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¿El fin del «sueño americano»?

Fuentes: BBC

La economía de Estados Unidos ha tenido un fuerte crecimiento durante los últimos años, tiempo en el que ese país ha superado la recesión. Luego de un crecimiento superior a 3% anual en 2004 y 2005, el ritmo pareció recuperarse y alcanzó 5,6% durante los primeros cuatro meses de este año, aunque posteriormente se desaceleró […]

La economía de Estados Unidos ha tenido un fuerte crecimiento durante los últimos años, tiempo en el que ese país ha superado la recesión.

Luego de un crecimiento superior a 3% anual en 2004 y 2005, el ritmo pareció recuperarse y alcanzó 5,6% durante los primeros cuatro meses de este año, aunque posteriormente se desaceleró y ahora se ubica en 2,9%.

Sin embargo, poco de ese crecimiento ha llegado a las manos del trabajador promedio, según establece una investigación del Economic Policy Institute(EPI).

En el caso de los ingresos por núcleo familiar en EE.UU., el punto intermedio -el nivel en el cual la mitad de los hogares ganan más y la otra mitad percibe menos- ha disminuido durante los últimos cinco años.

Esto indica un contraste notable con la década de los 90′, cuando el «boom» económico estimuló tanto la creación de empleos como los salarios devengados por los estadounidenses.

El misterio de la expansión económica sin un crecimiento importante en empleos y salarios se ha convertido en un dolor de cabeza para los economistas estadounidenses y los analistas políticos de todas las tendencias.

Salarios

«La ruptura sin precedentes entre el crecimiento y los niveles de vida determina la agenda económica del día», afirmó el economista de EPI, Jared Bernstein.

Durante los cinco años que van desde 2000 hasta 2005, la economía estadounidense pasó de US$9,8 trillones a US$11,2 trillones, lo cual representa un crecimiento real de 14%.

Entretanto, la productividad -la medición de la producción de la economía por empleado- creció incluso con mayor fuerza en 16,6%.

No obstante, durante el mismo período, el ingreso de una familia promedio bajó en 2,9 puntos porcentuales en comparación con 11,3%, nivel registrado en la segunda mitad de la década de los 90′.

En este caso, los salarios de los hogares de origen africano o hispano cayeron más rápido.

Asimismo, los empleados incorporados por primera vez al mercado laboral no recibieron buenos salarios.

El salario promedio por hora tanto para los bachilleres y estudiantes universitarios cayó entre 2000 y 2005, mientras que pocos de los trabajos encontrados por ese grupo representaron beneficios laborales como por ejemplo, pensiones corporativas o el disfrute de un sistema de salud.

El pobre comportamiento de la economía estadounidense cuando se trata de brindar paquetes salariales completos a sus ciudadanos puede ser una razón por la cual el público le otorga un baja valoración a la política económica del gobierno de George W. Bush.

De acuerdo al último estudio de opinión de la empresa encuestadora Gallup, sólo 37% aprueba el manejo de la economía del gobierno de Bush, mientras que 70% piensa que las condiciones económicas están empeorando aún más que en 2004.

A pocos meses de las elecciones de la Cámara de Representantes y del Senado -ambas en poder de los republicanos-, los contrastes están acaparando las mentes de los dos principales partidos.

¿A dónde se ha ido el incremento?

Una forma de comprender lo que está pasando en EE.UU. es observar la ruptura entre cuánto percibe la economía por ganancias y cuánto por salarios.

La parte destinada a los beneficios corporativos se incrementó bruscamente de 17,7% en 2000 a 20,9% en 2005, mientras que la porción de salarios alcanzó un mínimos históricos.

Entretanto, una amplia sección de la fuerza laboral -los desempleados y aquellos que no están buscando trabajo- aún no han recibido los beneficios que se derivan del crecimiento económico.

El desempleo se han mantenido tercamente en alza a pesar de la recuperación económica. La última cifra se ubica en 4,7% en comparación a 4% registrado a finales de 2000.

En general, el crecimiento laboral en la primera mitad de la década actual se ha ubicado en apenas 1,3%.

En la década de los 90′, un crecimiento laboral de aproximadamente 12% podría explicar en parte por qué la prosperidad en ese período se reflejó en la escala de ingresos.

Más desigualdad

Incluso dentro del grupo de estadounidenses con empleo, los frutos del crecimiento económico han sido distribuidos con más desigualdad dentro del mercado laboral.

Los ingresos percibidos por el 20% de las personas que más ganan han crecido mucho más rápido que lo que devengan aquellos que se ubican en el medio o al final de la escala de distribución de ingresos.

El ingreso del 1% y el 0,1% de las personas en la cima de la escala ha crecido particularmente rápido.

Se ha discutido con interés hasta qué punto las políticas fiscales del gobierno de Bush -quien bajó muchos impuestos sobre el capital- ha contribuido a esta tendencia.

El gobierno sostiene que los recortes fiscales han sido imprescindibles para la recuperación económica y que, eventualmente, junto con el crecimiento del PIB habrá más empleos y mejores salarios.

Asimismo, el gobierno asegura que el fomento a la inversión motivado por el cobro de menos impuestos ha convertido a EE.UU. en un país más productivo y por lo tanto, más competitivo dentro de la economía global.

Explicaciones

Los autores del informe de EPI señalan que el salario mínimo junto con la debilidad de los sindicatos y la pérdida de empleados y obreros debido a la oferta de trabajo foránea en buena parte explican la situación laboral.

El salario mínimo federal se ha mantenido estático por una década, pero la presión sobre éste probablemente se derive de otras fuentes.

Una es la inmigración, la cual debe tener un efecto mayor en los salarios percibidos por trabajadores no calificados.

Otro factor es el «efecto China», la idea de que los precios bajos de bienes importados están empujando a la industria de EE.UU. para que reduzca su fuerza laboral con el fin de aumentar la productividad.

El jefe de la Reserva Federal, el banco central de EE.UU., Ben Bernanke, admitió recientemente que la globalización estaba produciendo ganadores y perdedores.

«Los cambios en el modelo de producción podrían amenazar el sustento de algunos trabajadores y las ganancias de algunas empresas, a pesar de que estos cambios conducen a una mayor productividad», dijo.

Por eso, para todos los políticos estadounidenses, intentar comprender cómo una familia promedio en ese país puede obtener una mayor parte de la torta en una prosperidad futura puede ser uno de los principales desafíos electorales del año.