A partir del domingo (25), durante cinco días, movimientos sociales y representantes del poder público brasilero estarán reunidos en Brasilia para asistir a la 3ª Conferencia Nacional de las Ciudades. La Conferencia es un espacio de discusión colectiva de la Política Nacional de Desarrollo Urbano (PNUD), pero, este año, organizaciones sociales como el Forum Nacional […]
A partir del domingo (25), durante cinco días, movimientos sociales y representantes del poder público brasilero estarán reunidos en Brasilia para asistir a la 3ª Conferencia Nacional de las Ciudades. La Conferencia es un espacio de discusión colectiva de la Política Nacional de Desarrollo Urbano (PNUD), pero, este año, organizaciones sociales como el Forum Nacional de la Reforma Urbana (FNRU), van a aprovecharlo también para reclamar acciones efectivas del gobierno federal para la mejora del espacio urbano.
Una de las principales luchas de los movimientos por la reforma urbana es desarrollar políticas que permitan revertir el déficit de los siete millones de viviendas en Brasil. Según Regina Ferreira, de la Coordinadora del Forum Nacional de Reforma Urbana, ese déficit está concentrado en familias que tienen un ingreso mensual de hasta tres salarios mínimos, lo que implica la necesidad de que el Estado brasilero elabore políticas de apoyo para la construcción de esas viviendas.
Para ello, el FNRU propone la implementación de la Ley del Sistema Nacional de la Vivienda de Interés Social y aumente los recursos del Fondo Nacional de la Vivienda de Interés Social (FNHIS). Esos recursos del Fondo van a posibilitar la Implementación del Programa Nacional de Producción Social de la Vivienda, viabilizando el acceso de las asociaciones comunitarias y cooperativas habitacionales autogestionarias.
El disponer innumerables inmuebles del Estado, gobierno federal, estados y municipios, que se encuentran ociosos para la realización de programas de habitación social en diálogo con los movimientos sociales también es una de las propuestas del Forum, según Regina Ferreira, para revertir el déficit habitacional.
En comunicado de prensa, el FNRU reivindica el envío de recursos del orden de los R$ 106.000 millones del Plan Nacional de Crecimiento (PAC), para la vivienda y la infraestructura urbana. En octubre, cuando el Forum promovió manifestaciones y ocupaciones de edificios públicos por todo el país, fue recibido por el Presidente de la República Luiz Inácio Lula da Silva y discutió la utilización de esos recursos hasta el 2010, pero las promesas de entonces todavía no fueron cumplidas. Además, la sociedad no fue llamada para discutir la aplicación del dinero del PAC.
Regina dijo que la sociedad va a participar de las discusiones del PAC, «por dentro del Consejo de las Ciudades». La población necesita saber cómo es que se implementa el PAC, para que pueda desarrollar mecanismos de monitoreo y control social de los recursos.
Las movilizaciones de octubre aseguraron también una reunión con varios ministros del gobierno federal, entre ellos Luiz Dulci, de la Secretaría General de la Presidencia, y la ministra jefe de la Casa Civil, Dilma Rousseff, en la cual, además del destino del dinero del PAC, se discutió la implementación de la política nacional de saneamiento y de la política nacional de desarrollo urbano
Los movimientos piden además la reglamentación del Consejo de las Ciudades, para que tenga carácter deliberativo; la reglamentación de la política nacional de saneamiento; la implementación de una política nacional de prevención de los conflictos por la tierra; la implementación del Sistema Nacional de Desarrollo Urbano.
De los más de 2.500 representantes de la sociedad civil y de los gobiernos, que estarán reunidos en la capital brasilera, cerca de 800 están articulados en el FNRU. Y, a pesar de que ellos entienden las innovaciones políticas implementadas durante el gobierno de Lula -que permiten mayor participación popular, como la implantación del Consejo de las Ciudades (2003), las conferencias de las ciudades (2003 e 2005) y el proceso de elaboración de los planes directrices participativos (2005-2006)-, como conquistas importantes del movimiento urbano, resaltan que la transformación de ello en calidad de vida para la población todavía es poca.
Brasil alberga todavía un «modelo de desarrollo perverso y desigual, que está caracterizado por profundas diferencias en los patrones de calidad de vida, ciudadanía e inclusión social. Genera desigualdades, segregación y exclusión de la población de los beneficios de la urbanización y del derecho a la ciudad. Las ciudades son usufructuadas por unos pocos y el modelo de desarrollo urbano sirvió para aumentar los privilegios de una reducida parte de la población», dice el texto del FNRU para la 3ª Conferencia.
Traducción: Daniel Barrantes – [email protected]