Según las previsiones de los analistas, las principales petroleras estadounidenses marcarán un nuevo récord trimestral de beneficios en el primer trimestre de 2006 tras haber cerrado con cifras históricas el pasado año. El consenso se ha establecido en aumentos del 30% sobre las cifras correspondientes al primer trimestre del pasado año. Un ejercicio en el que […]
Según las previsiones de los analistas, las principales petroleras estadounidenses marcarán un nuevo récord trimestral de beneficios en el primer trimestre de 2006 tras haber cerrado con cifras históricas el pasado año. El consenso se ha establecido en aumentos del 30% sobre las cifras correspondientes al primer trimestre del pasado año.
Un ejercicio en el que Exxon Mobile, por ejemplo, consiguió unas ganancias de 36.100 millones de dólares, la mayor cantidad ganada en un año por cualquier empresa mundial. Una cantidad que superaba en un 43% las cifras de 2004, año en el que también consiguieron el récord. Estos números se están convirtiendo en un verdadero problema político para la Casa Blanca, especialmente por las espectaculares subidas que ha experimentado el precio de la gasolina. Y lo que puede venir. Si algunos análisis de urgencia presentados estos días lo confirman, a finales de este año podría producirse un hecho histórico en EEUU: A finales de año, la gasolina podría alcanzar el precio de cinco dólares por galón (1,08 euros por litro), con lo que costaría más que en Europa.
De momento, las cifras actuales están lejos de esa posibilidad. Pero marcan récord históricos. Hoy por hoy, la gasolina cuesta de promedio en el territorio estadounidense 3,08 dólares por galón (66 céntimos de euro por litro). Un máximo histórico que derribó las cifras registradas en los días inmediatamente posteriores al impacto del huracán Katrina en los últimos días del pasado agosto, pero que refleja una realidad que ha sido constante hasta ahora, hoy por hoy, en EEUU, los consumidores pagan un 54% menos por litro de combustible que sus colegas europeos. Pero eso no les sirve de consuelo, sobre todo porque el precio del barril de crudo silgue disparado.
La subida del precio del petróleo no se ha frenado por encima de los 70 dólares, y hoy el barril de Brent ha superado por primera vez en la historia los 71 dólares. Desde la OPEP aseguran que no pueden parar esta escalada, e Irán advierte que seguirá con su programa nuclear. La demanda, la especulación y las tensiones geopolíticas continúan aliándose en la persistente subida del precio del petróleo. Esta escalada ha alcanzado hoy un nuevo récord, al alcanzar los futuros del barril de Brent con entrega en junio los 71,40 dólares. Hasta la fecha, nunca se había superado la barrera de los 71 dólares.
A primera hora de la tarde del día 17, la cotización del barril tipo West Texas también ascendía por encima de los 70 dólares, al borde del récord de 70,85 dólares que marcó el pasado 30 de agosto, coincidiendo con la devastación causada por el huracán Katrina en la zona petrolera del Golfo de México. El mercado del petróleo encontraba sustento para sus subidas en las declaraciones surgidas desde Irán. El cuarto mayor productor mundial de crudo, con cerca de un 5% del bombeo mundial, insiste en que continuará con su programa nuclear, lo que incluye el enriquecimiento de uranio. Irán se enfrenta a posibles sanciones por parte de la ONU, y sufre las amenazas de países como EEUU. A este respecto, el ministro de petróleo de Qatar, Abdullah al-Attiyah, ha manifestado hoy que «confiamos en que no pasará nada con Irán». Pero el ministro de Qatar, como representante de la OPEP, también ha destacado que «no hay nada que podamos hacer» para frenar la subida del precio del petróleo, porque «ya estamos produciendo al máximo». En su última reunión, la OPEP acordó mantener en máximos de 25 años su cuota oficial de bombeo.
Los récords alcanzados por el precio de venta al público de la gasolina y las críticas realizadas al secretario de Defensa de EEUU, Donald Rumsfeld, por su forma de dirigir la invasión de Irak, a las que acaba de sumarse el ex jefe del Alto Mando de la OTAN, Wesley Clark, han sido aprovechadas por los demócratas para relacionar la política energética con la invasión. Washington sigue usando como argumento para las subidas de precio, la adicción de los estadounidenses a la gasolina que se refleja en cifras como la que señala que el 70% del petróleo que se consume en EEUU va a parar a los automóviles. Una visión que no convence del todo al electorado.
Según las últimas encuestas, el 68% de los estadounidenses se manifiesta en contra de la política energética de Bush, un dato que tienen muy presente algunos relevantes miembros del principal partido de la oposición, como la senadora por New York, Hillary Clinton, a la hora de recordar que en el presupuesto de 2007 sólo se incluye una partida de 440 millones de dólares para las energías alternativas. Una minucia en comparación con los 150 millones de dólares previstos por el mismo texto para afrontar los gastos de la ocupación de Irak.