Mientras aumenta el extremismo en Reino Unido, el uso de lenguaje tóxico sobre la salida de la UE es una locura peligrosa
EFE
Los Camisas Negras de Oswald Mosley eran una amenaza. También lo eran los vínculos de muchos aristócratas británicos con el nazismo en los años 30. Actualmente, la derecha, cada vez más poderosa, representa peligros singulares y utiliza metáforas que han sido legitimadas y alentadas por la élite política y periodística. Y todavía no se comprende a dónde nos lleva este camino.
Para la derecha conservadora, el brexit ha sido una revolución nacional: no un simple replanteamiento de la relación entre Reino Unido y la UE, sino un instrumento para hacer retroceder normativas sociales progresistas. Aquellos que se presentan como críticos u oponentes ahora son enemigos del pueblo , saboteadores, traidores, todo eso desplegado en las portadas de los periódicos. A la renacida izquierda laborista se la describe como traidora y vinculada a terroristas y potencias extranjeras.
Para la extrema derecha en Reino Unido y otros países, la izquierda es un agente de la destrucción de la nación porque apoya a los inmigrantes y refugiados y se opone a la intolerancia antimusulmana. La islamofobia es un tipo de intolerancia aceptable, alentada por periódicos como The Sun y The Times , que se ven obligados a publicar correcciones de artículos que distorsionan la realidad e incitan al odio , pero para entonces el daño ya está hecho.
Un clásico recurso de la extrema derecha siempre ha sido el retratar a sus oponentes como traidores a la patria. La semana pasada, llegó a su punto máximo con la amenazante portada del Daily Express que advertía: «Si ignoráis la voluntad del pueblo, asumid las consecuencias». No sorprende que la diputada laborista por Wigan, Lisa Nandy, haya tuiteado lo siguiente: «Estas portadas no sólo son vergonzosas, sino que son peligrosas. ¿Qué diablos está sucediendo con nuestra democracia?».
Todo esto ocurre cuando un presunto miembro de un grupo neonazi prohibido ha confesado un plan para asesinar con un cuchillo a su amiga y compañera del bloque laborista, la diputada por West Lancashire, Rosie Cooper. Jo Cox fue asesinada por un terrorista fascista hace casi exactamente dos años. El terrorista antimusulmán Darren Osborne condujo el año pasado hasta Londres con la intención de asesinar a Jeremy Corbyn y atropelló a un grupo de musulmanes, asesinando a uno. Y el año pasado se frustraron cuatro conspiraciones asesinas de la extrema derecha.