Las familias españolas destinaron un 36,5% de su renta bruta disponible (RBD) a la adquisición de una vivienda en el 2005, lo que supone incrementar en 1,5 puntos el esfuerzo que tenían que hacer un año antes y representa el mayor sacrificio financiero que se han visto obligadas a hacer desde 1996. Según el Banco […]
Las familias españolas destinaron un 36,5% de su renta bruta disponible (RBD) a la adquisición de una vivienda en el 2005, lo que supone incrementar en 1,5 puntos el esfuerzo que tenían que hacer un año antes y representa el mayor sacrificio financiero que se han visto obligadas a hacer desde 1996. Según el Banco de España, en el último año los hogares españoles han aumentado 1,5 puntos la RBD que destinaban a pagar un inmueble (sin contar con deducciones) y 4,7 puntos la que tenían que dedicar a la compra de un piso en el 2003, lo que indica que las familias siguen aumentando sus esfuerzos financieros para comprar un piso.
La última vez que las familias tuvieron que hacer un esfuerzo tan grande para hacerse con una vivienda fue en el año 1996, cuando hacía falta destinar un 36,7% de su renta a la compra de un inmueble. A partir de entonces, la renta que tenían que asignar los hogares a comprar una casa oscilaba entre el 30,4% en 1997, el 28,3% en 1998 y el 27,8% en 1999, hasta que en el año 2000 el porcentaje volvió a superar el 30%, lo que hizo aumentar de nuevo el esfuerzo financiero de las familias para adquirir un piso.
El máximo histórico se alcanzó en 1995, cuando los hogares tenían que dedicar el 45,3% de su renta bruta disponible a la compra de una vivienda. Estos datos son consecuencia del importante encarecimiento que está registrando la vivienda, lo que obliga a las familias españolas a contratar créditos hipotecarios cada vez mayores para comprar una casa, y, en consecuencia, aumentar la renta que tienen que dedicar al pago de ese préstamo.