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Fallujah fue ocupada, pero no sometida, reconocen los militares norteamericanos

El ejército estadunidense afirma haber masacrado a más de 1.200 «combatientes»

Fuentes: The Independent/La Jornada

Autoridades estadunidenses e iraquíes anunciaron este domingo que Fallujah ha sido pacificada pues, según afirmaron, ya acabaron con las últimas líneas de resistencia y dieron muerte a más de mil 200 combatientes. Donald Rumsfeld, secretario de Defensa de Estados Unidos, aseguró que las fuerzas aliadas «han completado el movimiento, para todos los propósitos prácticos, de […]

Autoridades estadunidenses e iraquíes anunciaron este domingo que Fallujah ha sido pacificada pues, según afirmaron, ya acabaron con las últimas líneas de resistencia y dieron muerte a más de mil 200 combatientes.

Donald Rumsfeld, secretario de Defensa de Estados Unidos, aseguró que las fuerzas aliadas «han completado el movimiento, para todos los propósitos prácticos, de norte a sur de la ciudad». El primer ministro iraquí, Iyad Allawi, sostuvo que ha habido «una clara victoria sobre insurgentes y terroristas».

Sin embargo, la pacificación del bastión rebelde podría ser una victoria hueca. Los estadunidenses dejarán detrás una ciudad devastada, luego de lanzar todo el poder de su ejército contra unos 6 mil insurgentes.

En todo Irak ha habido gran cantidad de signos de que la guerra dista mucho de haber terminado, y es probable que la devastación de Fallujah haya alimentado la resistencia.

Las fuerzas estadunidenses e iraquíes aún «trapeaban» focos de resistencia este domingo y realizaban cateos casa por casa; en tanto, un comandante reconoció que la ciudad había sido «ocupada, pero no sometida».

El ejército ocupante admitió también que el líder militante jordano Abu Musab Zarqawi y otros miembros prominentes de la insurgencia habían escapado de la ciudad. Sin embargo Allawi cacareó: «Fallujah ya no es un refugio seguro para los terroristas», aunque sin dejar de reconocer que se necesitarán «algunos días» para limpiar los «nidos» restantes.

La ofensiva de seis días por aire y tierra cobró la vida de 31 soldados estadunidenses y seis del gobierno iraquí, según el Pentágono. Más de 200 soldados de la ocupación resultaron heridos. Según los estadunidenses, 200 de los insurgentes muertos eran extranjeros.

Después del fracaso de abril pasado en arrebatar Fallujah a los insurgentes en un asalto de tres semanas, esta vez la fuerza atacante expresó su orgullo por la rapidez de la operación, en la cual fue desplegado seis veces el número de efectivos despachados hace siete meses.

No hay cifras de civiles muertos

Sin embargo, no se mencionó la cifra de civiles iraquíes muertos o lesionados en el combate, después que Allawi dijo el sábado que no había reportes de víctimas civiles.

Rumsfeld aseveró con confianza la semana pasada que se había informado a los civiles cómo evitar ser lastimados. «Los civiles inocentes de esa ciudad tienen toda la guía que necesitan para evitar meterse en problemas. No habrá grandes números de civiles muertos y sin duda no a manos de las fuerzas estadunidenses», sostuvo.

Hasta la mitad de los 300 mil habitantes de la ciudad habían escapado antes o durante la operación militar destinada a pacificar la ciudad con el fin de permitir que se lleven a cabo elecciones en enero. Sin embargo, miles quedaron varados.

Este domingo había cuerpos achicharrados dispersos en las calles, donde hileras de edificios quedaron en ruinas.

La gente que permanecía en la ciudad indicaba que no tenía agua ni comida, y las agencias de ayuda advirtieron que Fallujah y las zonas circundantes enfrentan una «catástrofe humanitaria». Han ocurrido brotes de tifoidea y otras enfermedades. Algunos de quienes abandonan la ciudad describieron que se amontonan cadáveres en descomposición y que hay aún miles de personas varadas, muchas de ellas heridas, sin acceso a atención médica.

Sin embargo, un convoy con ayuda fue detenido en el hospital principal, cerca de la entrada oriente de la ciudad. El capitán Adam Collier, del ejército estadunidense, adujo razones de seguridad para explicar que no se permitiría el paso a siete camiones y ambulancias enviados por la Media Luna Roja iraquí a Fallujah con medicinas, alimentos, frazadas y tabletas para purificar agua.

A su vez, un oficial dentro de la ciudad, el coronel Mike Shupp, de los marines, aseguró: «No hay necesidad de traer provisiones porque tenemos las nuestras para la población. Ahora que se abra el puente podré transportar a los heridos y todo el trabajo se puede hacer aquí».

Este domingo los iraquíes marcaban el final de las fiestas del mes de Ramadán, mientras arreciaban las batallas en todo Irak.

Helicópteros armados estadundidenses atacaron Baji, en el norte, y tanques avanzaron hacia el centro de la ciudad. En la también norteña ciudad de Mosul, fuerzas estadunidenses e iraquíes pasaron trabajos para retomar una estación de policía que había sido capturada por insurgentes.

Indicaron que las fuerzas de seguridad locales habían perdido control de buena parte de Mosul, la tercera ciudad del país, con una población de 1.8 millones de árabes, kurdos, turcomanos y cristianos asirios. «Mosul estaba a punto de perderse», señaló el brigadier Anwar Dolan.

También en la región dominada por los kurdos, hombres armados emboscaron y mataron a un alto funcionario del Partido Comunista Iraquí y miembro de la asamblea nacional,

Waddah Hassan Abdel Amir, en el camino a Erbil.

Hubo otros ataques armados en el centro de Bagdad, así como una ominosa escisión política como consecuencia directa de la operación en Fallujah. Un importante auxiliar de Moqtada Sadr, el clérigo chiíta que ya ha encabezado dos levantamientos contra los estadunidenses, declaró el sábado por televisión que Sadr no tomará parte en las elecciones en tanto «ciudades iraquíes estén sujetas a ataques».

© The Independent

Traducción: Jorge Anaya