampliado al mercado de las obligaciones. Pero la experiencia fracasó: los ingresos generados por este impuesto fueron decepcionantes porque el impuesto provocaba la huída de los capitales hacia el exterior, hacia las Bolsas de Londres y de Nueva York o a colocaciones «offshore». La experiencia fue abandonada en 1990. Muchos economistas lo siguen citando como prueba de que el establecimiento de ese tipo de impuestos por un solo país está condenado al fracaso.
1992-1995: Regreso del impuesto luego de las crisis europea y mejicana
El impuesto se vió actualizado a mediados de los años 90, luego de la primera crisis del sistema monetario europeo em 1992 y posteriormente del peso mejicano en 1994. En aquellos años el presidente socialista François Mitterrand relanza la idea en la cumbre social de Copenhage y es nuevamente mencionada más tarde durante el G7 en Halifax. La inclusión de un impuesto a las transacciones financieras aparece inmediatamente en el programa del candidato socialista Lionel Jospin en las elecciones presidenciales de 1995, reinstalado por Jacques Chirac (RPR).
La asociación Attac propugna desde su creación en 1998, el establecimiento de un impuesto a los flujos financieros AFP.
1997-2001: Attac contra James Tobin
En diciembre de 1997, el periodista Ignacio Ramonet publica un editorial en Le Monde diplomatique ttulado «Desarmemos los mercados» en el que estima que fiscalizar impositivamente los ingresos financieros es «una mínima exigencia democrática». Según él la aplicación de un impuesto de esa naturaleza «terminaría el credo liberal de todos aquellos que no cesan de mencionar la inexistencia de un sistema de recambio para el sistema actual». Se trata de un impuesto «solidario». Aún módico (0,1%) generaría colosales ingresos con los que se podría «erradicar la pobreza extrema antes de comienzos de siglo»
Y concluye sugiriendo la creación la «organización no gubernamental de la Acción por una Tasa Tobin para ayuda a los ciuddanos (Attac) a escala planetaria» Due así que un día de 1998 nació el movimiento Attac (Asociación para la Tasación de las Transacciones financieras y para la Acción Ciudadana) y convertido en la punta de lanza de la puesta en marcha del impuesto y de un nuevo movimiento planetario «el altermundismo».
Una manfestación anti-G8 en Génova, el 23 de julio de 2001 .(AFP/Daniel dal Zennaro)
En julio de 2001, se lleva a cabo la cumbre del G8 en Génova, Italia. Los altermundistas organizan una contra cumbre yse producen importantes manifestaciones en las calles de la ciudad. Algunas manifestaciones degeneran en motines severamente reprimidos por las fuerzas del orden. Muere un joven manifestante.
El acontecimiento mueve a James Tobin, el economista liberal inventor del impuesto a a salir de su mutismo. En una entrevista concedida al diario alemán Der Spiegel, critica a los altermundistas que «malversan (su) nombre». «No tengo nada en común con esos «que tiran piedras» contra la globalización, subraya el economista que estima que la posición de los movimientos como Attac «hablan de buenos sentimientos pero piensan mal». Para el señor Tobin la mayoría de los militantes antiglobalización tiene por principal objetivo combatir la expansión del libre mercado, mientras que él se considera «un partidario del libre comercio»
1997-2001: El vals de la duda de Lionel Jospin
En1997, luego de la disolución de la Asamblea Nacional, la izquierda gana las elecciones en Francia y Lionel Jospin, asume como primer ministro. Pero el impuesto que defendiera dos años antes queda en el olvido. Dominique Strauss-Kahn, ministro de Finanzas en la época no está de acuerdo: un documento burocrático de Bercy, incluye un estudio oficial en que lo critica firmemente.
Dominique Strauss-Kahn, ministro de economía y Lionel Jospin primer ministro, en la Asamblea Nacional. (AFP/Pascal Guyot)
En un debate televisado en 1999, quién se opone abiertamente al primer secretario del PS, François Hollande, es Nicolás Sarkozy quién fustiga el «absurdo» de fidcalizar impositivamente las transacciones financieras » Si lo hacemos en Francia vamos a tener decenas de miles de desocupados suplementarios».
Se cree que el impuesto ha sido definitivamente enterrado. Pero algunos meses antes de una nueva elección presidencial. Lionel Jospin lo saca de la galera en agosto de 2001 en oportunidad de una entrevista en la TF1. Jospin se confiesa favorable a que Francia proponga a la Unión europea tomar la iniciativa (sobre un impuesto a las transacciones financieras) en el plano internacional». Algunos días después su homólogo alemán del SPD, Gerhard Schröder llama a iniciar un debate europeo sobre el control de los flujos financieros especulativos.
En noviembre de 2001, en Freancia, la asamblea nacional sanciona el principio de un impuesto a las transacciones en el mercado de divisas pero a condición de que no entre en vigor hasta tanto los demás países de la U.E. adopten una medida idéntica. El impuesto vuelve a caer en el olvido en el 200 con la victoria de Jacques Chirac como Presidente de la República.
2006: el impuesto se dirige hacia la derecha
Pero la derecha poco a poco toma el tema en sus manos. En 2006 el jefe de Estado avanza un paso: lograr establecer un impuesto perenne sobre los pasajes aéreos, adoptado por 27 países (que generó 180 millones de euros suplementarios a la ayuda francesa al desarrollo). En 2007 se avanza un paso más: el ministro de Asuntos Extranjeros Nernard Kouchner vuelve a lanzar el principio de establecer un impuesto a las transacciones financieras y defiende la idea de realizar una retención «indolora del 0,005% que reportaría unos 30 mil millones por año.
2008: una nueva crisis financiera, esta vez mundial, mezcla las cartas
En setiembre de 2008, la quiebra del banco usamericano Lehman Brothers marca el ocmienzo de las crisis de las llamadas «subprimes » y se reinstala la crítica hacia las finanzas internacionales y la especulación. En agosto de 2009 la inclinación de Adair Turner, jefe de la autoridad británica de los servicios financieros (FSA), una especie de gendarme de la City, y antiguo jefe de los patrones británicos a favor del impuesto, genera un nuevo cambio.
Gordon Brown, en noviembre de 2009. El antiguo primer ministro se muestra dispuesto a analizar la puesta en marcha de la Tasa Tobin sobre las transacciones financieras (AFP/John Thys).
En plena tormenta financiera, el impuesto surge de nuevo en el G20 de las finanzas en noviembre de 2009 en el que el ministro laborista británico, Gordon Brown, que se considera favorable, con el objeto de precaverse contra nuevas pérdidas record de los bancos. El G20 de las finanzas solicita al fondo Monetario Internacional (FMI) que acelere el análisis sobre la factibilidad de dicho impuesto. Pero Dominique Strauss-Khan que a asumido la titularidad del organismo internacional continúa estando en contra de un impuesto que juzga simplista y muy difícil de instalar. Los EE.UU. y los mercados financieros se mantienen en contra. El Fondo se pronunció finalmente por un impuesto a las empresas financieras que no prosperó.
2011: por un impuesto circunscripto a la zona euro
La ampliación de la crisis griega a toda la zona euro sigue ampliando el círculo de partidarios. En junio de 2011, la Comisión europea propone a su vez la introducción de un impuesto a las transacciones financieras a partir de 2014 destinado a nutrir el presupuesto de la Unión europea.
Angela Merkel y Nicolás Sarkozy el martes 4 en el Elíseo. Para la canciller alemana, fiscalizar las transacciones financieras es una «necesidad evidente» (AP/Philippe Wojazer)
En agosto, Nicolas Sarkozy y la canciller alemana Angela Merkel. Auncian una próxima iniciativa franco-alemana sobre el tema. Sus declaraciones provocan una brutal caída de las acciones del grupo NYSE-Euronext, que maneja las Bolsas de Nueva York, Paris, Bruselas, Amsterdam, Lisboa y Porto. La city, el NYSE y el presidente del Banco Central europeo renuevan su hostilidad hacia un impuesto de estas características en Europa, temiendo comoene l ejemplo sueco ua huída de capitales en el momento en que Europa atraviesa un nuevo periodo de turbulencias financieras.
En noviembre Nicolás Sarkozy se convierte en el heraldo de la Tasa Tobin en el G20 en Cannes. «Un impuesto sobre las transacciones financieras es técnicamente posible, financieramente indispensable, moralmente insoslayable» aasegura el jefe de estado. La tasa recibe especialmente el apoyo de argentina y de Sudáfrica pero una gran cantidad de países se mantienen esquivamente en contra, especialmente los EE.UU. y China. La iniciativa pareciera estar en un impasse a nivel mundial, el Reino Unido – preocupado por la plaza financiera londinense – y Suecia -escaldada por su experiencia de 1984 tampoco la quiere, de modo que la idea pareciera circunscribirse a un impuesto para la zona euro.
A mitad de diciembre, el ministro de economía François Baroin, anuncia para el 23 de enero de 2012 una «contribución» franco-alemana por un impuesto que estará operativo en 2013- El 31 de diciembre Nicolas Sarkozy la menciona en sus augurios y sugiere su rápida probación, antes del término de su mandato. El viernes 5 de enero Henri Guaino promete anunciar la decisión francesa sobre el ipuesto antes de fin de mes.