El Ejército de Venezuela ayudaría a Nicaragua a construir alrededor de 500 kilómetros de carretera que comuniquen la fangosa región del Caribe con la del Pacífico en el país centroamericano. En una entrevista publicada el lunes por El Nuevo Diario, el ministro de Transporte e Infraestructura, Fernando Martínez, dijo que la construcción de la carretera […]
El Ejército de Venezuela ayudaría a Nicaragua a construir alrededor de 500 kilómetros de carretera que comuniquen la fangosa región del Caribe con la del Pacífico en el país centroamericano.
En una entrevista publicada el lunes por El Nuevo Diario, el ministro de Transporte e Infraestructura, Fernando Martínez, dijo que la construcción de la carretera está en fase de estudio y tendría un costo cercano a los 350 millones de dólares.
En el proyecto, que uniría Puerto Cabezas, en el norte del Caribe nicaragúense, con Río Blanco, también participarían empresarios locales.
El funcionario dijo que hace dos semanas se reunió con el jefe del Sexto Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Venezuela, general Noel Grisanti Báez, para analizar detalles del proyecto.
«El ejército venezolano con el Ejército de Nicaragua, y apoyado en lo que es posible por el MTI (ministerio de Transporte). Y le planteamos que le dejaran una parte al sector privado de Nicaragua. Eso se está negociando,» sostuvo Martínez.
La carretera se construiría a partir del 2008 y en unos cuatro años, sostuvo Martínez.
El terreno fangoso y accidentado de la región del Caribe dificulta las comunicaciones terrestres con áreas del Pacífico y la construcción de una carretera ha sido una vieja demanda de los habitantes caribeños.
De inmediato, no pudieron obtenerse mayores detalles en la oficina del ministro Martínez.
Martínez dijo al diario que el ejército venezolano traería maquinaria pesada y montaría un hospital de campaña en Puerto Cabezas, como parte de un convenio de donación.
La construcción de la carretera está prevista en los acuerdos de cooperación suscritos por los presidentes de Venezuela, Hugo Chávez, y de Nicaragua, Daniel Ortega, apenas un día después de que el líder sandinista asumiera el gobierno el 10 de enero.
Chávez, que busca disminuir la influencia de Estados Unidos en América Latina, prometió a su amigo Ortega construir una refinería con capacidad para procesar aproximadamente 150.000 barriles de crudo diarios, así como un gasoducto que uniría las costas del Pacífico y el Atlántico, entre otras inversiones.
El presidente Ortega también se adhirió a la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), un esfuerzo de cooperación mutua impulsado por Cuba y Venezuela al que también se integró el presidente de Bolivia, Evo Morales.
Ortega ha señalado que su adhesión al ALBA busca complementar los efectos negativos de un Tratado de Libre Comercio que los países de Centroamérica tienen vigente con Estados Unidos.
Ortega, un ex adversario de Estados Unidos cuando con apoyo de Cuba y la desaparecida Unión Soviética gobernó Nicaragua en la década de 1980, cambió su viejo discurso marxista por un lenguaje moderado y ganó las elecciones presidenciales de noviembre.
El gobierno sandinista de esa década quedó empañado por censuras a medios de prensa conservadores, una política económica estatizante, hiperinflación y una cruenta guerra contra los rebeldes derechistas de la «contra» que apoyaba Estados Unidos.