La población joven y más preparada de Latinoamérica abandona en masa sus países de origen. Los Estados y sus partidos políticos no han intentando regular sus economías, integrar sus sociedades y afirmar sus culturas con algún grado de autonomía. Más de mil millones de jóvenes viven en todo mundo, formando parte del mayor grupo que […]
La población joven y más preparada de Latinoamérica abandona en masa sus países de origen. Los Estados y sus partidos políticos no han intentando regular sus economías, integrar sus sociedades y afirmar sus culturas con algún grado de autonomía. Más de mil millones de jóvenes viven en todo mundo, formando parte del mayor grupo que transita hacia la edad adulta de la historia. América Latina es una de las regiones con la población más joven del planeta, en tanto que en Europa y Norteamérica sus ciudadanos se resisten a tener más de un hijo.
Más de mil millones de jóvenes viven en todo mundo, formando parte del mayor grupo que transita hacia la adultez de la historia. América Latina es una de las regiones con la población más joven del planeta, en tanto en Europa y Norteamérica sus ciudadanos se resisten a tener más de un hijo y renuncian a la familia formal. Ellos interpretan, a su modo, al positivista Augusto Comte cuando afirma que ‘vivir para los demás no es sólo la ley del deber, es también la ley de la felicidad’.
Esa juventud latinoamericana durará muy poco. De no ser aprovechada, la Región corre el riesgo de arrastrar y velar por los viejos. En el 2005, la Región tuvo 559 millones de personas y dentro de 10 años sumarán 633 millones. La población dependiente ahora bordea el 60% y la migración promedio el 1%.
La diáspora del sur al norte es impresionante. No hay quien pueda detener esa inmensa ola. No aumenta más rápido por la falta del dinero que implica el pago de pasaporte, visas, trasporte y para cruzar las fronteras. México pide al mundo el apoyo para impedir que el senado norteamericano apruebe la construcción de un muro a lo largo del Rúo Bravo.
En los últimos 20 años, América Latina, es cierto, ha desterrado los golpes militares, pero las frágiles democracias no han advertido el abismo entre democracia política y social, entre libertad e igualdad. Poca atención se ha dado al vínculo entre demografía y equidad social, entre población y gobernabilidad.
Muchos aún viven presos del pasado, como en la Edad Media. Cuan vigente es José Martí, en Nuestra América: ‘Cree el aldeano vanidoso que el mundo entero es su aldea, y con tal que él quede de alcalde, o le mortifique al rival que le quitó la novia, o le crezcan en la alcancía los ahorros, ya da por bueno el orden universal….Los apasionados son los primogénitos del mundo. Trincheras de ideas valen más que trincheras de piedra’. La Revista Ilustrada de Nueva York, 10 de enero de 1891.
Los jóvenes que habitan en las principales urbes de América Latina, cuentan aparentemente con niveles de educación más altos que sus progenitores. Están familiarizados con las nuevas tecnologías de producción, comunicación, manejo y procesamiento de información. Pero al mismo tiempo la internacionalización de los negocios no genera trabajo masivo y desplaza a los mayores de edad y reduce los salarios.
El desempleo induce a conductas riesgosas, en los ámbitos de la sexualidad y de la reproducción y resurgen enfrentamientos entre el Vaticano y los defensores de la planificación familiar. Felizmente, gracias a la ciencia y la tecnología, ha sido derrotada la tesis maltusiana del crecimiento poblacional en progresión geométrica respecto a la producción de alimentos.
Los jóvenes de los países en desarrollo conforman el segmento de mayor crecimiento de la población mundial y uno de los grupos más vulnerables. Y en América Latina, la realidad es dantesca: el 5% más rico recibe más que en ninguna otra, 25% del ingreso nacional, y es el área en donde el 30% más pobre recibe menos, 7.5%. El 10% más rico de la población de la región tiene un ingreso que es 84 veces el del 10% más pobre, advierten varios estudios.
‘Los sueños económicos se han transformado en despidos y recesión’, editorializaba hace poco el Time de Nueva York, al analizar el rol de los estados neoliberales en materia social. La protesta contra el modelo se va articulando. Millones están haciendo sentir sus voces contra el experimento.
La mayoría de la gente está convencida que las reformas han enriquecido a funcionarios corruptos y a multinacionales de rostro desconocido y han fallado en mejorar la vida. La relativa estabilidad macroeconómica en algunos países, no ha asegurado, en nada, el desarrollo de las poblaciones. Los ricos de América Latina, transitan Bajo el Volcán, y ni siquiera sienten que se les ha muerto el alma, en tanto una juventud desesperada abandona sus aldeas en busca de la ilusión que le negó el más joven continente de la tierra. América Latina si no emprende cambios en la distribución del ingreso y la cohesión social, más temprano que tarde, romperá todos los muros para buscar ‘la tierra prometida’.
Datos útiles
* Unos 238 millones de jóvenes sobreviven con menos de un dólar por día.
* Unas 133 millones de personas que tienen entre 15 y 24 años no saben leer ni escribir.
* Los jóvenes constituyen el 41% del total de los desempleados.
* Cerca de 12 millones de jóvenes viven con VIH/SIDA.
* La Tasa de fecundidad 2.7%, esperanza de vida al nacer 70 años, mortalidad bruta 6.3%. La población con más de 15 años 31.7%. Población dependiente -de 4 y más de 65 años 58.8%. La tasa de migración 0.9%
* La pobreza en Centroamérica llega a 75%: la de los guatemaltecos al 73%; de los hondureños al 68%; la de los nicaragüenses y salvadoreños supera el 55%.
* Es pobre el 52% de la población peruana. Más del 60% de la ecuatoriana. El 63% de la boliviana. Se estima que más del 70% la venezolana. En México es no menor al 40%, en Argentina, tenía en los 60’s porcentajes menores al 10%.
* El total de desocupados pasó de 6 millones en 1980, a 17 millones en el 2000 y llega a 28 millones en el 2005. Se estima que la tasa de desocupación abierta actual de la región supera el 9%.