En su Asamblea General conjunta, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial pronosticaron una «generación perdida» con motivo de la crisis económica mundial. A su vez, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) señaló que la situación «arruinará la perspectiva de vida de muchas familias». Como de costumbre, sin embargo, estos organismos pusieron de […]
En su Asamblea General conjunta, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial pronosticaron una «generación perdida» con motivo de la crisis económica mundial. A su vez, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) señaló que la situación «arruinará la perspectiva de vida de muchas familias».
Como de costumbre, sin embargo, estos organismos pusieron de cabeza las relaciones internacionales y tergiversaron la realidad mundial. Ahora los países más ricos sólo podrán recuperarse si los más pobres corren a salvarlos. «Para que las exportaciones de los países llamados desarrollados tengan más competitividad es necesario que las monedas de los países en desarrollo se revalúen, que valgan más frente al dólar, para que las mercancías de los países desarrollados tengan más competitividad en los mercados globales».
En la reunión conjunta los gobiernos de los países más industrializados presionaron a los gobiernos más débiles para que permitan un encarecimiento de sus monedas con respecto del dólar, con el fin de hacer crecer el mercado para las exportaciones de los países avanzados y así inyectar combustible a sus debilitadas economías.
Pocas veces antes en la historia se había escuchado la verdad en forma tan descarada. La sobrevivencia y prosperidad de las grandes empresas multinacionales dependen de los sacrificios que realizan los pueblos más empobrecidos del mundo. El gobierno panameño no informó sobre esta reunión y su participación en la misma. Sin embargo, sin que se lo pida el FMI o el Banco Mundial, el gobierno actual está cumpliendo con las líneas propuestas por los países más poderosos. Ha radicalizado las políticas de flexibilización, persigue a las organizaciones sindicales y continúa recortando los presupuestos de educación y salud.
Dominique Strauss-Kahn, director gerente del FMI, informó que en 2009 se perdieron 30 millones de empleos. «Cuando alguien pierde el trabajo, su salud empeora, la educación de los hijos igualmente empeora. Cuando la gente pierde el empleo, la estabilidad social probablemente será peor, lo que amenaza la democracia e incluso la paz», dijo a los ministros de finanzas y gobernadores de bancos centrales asistentes a la asamblea. Todo indica que el ministro de Economía de Panamá no escuchó estas palabras.
Una frágil y débil recuperación del crecimiento económico, como anticipa el FMI, frenarán la creación de nuevos empleos, afectará la recuperación y puede minar la estabilidad social. El gobierno panameño y los sectores que lo apoyan todavía no entienden cual es la relación entre flexibilización y desestabilización.
En el mismo foro el director general de la OIT dijo que «el mundo encara un déficit de puestos de trabajo, que es un obstáculo para la recuperación de la economía y alimenta las tensiones sociales». Ahora mismo, la mitad de la fuerza laboral del mundo sólo tiene trabajo precario y ocho de cada 10 personas en el planeta no goza de mecanismos de seguridad social. En muchos países la inequidad creció significativamente en los últimos meses y los ingresos de las clases medias se debilitaron. Son estos desequilibrios las causas profundas que contribuyeron a la crisis.
Ambos señalamientos fueron hechos en la sesión plenaria de la asamblea anual del FMI y el Banco Mundial (BM), cita que reúne a funcionarios de 187 países. El encuentro se realizó en un momento en que la recuperación de la economía después de la crisis se hace más lenta.
Las instituciones financieras que controlan los créditos a nivel internacional simularon un escenario de conflicto económico y diplomático entre países avanzados y en desarrollo. Los países desarrollados tienen un excedente de producción que no pueden colocar en sus mercados y requieren, para imprimir paso a su débil recuperación, exportar más hacia las naciones en desarrollo. Según el FMI y el Banco Mundial, los países pobres han logrado reponerse más pronto de la recesión: La mitad del crecimiento económico mundial será aportado por los países subdesarrollados en los próximos años. La media verdad no dice que es la República Popular China que está creciendo rápidamente. Los demás países subdesarrollados están peor que cualquier país europeo o EEUU.
Según la OIT, el mayor gasto público y menores tasas de interés, puestos en práctica por gobiernos para enfrentar la crisis, deben mantenerse hasta que la recuperación en el empleo sea firme. Estas medidas deben ser complementadas con políticas de creación de empleo y protección social que pueda «aliviar la angustia, hacer nuestras sociedades más incluyentes y reforzar la capacidad de las economías para generar empleo». El Ministerio de Trabajo panameño probablemente se ausentó de la sala cuando la OIT rendía su informe.
Marco A. Gandásegui, hijo, (Profesor de la Universidad de Panamá e investigador asociado del CELA). La Sala de Estudios Latinoamericanos tiene nueva dirección en Internet. Visítela: www.salacela.net