El futuro de la unión monetaria europea parece demasiado vago ya que crece el número de países de la eurozona que se ven obligados a solicitar créditos para pagar sus deudas. Grecia está al bordo de la insolvencia. En Irlanda la amenaza de bancarrota nacional afecta la carrera de varias figuras políticas, incluido el primer […]
El futuro de la unión monetaria europea parece demasiado vago ya que crece el número de países de la eurozona que se ven obligados a solicitar créditos para pagar sus deudas.
Grecia está al bordo de la insolvencia. En Irlanda la amenaza de bancarrota nacional afecta la carrera de varias figuras políticas, incluido el primer ministro, Brian Cowen. El partido de los Verdes y sus aliados del partido oficialista, Fianna Fail, cambiaron sus preferencias y hoy en día acusan a Cowen de poner de rodillas a Dublin.
Cowen apenas dispone de tiempo suficiente para conseguir la aprobación del presupuesto para 2011 por el parlamento. Las elecciones extraordinarias se celebrarán en enero próximo y es poco probable que el partido Fianna Fail logre reunir la mayoría de votos, ya que su actual nivel de aceptación entre el electorado escasamente llega al 19%.
La salud política de Irlanda no le preocupa a la UE porque los cambios en el gobierno de la «Isla Esmeralda» suelen ocurrir con frecuencia.
El paquete de rescate para Irlanda se estima en € 90 mil millones, pero más que todo, Bruselas está interesado en la eficacia de la ayuda financiera que se proporciona a Dublin. Según varios expertos, el monte destinado es insuficiente porque para asegurar que la convulsión no se extienda a otros países comunitarios es necesario al menos € 120 mil millones.
Portugal necesita una terapia intensiva
Los políticos y periodistas de la UE empezaron a recurrir al lenguaje médico para describir la situación en la eurozona. Los términos como «infección» y «cuarentena» suelen acompañar con frecuencia los nombres de los potenciales pacientes: Grecia, Irlanda, Portugal, España, Italia.
La deuda pública «verdadera» de Portugal es de un 112% del producto interno bruto (PIB), y su déficit presupuestario es de un 9,5% del PIB. Recordemos que la deuda de Grecia fue de un 94,6% del PIB, y el déficit presupuestario, un 9,8%.
A finales de este año y en abril próximo, el país se verá obligado de pagar por los bonos del tesoro, tomar nuevos préstamos para cubrir el déficit presupuestario. Y la tasa de interés en el mercado de créditos ya asciende a un 9%, porque todo lo que supera el 10% se considera en situación de quiebra.
Como sigan así las cosas, a corto plazo Lisboa puede declararse insolvente en breve, y la siguiente puede ser España.
Para los líderes de la UE la solución es muy simple. La economía portuguesa es tan pequeña que debe ser rescatada. Pero la economía española es demasiado grande. En caso de que el síndrome griego e irlandés de inmunodeficiencia financiera se extienda por toda la Península Ibérica no quedarán recursos para rescatarla, y en este caso, comenzará la erosión de la moneda única europea.
Alemania rige en Europa
Alemania quizás es el único país que se beneficie con los problemas de eurozona. La cancillera federal de Alemania, Angela Merkel, insiste en reforzar la disciplina fiscal en la eurozona, imponer multas a todos los que infrinjan estas normas e incluir las cláusulas correspondientes en un anexo al Tratado de Lisboa sobre la reforma de la UE.
Y a medida que pasa el tiempo, la presión de Berlín es cada vez mayor. Según el diario británico The Guardian, de acuerdo a las instrucciones de Merkel, su ministro de Finanzas preparó un documento que propone compartir las pérdidas entre los deudores y acreedores.
En caso de que un país deudor enfrente una falta de liquidez y pida un crédito al fondo de estabilización de la UE, los tenedores de los bonos de tesoro de este país deben automáticamente dilatar los pagos y reducir tasas de interés.
Y en caso de que un país deudor esté al borde de insolvencia los acreedores deben reducir entre 30% y 50% las tasas de interés.
A pesar de que la iniciativa no goza de gran apoyo, Merkel es capaz de alcanzar éxito en este ámbito. Charles Grant, Director del Centro británico para la Reforma Europea, cree que la comunidad europea no tiene otro remedio que modificar la UE de acuerdo con el modelo federativo de Alemania. Todas las naciones germánicas, es decir, los escandinavos, austríacos, holandéses, etc., en realidad apoyan los esfuerzos de la cancillera alemana para reforzar el orden en la eurozona.
Grant está seguro de que Francia, la segunda economía en Europa, la apoyará también. Porque si esto no ocurre, Berlín volverá las espaldas a la UE haciendo cara a Rusia y China y dejando a la Unión Europea sin el socio más potente.
http://www.argenpress.info/2010/12/el-efecto-domino-llega-europa.html