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El disco óptico

Fuentes: Diagonal

El disco óptico es una región circular que se ubica en el centro de la retina, el cual escasea de sensibilidad para los estímulos luminosos, provocando un área dentro del campo de visibilidad al que se conoce como punto ciego.   El pasado 6 de mayo cerca del 70% de los votantes griegos rechazaron a […]

El disco óptico es una región circular que se ubica en el centro de la retina, el cual escasea de sensibilidad para los estímulos luminosos, provocando un área dentro del campo de visibilidad al que se conoce como punto ciego.

 

El pasado 6 de mayo cerca del 70% de los votantes griegos rechazaron a los partidos que apoyaban en sus programas el cumplimiento de las condiciones en las que se entregaron los prestamos del rescate. A pesar de ello no se pudo formar gobierno, por lo que se ha convocado nuevas elecciones para el próximo 17 de junio. Los sondeos prevén un aumento en la votación de la coalición de izquierda «radical» (Syriza). Quienes en su alegato piden una renegociación del acuerdo tomado con la Troika, más una moratoria del 100% de los intereses de la deuda durante dos años, permitiéndoles, en palabras propias, pasar los planes de ajuste fiscal y volver al crecimiento. Mientras, la imprenta británica De La Rue anuncia un plan de contingencia para imprimir dracmas en caso de que se abandone la zona euro. Grecia, de tener la tasa de suicidios más baja de toda Europa antes de la crisis ha pasado a ser la primera. En dos años han cerrado más de medio millón de negocios, la desnutrición y la pobreza extrema se ha disparado y su PIB se ha recortado en un 20% desde el 2007.

 

Con otro ojo puesto en Maryland, se ha llevado a cabo la cumbre anual del G-8 -los líderes de los países más «desarrollados» más Rusia- , que expresaron su apoyo a que Grecia permanezca en la eurozona, además de hacer un llamamiento a aunar esfuerzos para «aumentar la confianza y alimentar la recuperación, incluyendo reformas para incrementar la productividad, el crecimiento y la demanda dentro de un marco sostenible y un escenario macroeconómico no inflacionario». Acentuando también en las «reformas estructurales e inversión en educación y modernización de infraestructuras de manera apropiada, apoyo a las pequeñas y medianas empresas y cooperación entre el sector privado y el público». A su vez, Merkel ha declarado su intención de ayudar e impulsar el crecimiento en Grecia mediante el BEI (Banco Europeo de Inversiones) o los Fondos Estructurales, pero ésto «no sustituirá las obligaciones contraídas por Grecia».

Las intenciones institucionales comienzan a tomar una posición más equilibrada en su fondo, apelando al crecimiento, y su contenido será matizado en la siguiente «cumbre informal» europea (23 de mayo), para por fin establecer su volumen y alcance en los días 28 y 29 de junio en los que se hablará de crecimiento y consolidación fiscal.

 

Cambiar la realidad de los acontecimientos tiene un precio, y los comportamientos que se han ejecutado por el momento han sido de lejos modélicos para establecer un equilibrio entre el poder de los mercados y unos verdaderos sistemas democráticos. De hecho y por la falta de un autentico compromiso en el cambio de las reglas se empuja peligrosamente a que sean rotas, con sus inevitables consecuencias.

 

Puede ser que entre lo que se viene haciendo por parte de algunos asistentes a Maryland y lo que se comienza a gestar en Atenas, haya un punto ciego que debiera ser alumbrado: el cambio y el establecimiento de reglas. Por ejemplo, el cambio en la política del Banco Central Europeo para su intervención, provisionando de liquidez suficiente al sistema financiero y a los gobiernos con necesidades de financiación, descargando los viejos traumas de inflación y aliviando de este modo los planes de desesperación a los que se están sometiendo a ciertos pueblos europeos, que no dejan de ser el último eslabón de una cadena de responsabilidades que comienza en la industria financiera. Así como el establecimiento de unas nuevas reglas en el juego de «suma cero» del comercio internacional. En los mismos términos que a los países deficitarios se les obliga a reducir sus gastos para equilibrar el presupuesto fiscal, se debe impulsar una política expansiva de aquellos que tienen una balanza positiva, los superavitarios, posibilitando y haciendo más fácil una expansión del crecimiento en el resto de países, y no como viene siendo hasta ahora. Y hasta ahora, sírvase para los grupos de protesta, si las demandas justificadas de cambio no son oídas, está de más decir que no se podrá pretender el cambio sin romper las reglas, ya sea un impago o la desobediencia a la autoridad .

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.