La verdad es se siguen tomando decisiones gubernamentales trascendentales sin debate público, por ejemplo, sobre asuntos financieros sobre los que una vez más nos siguen colando como soluciones técnicas neutras, decisiones políticas neoliberales.
El pasado 19 de Julio, el nuevo presidente del Circulo de Economía, desde hace años punta de lanza intelectual de la derecha económica, aseguraba que el Circulo debía aumentar su presencia en un debate público «dominado por los políticos», que con su «ruido» están provocando debates como el matrimonio entre personas homosexuales o la reforma de los estatutos autonómicos, en perjuicio de debates «mucho más importantes, como la integración de los inmigrantes o la formación profesional» (El País, 20/7/05). Y como vocero de los nuevos poderes financieros no le faltaba razón, porque se siguen tomando decisiones gubernamentales trascendentales sin debate público; aunque muchos ciudadanos pensamos que entre los debates omitidos hay que incluir precisamente el creciente aumento del poder financiero global en España y que una vez más nos siguen colando como soluciones técnicas neutras, decisiones políticas neoliberales.
En los grupos de Attac en España, somos muchos los que observamos inquietos como, bajo el gobierno de la izquierda, los poderes financieros hispanos se globalizan más y más con la adquisición de bancos de nuestros vecinos; y deja que nuestro mercado financiero se potencie y globalice con la presencia cada vez mayor de los poderosos fondos de inversión anglosajones que compran y venden participaciones en las empresas españolas (por ejemplo: CVC Capital Partners, comprador de Cortefiel), buscando «creación de valor», es decir, un aumento artificial del valor de las cotizaciones en Bolsa sin importarles mucho a que se dedican esas empresas adquiridas, de las que solo buscan pingües ganancias financieras, cuando luego venden las acciones a mayor precio.
Y mientras, el Tribunal Constitucional nos ha venido a recordar indirectamente que las plusvalías del capital financiero siguen tributando al 15%, sean ganancias de miles de millones o de mil euros; cuando sigue aplazado aquel punto del programa electoral ganador que pedía reestablecer la progresividad tributaria sobre esas plusvalías del capital. Por el contrario, casi al mismo tiempo, el Secretario de Hacienda nos ha explicado a la ciudadanía que seguirán abonándose los 100 euros mensuales a las mujeres que trabajan fuera de casa con hijos pequeños; pero que aquellas jóvenes madres, sin trabajo fuera de casa, tendrán que seguir esperando para cobrar esos euros, a que aumenten espontáneamente los ingresos tributarios.
Porque, ¡eso sí ¡, continuando la línea de los gobiernos predecesores para que sigan tranquilos los mercados financieros y los «inversores» – sean del país que sean porque ya no tienen nacionalidad y pueden volar de un país a otro – han comenzado a adoptarse decisiones muy preocupantes, sin debate público y sin apenas eco en una prensa dominada por los grupos de la derecha mediática.
¿ Que no es así? ¿Qué estamos exagerando?
Pues recordemos los ejemplos recientes que revelan cuando menos el despiste de la izquierda gobernante.
El primero podría ser la publicación del Reglamento de prevención del blanqueo de capitales que había realmente elaborado el equipo anterior de Rato y Aznar. La normá básica de la identificación de cualquier cliente por los bancos y entidades financieras para detectar a los autores de operaciones de lavado de dinero sucio se recoge con ¡ excepciones ¡. Sí; excepciones en los casos de movimientos transnacionales de capitales en los que no se exige la identificación del dueño porque vienen de otros países de la UE o vienen de terceros países – como Suiza – pero que, como en el texto del Reglamento no se concretaron esos casos excepcionales, los tiene que concretar la casi clandestina Comisión interministerial de prevención del blanqueo de capitales. Y naturalmente, este asunto ha despertado el máximo interés de la AEB, la Asociación Española de Banca, que no quiere de ningún modo que con el afán de controlar el dinero sucio (aunque sea de la droga o del terrorismo) se pueda ahuyentar al improductivo capital financiero que acude a nuestra Bolsa. Regular y controlar el dinero sucio se opone al principio de libertad de movimiento del capital financiero, que es la gran conquista moderna del capitalismo. Y nosotros, como ciudadanos pensantes, nos preguntamos si no habría sido más lógico que se hubiera exigido en ese Reglamento la identificación de cualquier cliente financiero extranjero en todos los casos, sin ninguna excepción.
El segundo despiste es doble y, además, con acuerdo del pleno del Congreso del día 30 de Junio de 2005. Por un lado, se suscriben diez acuerdos con reconocidos paraísos fiscales para un pretendido intercambio de información fiscal, pretendido porque estos centros offshore se comprometen a intercambiar una información que no tienen porque no la recogen ya que no recaudan impuestos por esas actividades o porque los depósitos de las personas físicas se esconden en fideicomisos (trusts, en inglés financiero) o están a nombre de sociedades offshore. Además, en la línea más actual de los organismos internacionales controlados por Washington, le damos el tratamiento de Estado independiente a Dependencias de la Corona británica como las islas de Jersey (la de Gescartera y el BBVA), de Guernesey y de Man, con quienes hemos firmado directamente los acuerdos, en vez de hacerlo con el Gobierno Blair, tal vez como premio a las oligarquías isleñas que contribuyen eficazmente a la evasión fiscal en España. Y para colmo, en aplicación del Decreto de Aznar de 2003 ya no se les considerara paraísos fiscales para la legislación española por haber suscrito esos acuerdos sobre intercambio de información fiscal.
En ese mismo pleno del Congreso, a pesar de las denuncias y advertencias de la Asociación Profesional de los Inspectores de Hacienda, se aprueba una verdadera amnistía fiscal para las grandes fortunas que se han refugiado en las Sicav, las sociedades de inversión mobiliaria de capital variable, un tipo de sociedad anónima fiscalmente privilegiada, gestionada por nuestras grandes entidades financieras, que no solo seguirán tributando al 1 % en vez del 35 % como cualquier sociedad mercantil sino que se ha impedido a la Inspección de Hacienda que haga efectivas las 200 actas de infracción abiertas a las falsas Sicav de 99 mariachis u hombres de paja, haciendo perder a Hacienda varios millones de euros, que se perdonan. Como el pago de impuestos se mete en el paquete de las cuestiones financieras, en adelante será la Comisión Nacional del Mercado de Valores, la celebre CNMV, la que vigilara a las Sicav con la diligencia que ya demostró con Gescartera.
El tercer despiste sigue siendo aun más grave. Nuestro Secretario de Estado de Economía ha presentado en público el Proyecto del nuevo Reglamento de instituciones de inversión colectiva, que estaba pendiente desde hace dos años, porque los Gobiernos de Aznar no se atrevieron a sacarlo y que, entre otras modernidades, reconoce en nuestro Derecho a los fondos de inversión de alto riesgo, los llamados hedge funds, donde se refugia el poder financiero global más voraz y especulativo, generalmente vinculado a los paraísos fiscales de los centros offshore, que «apalancados» con enorme dinero prestado realizan arriesgadas operaciones especulativas en Bolsa, sin creación de riqueza ni de empleo. Todo eso siguiendo la línea «modernizadora» y neoliberal ya tradicional del pensamiento único, que facilita y potencia los mercados financieros globales, donde no se crea riqueza y el dinero se compra y se vende a sí mismo en sus diversas manifestaciones, en forma de acciones, bonos, préstamos bancarios, seguros, fondos y demás productos financieros. Es decir, se deja que vaya aumentando sutilmente el dominio de la economía productiva de este país por las finanzas internacionales. Porque nuestra izquierda no ha aprendido todavía lo que ya sabían los Reyes Católicos: que gobernar es controlar el poder de los grupos sociales poderosos.
Y para apoyar la digestión social de esas decisiones institucionales y entretener al personal, a los medios televisivos y de paso tener ocupados y distraídos a nuestros gobernantes, la derecha política de la oposición parlamentaria alborota y pancartea por la geografía autonómica, mientras se va internacionalizando y estrechando sus lazos con el poder imperial de Washington.
Nuestra derecha política, antiguamente nacionalista y acérrima defensora de la patria, ahora reverencia y se pirra por reunirse en la Casablanca, ansiosa de globalización neoliberal. Sus lideres máximos intentan asociarse al brazo político del poder financiero mundial: Rato afincado ya un año en el FMI; Aznar, profesor asociado al neoliberalismo conservador republicano de USA; y Rajoy, esperanza blanca del centrismo gallego y universal y leal seguidor de su jefe, celebra su desayuno de trabajo con el Presidente del país militarmente más poderoso del mundo, claro está que en su calidad de Vicepresidente de la Unión Democrática Internacional,
Pero si Vd., ciudadano corriente, también forma parte del mundo financiero o le ha sobrado algo de la paga de Junio, las páginas de nuestra prensa diaria nos informan que puede invertir sin trabas, libremente, sus ahorros en Irak con solo decírselo a la Ministra local competente.