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El estrés económico y la necesidad de la construcción colectiva

Fuentes: Rebelión

   El concepto de estrés económico o financiero, también llamado ansiedad económica, se ha popularizado en el último tiempo, sobre todo en momentos de crisis como las que están afectando actualmente a muchos países latinoamericanos, a España y a los Estados Unidos.

   Aunque no está incluido en los manuales de clasificación de la salud mental y no figura como diagnóstico reconocido, muchas asociaciones que trabajan en el tema han comenzado a tomar en cuenta los efectos específicos del estrés y la ansiedad que provocan los cambios en el contexto económico en la salud de quienes lo presentan.

   Según un informe del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social del Estado español (Crisis económica y salud en España, 2018), la crisis económica se asocia con un crecimiento en la prevalencia y riesgo de padecer patologías mentales. Al mismo tiempo señalan que los mayores afectados son los varones en edad laboral y que las principales causas son el desempleo, la precarización y los problemas financieros en el hogar.

   Por otro lado, la American Psychological Association (APA) señala que: “En los Estados Unidos, el dinero es muchas veces una prioridad en la mente de las personas. De hecho, dinero y trabajo son dos de las mayores fuentes de estrés en casi el 75% de las personas en los Estados Unidos, según datos de la encuesta: Stress in América 2007”. Esto se agrava cuando los titulares de prensa recuerdan todo el tiempo la incertidumbre económica que se vive en el país.

   Un reciente estudio publicado en Brain, Behavior and Inmunity (enero 2024) señala que el estrés económico se correlaciona con afecciones en los sistemas nervioso, inmune y endócrino. Una investigación del University College of London (UCL) y el King College realizada en 5000 personas mayores de 50 años de Gran Bretaña sobre los impactos en la salud de seis factores (estrés, discapacidad, duelo, divorcio, enfermedad y cuidados), encontró que las personas con estrés tenían un 61% más de probabilidades de tener problemas de salud de alto riesgo en los próximos años. Pero el estrés económico aumentaba específicamente esa posibilidad un 60% más según un seguimiento de cuatro años, y se agregaba un 19% si se incluían otros factores como el divorcio o el duelo.

   Aunque todavía queda mucho por investigar al respecto, estos estudios parecen demostrar que el estrés o ansiedad financiera o económica es una realidad que afecta la salud física, mental y social de las personas que lo padecen.

    ¿Qué se puede hacer al respecto? La  American Psychological Association señala una serie de recomendaciones al respecto:

– Tomar una pausa en el consumo de noticias sensacionalistas y evitar entrar en pánico.

– Identificar los factores que le generan estrés financiero y realizar un plan que se revise constantemente.

– Identificar las maneras de manejar el estrés relacionado con el dinero evitando caer en actividades nocivas tales como el consumo de alcohol o tabaco, recurrir a apuestas o los atracones de alimentos.

– Tomar la crisis como una oportunidad de evaluar la situación y buscar nuevas posibilidades de crecimiento personal, tales como comenzar a ejercitar, aprender nuevas habilidades o pasar más tiempo en familia.

– Pedir ayuda profesional, tanto a asesores financieros como a profesionales de la salud mental para aliviar el estrés.

   Estas recomendaciones, junto con otras que se suelen mencionar tales como llevar una contabilidad estricta de gastos/ingresos o evitar gastos superfluos, pueden resultar útiles. Sin embargo expresan un fuerte individualismo y responsabilidad individual por la situación financiera, lo que no es extraño en una sociedad como la estadounidense. Una crítica a estas recomendaciones es que no tienen en cuenta los factores políticos, sociales e internacionales de la crisis económica que escapan a las decisiones individuales que se puedan tomar.

   Como señala el filósofo coreano Buyng Chul Han (en libros como Psicopolítica o La Sociedad del Cansancio), la dominación actual se da por el “tu puedes hacerlo” haciendo recaer toda la responsabilidad en el trabajador. Si este no progresa o tiene problemas económicos, pasa a ser su responsabilidad y no de la explotación en la que vive. Por eso en lugar de salir a luchar por sus derechos, tiende a deprimirse o entrar en ansiedad por no poder cumplir con este mandato de éxito.

   José Sahovaler de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA) sostiene que “para protegerse de una situación económica estresante se debe hacer Lazo Social y estar solo lo menos posible. La gente sola la pasa peor que quién está apoyado y sostenido por otros. Hay que trabajar en armar una red social ocupándose de interactuar con frecuencia con los amigos y la familia”.

   La solución de construir lazo social va en contra de las respuestas puramente individuales. En Latinoamérica tenemos una larga tradición en ese sentido. En varios países existe la práctica de reunirse un grupo de personas para realizar un fondo común que se entrega a una de ellas diferente cada mes. Individualmente es poco lo que aporta cada uno, pero en conjunto ayuda a aliviar la situación de uno de ellos ese mes, pudiendo ser el aportante beneficiario al mes siguiente.

   Las redes de solidaridad entre familiares, vecinos o compañeros de trabajo para llevar ayuda a quién lo necesite, las cooperativas que ofrecen posibilidades laborales a personas desempleadas o las organizaciones sociales que encauzan los reclamos de la comunidad son también una forma de sobrellevar la crisis y aportar a la salud colectiva.

   Como escribió el psicoanalista argentino Enrique Pichón Riviere: “en tiempos de incertidumbre y desesperanza, es imprescindible gestar proyectos colectivos desde donde planificar la esperanza junto a otros”.

   Fomentar lazos y redes sociales con otros miembros de la comunidad nos ayudará a soportar el estrés asociado a la crisis económica, al mismo tiempo que puede constituir un núcleo en donde comenzar a gestar soluciones colectivas para la construcción de una sociedad más justa y solidaria.

Luciano Andrés Valencia es escritor, historiador, psicólogo y ha realizado una formación en psicoanálisis.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.