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El espionaje colombiano contra Venezuela: el magnicidio y otros tenebrosos fines

Fuentes: Rebelión

De acuerdo con declaraciones realizadas por Francisco Arias Cárdenas, Viceministro de Relaciones Exteriores para América Latina y el Caribe, el pasado 26 de octubre del presente año, éste acuso al Departamento Administrativo de Seguridad de Colombia de realizar actividades de espionaje contra su país. Según Arias Cárdenas, la captura de los espías del DAS fue […]

De acuerdo con declaraciones realizadas por Francisco Arias Cárdenas, Viceministro de Relaciones Exteriores para América Latina y el Caribe, el pasado 26 de octubre del presente año, éste acuso al Departamento Administrativo de Seguridad de Colombia de realizar actividades de espionaje contra su país.

Según Arias Cárdenas, la captura de los espías del DAS fue el resultado de una investigación iniciada algún tiempo atrás, por parte del Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Interiores y Justicia (MIJ), lo que permitió recabar pruebas contundentes sobre esta actividad de inteligencia y que, según él, «viola los convencimientos de la Carta de las Naciones entre pueblos hermanos y esas acciones las rechazamos».

El 27 de octubre, hace tres días, el presidente venezolano Hugo Chávez confirmó la actividad de espionaje de los agentes del DAS en su país, acusando no solo a Colombia, sino a su actual socio norteamericano, ambos implicados en una fuerte campaña desestabilizadora en la región. Al respecto declaró:»Cuando un gobierno hostil profundiza en las investigaciones, atreviéndose a violar los acuerdos internacionales (…) eso indica que hay planes contra Venezuela y detrás de esos colombianos está la mano de la CIA y de EE.UU».

Los nuevos procedimientos del gobierno de Venezuela con respecto a los espías del DAS han cambiado. Si anteriormente los agentes detectados y capturados eran devueltos a Colombia, como sucedió con varios de ellos que operaban en Valencia, en la actualidad serán procesados por el delito de espionaje. En este caso, abundó Chávez, los agentes del DAS buscaban particularmente secretos de tipo militar y tratando de buscar información sensible sobre la base de sobornos a oficiales del ejército venezolano.

De acuerdo a los cuerpos de seguridad, citados por Chávez, los funcionarios del DAS estaban «tratando de sobornar funcionarios venezolanos«.

En Bogotá, el DAS afirmó que no ordenó el desplazamiento de agentes a territorio venezolano.

«Los funcionarios tienen expresa prohibición de desplazarse a territorio de ese país, cualquiera sea el propósito», señaló el DAS en un comunicado.

Esas actividades «continúan», dijo el mandatario, «sobre todo ahora con la decisión de Colombia» de firmar un acuerdo militar con Estados Unidos, que prevé el uso de siete bases militares colombianas por parte de fuerzas estadounidenses, y que Caracas considera una «amenaza» para la «revolución» bolivariana.

Por su parte, la embajadora de Colombia en Venezuela, María Luisa Chiappe, en una entrevista desde Caracas con la radio colombiana Caracol, dijo carecer de informes que confirmaran la presencia en territorio venezolano de agentes del DAS.

Acciones del DAS contra Venezuela

El Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) no es la primera vez que actúa con total impunidad en Venezuela o contra ella.

El 7 de agosto de 2007 se detectó en Caracas la presencia del coronel retirado Mauricio Alfonso Santoyo, de la Policía Nacional de Colombia, vinculado estrechamente a la CIA, la que le protegió luego de que fuera destituido tras el escándalo de espionaje contra personalidades de izquierda, funcionarios públicos del gobierno, periodistas y diversas organizaciones y entidades colombianas, que involucró fuertemente al DAS. La denuncia venezolana ubicó a Alfonso Santoyo como operativo de la estación de la CIA en Venezuela.

Otras acusaciones salieron a la luz pública el 10 de abril de 2006, cuando Rafael García, ex jefe de informática del DAS, inculpó al director Noguera de vincularse al fraude electoral del 2002 en Venezuela y de ser parte de planes magnicidas en contubernio con paramilitares colombianos y la oligarquía venezolana.

Con respecto a la participación del DAS dentro de Venezuela, García lo señaló como co-partícipe en el asesinato del fiscal venezolano Danilo Anderson.

La historia de la participación del DAS en actividades anti venezolanas no es nueva. El 2 de noviembre de 2005, Chávez denunció en una intervención en el canal Telesur, la participación del DAS y las FF AA de Colombia en planes para asesinarlo.

Tanto la labor de espionaje al estilo Watergate desarrollada por el DAS, así como su sucia promiscuidad con la parapolítica y apoyo a ultranza a los carteles de la droga, no han sido las únicas desvergonzadas actividades del DAS colombiano. Cuestionado por delegar en las Autodefensas Armadas de Colombia la labor de enfrentamiento a la izquierda guerrillera y al movimiento progresista, mediante la más cruel represión, también se ha visto involucrado en diversas conspiraciones para torpedear a la Revolución Bolivariana y ejecutar el asesinato del Presidente Hugo Chávez.

El DAS y las FF AA de Colombia han participado en una amplia campaña para satanizar a Chávez con vistas a lograr la aceptación internacional de un magnicidio dirigido contra éste. El director de la Policía, Oscar Naranjo, dijo en un discurso en el 2008 que el presidente venezolano había financiado con 300 millones de dólares a las FARC y la había abastecido de uranio para que las mismas desarrollaran un programa de armas de destrucción masiva. En esta campaña estaban también implicados el DAS, las FF AA y la CIA.

El DAS ha echado mano de sus cómplices paramilitares para tratar de asesinar al presidente Chávez, en alianza con los contras venezolanos, como lo prueban dos hechos trascendentales.

El primero de ellos ha salido a flote al rememorarse la captura de más de cien paras en la Finca Daktari, situada al este de Caracas, actividad que guarda relación con las denuncias de Garcia, ex jefe del Departamento de Informática del DAS, involucrando también al ex alcalde golpista venezolano Manuel Rosales y a director del DAS en Cúcuta, Jorge Díaz.

Denuncias que obran en poder del gobierno venezolano involucran, particularmente entre el 2005 y 2008, a miembros de las AUC colombianas radicadas en la zona fronteriza con Venezuela, quienes invaden reiteradamente el territorio de la nación vecina, bajo la anuencia del DAS, el Ministro de Defensa de Colombia, a sus FF AA y al MININT de Colombia. Estos planes magnicidas realizados en diversos momentos percibieron el asesinato de Hugo Chávez, del entonces vice mandatario José Vicente Rangel y del Fiscal General Isaías Rodríguez.

El propio Rangel involucró al Ministro de Defensa de Colombia en una conspiración magnicida contra Chávez el 21 de mayo 2007.

24 de septiembre de 2009.

El antecedente informativo más inmediato a la reciente captura de los espías del DAS en Venezuela, tuvo lugar el pasado 23 de septiembre, cuando se destaparon las relaciones del ex gobernador del Estado de Zulia, Manuel Rosales, de acuerdo con declaraciones del colombiano Geovanny Velásquez Zambrano. El informante situó a Rosales, en complicidad con el DAS y los narcos colombianos, en diversas reuniones para planificar un atentado contra Chávez. Según refiero en otro de mis artículos titulado Presidente Hugo Rafael Chávez Frías: objetivo permanente de los terroristas venezolanos y cubanos, Rosales sostuvo varios encuentros los días el jueves 23 y el viernes 24 de diciembre de 1999, ofreciendo pagar 25 millones de dólares para ejecutar al presidente venezolano.

Fragmentos del citado artículo expresan:

«El primero de estos encuentros tuvo lugar en Los Molinos del Norte, Cúcuta, con la participación del jefe paramilitar Jorge Iván Laverde, narcotraficante preso actualmente en Colombia, y de varios venezolanos vinculados a la ultraderecha. El otro encuentro se celebró en Ureña, estado de Táchira. Otro de los implicados fue el mayor del ejército colombiano Mauricio Llorente Chávez, actualmente preso bajo la acusación de realizar varias masacres en Catatumbo, Colombia.»

«Como resultado de estas reuniones se estableció un campo de entrenamiento de paramilitares colombianos para ejecutar provocaciones en la frontera colombo-venezolana, así como asesinar al presidente de Venezuela.»

«Muchas han sido las denuncias que han implicado a Manuel Rosales en planes magnicidas, destacándose que en noviembre de 2006 mantuvo contactos con paramilitares de Colombia en Puerto Santander, un punto cercano a la frontera con Venezuela.»

Sin lugar a dudas, el DAS ha jugado un complicado papel dentro de las maquinaciones contra la Revolución Bolivariana, que lo han llevado desde participante en las tinieblas hasta la cara pública de otros implicados como el propio presidente Uribe y los Estados Unidos, así como la CIA y el Mossad.

El DAS y suciedades internas

Nacido el 31 de octubre de 1953 bajo la tutela del ex dictador Gustavo Rojas Pinilla, su más añejo antecedente fue el Departamento Administrativo del Servicio de Inteligencia Colombiana (SIC), con atribuciones referidas a labores de espionaje y contraespionaje. En julio de 1960 se transformó en Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), iniciándose en los años siguientes un proceso en que sumó a su actividad nuevas misiones y experimentó una carrera de modernización con la ayuda de la CIA, el Mosaad y la Interpol, hasta convertirse en una vasta organización con casi siete mil integrantes. Su director general actual es Felipe Muñoz Gómez.

El día 6 de diciembre de 1989 las instalaciones en Paloquemao, Bogotá sufrieron un controvertido atentado atribuido al Cartel de Medellín y a pugnas internas dentro del gobierno.

Durante el primer gobierno de Álvaro Uribe empezaron a destaparse escándalos que vincularon al DAS de manera inequívoca con la parapolítica y con los principales narcotraficantes colombianos. Su Director General en esos momentos, Jorge Noguera Cotes, fue destituido en el 2007 luego de ser encontrado culpable de oscuros y corruptos vínculos con las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). Fue tal el escándalo que involucró no solo al DAS, sino al propio gobierno con los paramilitares que, hasta julio de 2008, se vincularon a 68 congresistas con esta práctica onerosa, así como ex tres presidentes del Congreso.

El ex jefe de Informática de DAS, Rafael García, destapó igualmente los vínculos del DAS con las muertes selectivas y el tráfico de drogas realizado por paramilitares de la AUC a cambio se aportes a la campaña electoral de Álvaro Uribe. Las denuncias de García involucraron a un vasto entarimado del gobierno colombiano entre los que se encontraban los Ministerios del Interior, Transporte, Comunicaciones y Relaciones Exteriores, así como la Procuraduría General de la República, la Registraduría y la Superintendencia de Vigilancia, el Consejo Superior de la Judicatura, la Dirección Nacional de Estupefacientes, la Industria Militar, las FF AA y el DAS.

Los nuevos directores del DAS, especialmente María del Pilar Hurtado, se vieron involucrados en otro sonado escándalo, tras descubrirse que este organismo se dedicaba a espiar a líderes de la oposición a fines del 2008. Los siguientes jefes del DAS, Joaquín Polo y Felipe Muñoz Gómez, enfrentan las críticas de funcionarios y ciudadanos por la deteriorada imagen del DAS ante la opinión pública nacional e internacional, por la continuidad de la práctica de espionaje contra la oposición, funcionarios judiciales y miembros del gobierno.

La denuncia de la revista Semana, el 21 de febrero de 2009, sobre las prácticas de espionaje ilegal por parte de funcionarios del DAS, hizo tomar a Uribe la decisión de hacerlo «desaparecer». A partir de enero de 2010 el DAS se convertirá en la Agencia Central de Inteligencia de Colombia (ACI) por pena no le pusieron CIA, limitándose a sus labores originarias de espionaje y contraespionaje. Los cambios de nombre y funciones, sin embargo, no excluyen que desaparezcan sus sucias componendas por las que ha sido contantemente denunciado el DAS.

El DAS y la CIA

La colaboración del DAS con los servicios de inteligencia de Estados Unidos e Israel se inició desde el momento mismo de su creación.

En el caso de Colombia, la colaboración del DAS con la CIA se ha desarrollado dentro de un embrollo de vínculos, que no es difícil, pero sí complicado de desenredar. Los agentes de la CIA, infiltrados dentro de la DEA, la Interpol y otras instituciones represivas gubernamentales, en franca colaboración con grupos de narcotraficantes y paramilitares como la agrupación conocida como Los Pepes.

Esta colaboración se puso de manifiesto no solo en el asesinato de un grupo de guerrilleros de las FARC, entre los que se encontraba su segundo jefe, Raúl Reyes, ocurrido el 1 de marzo de 2008, sino en toda la campaña mediática montada posteriormente para inculpar a los gobiernos de Ecuador y Venezuela.

Aunque la CIA siempre actuó descaradamente en Colombia a través de su estación ubicada en la embajada norteamericana en Bogotá, su actividad se incrementó aún más a partir de la operación Heavy Shadow, autorizada por el presidente Bush padre. Como resultado de esta colaboración entre Colombia, Agencias Federales de Estados Unidos entiéndase CIA, DEA y NSA, con los narcotraficantes el Cartel del Norte del Valle, se embarcaron varias toneladas de cocaína hacia EE UU, de manera tal que este Cartel llegó a distribuir cerca del 40 % de la droga que entraba a esa nación, fundamentalmente por Miami.

La colaboración del DAS con la CIA, en estrecha alianza con el Mossad, se puso de manifiesto a partir de 2006, en la campaña por vincular a las FARC, y también a Venezuela, con actividades de grupos islámicos como Al Qaeda y Hezbollá en Colombia y otras naciones sudamericanas. Según el contraalmirante Lowell Jacoby, jefe de la Agencia de Inteligencia para la Defensa (DIA) y Porter Goss, en ese entonces Jefe de la CIA sin excluir a su actual jefe Haynes, han usado este manido y dudoso argumento de una islamización terrorista en Latinoamérica.

De acuerdo con este discurso desinformativo, el corrupto ex director del DAS, Jorge Noguera, declaró en un encuentro celebrado en Cartagena en septiembre de 2004, lo siguiente: «La guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) se infiltró en Chile, Argentina y otros países de Centroamérica con la finalidad de generar una ola de descontento social y promover alteraciones de orden público». A estas falsas acusaciones se sumó el también corrupto jefe de la Interpol en Perú, el coronel Manuel Sánchez.

Uno de los actuales protectores del DAS por parte de la CIA es su actual jefe de estación en Quito, Mark Sullivan, experto en tratar de subvertir el orden institucional en Cuba, tras su paso como primer secretario político y oficial de la CIA en la SINA. En Ecuador se encarga de coordinar la labor opositora al gobierno de Rafael Correa, coordinar acciones con el DAS y las FF AA de Colombia, colaborar con Michael Steere, jefe de la estación CIA en Venezuela, en relación con el sostén a las actividades de la oposición contrarrevolucionaria, dada su vasta experiencia en este ramo. Se sabe a ciencia cierta que Sullivan apoyó y asesoró directamente a la UNITA durante su actividad extremista en la República Popular de Angola. Su labor injerencista se conoció en Ruanda, Etiopia, Eritrea, Haití, Chile y el Congo. Dirige actualmente la Unidad de Investigaciones Especiales de la Policía (UIES), en Quito.

MOSSAD−DAS: Confabulación Anti-venezolana

Investigaciones recientes sitúan a varios oficiales del Mossad israelí en Bogotá, desde donde planifican, organizan y financian actividades contra las FARC colombianas y contra la República Bolivariana de Venezuela.

La pantalla principal del Mossad en Colombia es la compañía privada Global CST, fundada y presidida por Israel Ziv, integrada por ex militares y espías sionistas, quienes se vinculan directamente con el DAS, las FF AA y otros órganos represivos en ese país, disfrutando de jugosos contratos y total impunidad para sus actividades.

En los planes fabricados por el Mossad, la CIA y el DAS se desarrollan las siguientes estrategias;

● Reclutamiento de paramilitares colombianos los que, luego de ser adiestrados en técnicas de sabotaje y subversión, son infiltrados en Venezuela.

● Creación de células operativas en el interior de la República Bolivariana para apoyar la actividad de espionaje del DAS, de la CIA y del propio Mossad, teniendo la misión de recabar información de tipo militar, económica y sobre la vulnerabilidad de la protección de los principales líderes bolivarianos, particularmente Chávez, para realizar ulteriores atentados.

● Organizar a la subversión interna, creando focos de quinta columna en varias universidades del país, asociándose a los principales medios de comunicación opositores y periodistas, asimismo empleando a personajes contrarrevolucionarios como Capriles Radonski, Carlos Ocariz y otros.

● Fomentar la guerra ideológica avivando campañas contrarrevolucionarias dirigidas a atizar una falsa oposición, minar las bases chavistas, crear incertidumbre y desinformación con respecto a las medidas del gobierno y, sobre todo, desvirtuar ante la opinión pública internacional la situación venezolana mediante la satanización de Hugo Chávez.

● Crear una base de apoyo exterior en estrecho vínculo con la derecha colombiana, así como con altos jefes de las FF AA de ese país y la contrarrevolución interna en Venezuela, para promover un clima de tensión entre las dos naciones. A largo plazo, sueñan con una intervención directa de Estados Unidos en Venezuela, tal como ocurrió en Irak y Afganistán, y lo maquinan contra Irán y Siria.

● Desarrollar campañas difamatorias contra el gobierno venezolano sobre una supuesta persecución a los judíos, orquestada por el Mossad, en unión de la CIA y el DAS, en franca alianza con la Conferencia Episcopal Venezolana, la iglesia evangélica pro norteamericana y los representantes de la Sinagoga judía.

Tres hechos apuntan a la participación del Trío del Diablo  la CIA, el Mossad y el DAS, en actividades subversivas y criminales en Venezuela: el atentado contra el periodista Rafael Finol Meléndez (13 de enero de 2009), el asesinato del periodista Orel Zambrano en Valencia (16 de enero de 2009) y el montado ataque contra la Sinagoga Judía en Caracas. La finalidad de estos hechos era vincular al gobierno con el asesinato de periodistas y con la promoción de un supuesto antisemitismo en el país. Desde luego, todo tenía un fin mediático y desestabilizador.

Para finalizar una cosa es cierta, las investigaciones iniciadas por la Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela sacarán a la luz muchas cosas escondidas en torno al papel del DAS como principal servidor de la CIA y el Mossad en Venezuela. Esperemos por ello.

Rebelión ha publicado este artículo a petición expresa del autor, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.