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El desvanecido sueño americano

Fuentes: Rebelión

Cada día son más las personas que ven frustradas sus vidas al no encontrar el propagandista sueño americano que como canto de sirenas las han llevado o viven en una sociedad donde van a engrosar el numeroso grupo de pobres. Por si usted lo desconoce, sepa que en Estados Unidos, el país más rico del […]

Cada día son más las personas que ven frustradas sus vidas al no encontrar el propagandista sueño americano que como canto de sirenas las han llevado o viven en una sociedad donde van a engrosar el numeroso grupo de pobres.

Por si usted lo desconoce, sepa que en Estados Unidos, el país más rico del mundo, que ha hecho gran parte de su fortuna explotando a otras naciones mediante la imposición del neocolonialismo y del neoliberalismo, el número de pobres alcanza a 42.8 millones de habitantes.

A esa cifra deben sumarse unos millones más en los próximos años tras promulgar la administración de Donald Trump el mayor cambio al sistema de impuestos en Estados Unidos en las últimas décadas.

La ley va encaminada a generar más dolores de cabeza a las clases menos favorecidas, impulsará la riqueza de las corporaciones y de los que tienen mayores ingresos, y profundizará el déficit fiscal de la nación.

Los recortes de impuestos serán temporales (hasta 2025) para toda la población, mientras que para las grandes compañías será permanente (entre 21 % y 35 %) lo que generará un déficit fiscal de 1,5 billones de dólares, o sea, tendrá un impacto positivo para el 1 % de los que más ganan.

Trump, como ha sido una constante de su altisonante personalidad, elogió la medida: «Nuestra gran y muy popular ley de recorte de impuestos ha tomado una nueva ruta de amor con grandes compañías y corporaciones premiando a sus trabajadores con bonos. Este es un fenómeno que nadie vio y ahora es la sensación».

Los promotores de la ley aseguran que al tener las corporaciones más dinero, podrán realizar mayores inversiones y ofrecer empleos pero eso resultó un bumerang en las administraciones de Ronald Reagan y de George Bush.

Además, la ley ataca directamente a los de menos recursos pues elimina el llamado Obamacare, (aprobado por la anterior administración de Barack Obama) un sistema de salud que brinda alguna asistencia médica a millones de personas que no pueden pagar un seguro.

Ya no digamos los millones de personas que viven bajos los puentes o en diminutas tiendas de campañas por diferentes ciudades del país, sino para aquellos que tienen algún trabajo poco remunerado les resulta imposible, por los altos costos, enfrentar alguna enfermedad.

Muy pocas familias de bajos ingresos cuentan con ahorros para tratar de resolver una emergencia, ya sea médica, de vivienda o de tránsito.

Un estudio de BBC Mundo, señala que cuando los núcleos de personas pobres se enfrentan a éstas urgencias, y no poseen otras opciones, suelen recurrir a empresas de préstamos rápidos, lo que empeora su situación.

Al hacerlo se exponen a quedar atrapadas en un ciclo de deuda sin salida , en el que tienen que pagar tasas de intereses de 400 % , una cifra inimaginable para quienes tienen tarjetas de crédito.

Por falta de capital suelen acudir a empresas de alquiler de muebles o de equipos de hogar para dotar a sus viviendas de aparatos básicos como una lavadora, pero esas compañías saben que no tienen otras opciones y u na familia puede terminar pagando 2,5 veces más el costo real de estos bienes sin llegar nunca a poseerlos .

Así de agresivo es lo que muchos analistas han llamado Capitalismo Salvaje donde el dinero prevalece por encima del ser humano.

En Estados Unidos, además de los millones que pernoctan por las calles sin poder alquilar un local, existen otros 12 millones de habitantes que gastan más de la mitad de su salario en renta apartamentos y para el 2025 serán 15 millones los que estarán en esa situación.

El condado de Miami Dade es el tercero del país con el mercado de la renta en peor condición en cuanto a precios. Más del 51 % de los hogares dedica cifras superiores al 30 % de sus ingresos para pagar un local. Esta situación se agrava entre las personas de ingresos bajos y medianos.

Estudios realizados por la Universidad Internacional de la Florida (FIU) indica que los residentes de la Pequeña Habana, con ingresos medios de 21 099 dólares al año deberían pagar solo 530 dólares al mes para no sentir que la renta los ahoga. Sin embargo, un apartamento de una habitación en este vecindario se renta, como promedio, por 1 450 dólares, tres veces más de los que sería una cantidad asequible para los residentes.

En una reciente conferencia, Ned Murray, director adjunto del Metropolitan Center de la FIU, significó que «en Miami hay personas que están pagando el 100 % de sus ingresos en la vivienda, y que tienen que ser subsidiados por la familia. Tenemos muchos residentes que dependen de entradas fijas o del Seguro Social».

Seguidamente señaló la violenta inestabilidad que se crea en los niños cuando la familia se ve obligada a mudarse porque no pueden afrontar el alquiler, y el estrés que pone sobre las escuelas. Una situación que no afecta solo al menor que se cambia de centro con frecuencia sino también a los compañeros de clase.

Según datos oficiales, en la Florida, 276 000 familias con niños están afectadas por la crisis de la vivienda. Los hogares con personas de la tercera edad le siguen en esta lista, con 164 756. Entre los trabajadores más afectados se encuentran los oficinistas y personal administrativo, los empleados del sector de la gastronomía, de la construcción, mantenimiento, y del transporte.

Ciertamente que el llamado Sueño Americano se ha convertido en verdadera pesadilla para muchas personas.

Hedelberto López Blanch, periodista, escritor e investigador cubano, especialista en política internacional.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.