Las drásticas medidas económicas aplicadas en varios países europeos tras la crisis surgida en Grecia, han permitido que el Fondo Monetario Internacional (FMI) se este convirtiendo en el inspector financiero del orbe como propuso en febrero de este año su director Dominique Strauss-Kahn durante una reunión del Comité de Bretton Woods celebrada en Washington. El […]
Las drásticas medidas económicas aplicadas en varios países europeos tras la crisis surgida en Grecia, han permitido que el Fondo Monetario Internacional (FMI) se este convirtiendo en el inspector financiero del orbe como propuso en febrero de este año su director Dominique Strauss-Kahn durante una reunión del Comité de Bretton Woods celebrada en Washington.
El FMI, surgido en 1944 (junto al Banco Mundial) como mecanismo de dominación de los países capitalistas, había ejercido el control financiero sobre las naciones pobres del mundo y hace varios años comenzó a sufrir un declive al ser rechazado por imponer políticas neoliberales y de libre comercio a sus deudores, con empréstitos leoninos, que han llevado la pobreza a millones de personas en el orbe.
La crisis surgida en Estados Unidos en 2008, cuyos desastrosos efectos se han extendido por todas las regiones, motivaron a que Washington y las naciones desarrolladas buscaran mecanismos para salvar al desprestigiado organismo.
En marzo de 2009, el Grupo de los 20 (G-20, encabezado por Estados Unidos y varios países europeos) se reunió en Londres para adoptar medidas urgentes para ese salvataje.
La mayor crisis capitalista desde la ocurrida en 1930 amenazaba no sólo con el debilitamiento de sistema sino también con sus mecanismos de dominación financiera como han sido el FMI y el Banco Mundial.
En la reunión londinense el G-20 triplicó las reservas del FMI en 750.000 millones de dólares para convertirlo en una especie de Banco Central del mundo que intervenga en los países para supuestamente evitar el derrumbe de sus miembros acosados por los ahogos económicos.
Asimismo, le entregaron además 250.000 millones en nuevas emisiones de giros, y al Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) 100.000 millones a cada uno. No existían dudas, como sobrevivencia del sistema, era imperioso salvaguardar los métodos de libre comercio, propiedad privada, la recuperación del dólar como moneda internacional y mantener las políticas neoliberales.
Como era lógico suponer, a Estados Unidos (es decir, al dueño) el FMI no le exigió ninguna medida para que controle sus graves problemas económicos y financieros que aún no ha podido resolver y que afectan al mundo entero.
Pero el derrumbe financiero en Grecia y su posible extensión a otros miembros de la Unión Europea, facilitaron la entrada del FMI en el ruedo y se ha posibilitado la solicitud de Strauss-Kahn de convertir al organismo en «supervisor del sistema financiero mundial».
Grecia, con sus graves problemas económicos, resultó el conejillo de Indias y la puerta de entrada para el FMI en la zona euro de la Unión Europea.
La república helénica gastó por encima de sus ingresos y posibilidades, lo que la llevó a un déficit fiscal de 13,6% y a una deuda pública del 115,1% de su Producto Interno Bruto (PBI), que han motivado numerosas protestas sociales en los últimos cuatro meses.
Sin solución nacional independiente posible, presionada por los mercados y prestamistas a los cuales debía rembolsar 9.000 millones en bonos el pasado 19 de mayo, el primer ministro George Papandreou aceptó el plan de rescate financiero propuesto por la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) que le concede 110.000 millones de euros para tres años, de éstos 30.000 provendrán del Fondo, con la condición de imponer un durísimo plan de ajuste económico y social. Este año llegarán a sus arcas 45.000 millones.
Entre las medidas aparecen la eliminación de dos salarios extraordinarios de los funcionarios y disminución de sus salarios en un 35%; el aumento de los impuestos del 21% al 23%; se rebajarán las pensiones y la edad de jubilación se fijará a los 67 años; al alcohol y el tabaco se les agregará un gravamen del 10%; están previstas por el Ejecutivo la privatización y semi privatización de empresas estatales.
Grecia espera ahorrar 30.000 millones de euros para rebajar hasta el 2,6% en 2014 su actual déficit público que se acerca al 14%. Según el acuerdo, Atenas debe recortar el déficit hasta un 8,1% este año, 7,6% en 2011, 6,5% en 2012, 4,9% en 2013 y 2,6% en 2014.
El semanario alemán Der Spiegel, informó de que todas las medidas y acciones serán controladas por el Banco Central Europeo y el FMI. Este último podría vigilar las cuentas griegas durante todo un decenio.
Especialistas de la Unión Europea indican que los recortes en los gastos implicarán que la economía caerá un 4% en el 2010, es decir, el doble de lo previsto. Asimismo, crecerá el desempleo y se perderá poder de compra de la población en un país donde uno de cada cinco ciudadanos es pobre.
Los sindicatos han llamado a incrementar las medidas de fuerza contra los acciones del gobierno por considerarlas de amplio carácter «antisocial», lo cual pone en vilo la estabilidad de la nación.
Como la crisis puede extenderse a otras naciones europeas, como España, Portugal, Italia e Irlanda que también tienen fuertes deudas y en los últimos años han sufrido pérdida de competitividad, varios gobiernos han cedido a los reclamos del Fondo.
Ese es el caso del presidente español José Luis Rodríguez Zapatero, quien hasta hace pocos días declaraba que no tomaría ninguna medida que afectara a la población.
El Gobierno del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) con un déficit fiscal de 11,2% anunció sin ambages que reducirá los salarios del sector público en 5% y en 2011 se congelarán. A los ministros se les rebajará el salario en 15%, se eliminará el cheque de 2.500 euros por cada hijo nacido y se anula la entrega de 600 millones a la ayuda oficial a las naciones en desarrollo.
El objetivo es ahorrar 15.000 millones de euros y bajar el déficit al 9% en un año. La nación ibérica cuenta con la negativa cifra de un 20% de desempleo y los recortes influirán negativamente en la población menos favorecida.
La felicitación de Strauss a Zapatero no se hizo esperar y en una conversación por teléfono le aseguró que las medidas anunciadas son «apropiadas y ajustadas» a la situación actual.
En Italia, el ministro para la Simplificación Legislativa, Roberto Caldeoli anunció que el gobierno pronto presentará un ajuste presupuestario para ayudar a la economía el cual implicará sacrificio para todos.
Con los recortes se pretende disminuir el déficit presupuestario en cerca de 25.000 millones de euros durante los próximos dos años, para llevarlo por debajo de la meta del 3,0% del Producto Interno Bruto en el 2012. Portugal ha anunciado que seguirá esos derroteros.
Otros miembros de la UE, aunque no de la zona euro, como Gran Bretaña, Rumania y Bulgaria estudian medidas para reducir déficit económicos.
En definitiva, la Unión Europea, promotora junto con Estados Unidos de llevar a muchos pueblos del mundo hacia un sistema capitalista de globalización neoliberal y de privatizaciones vive hoy una de sus mayores crisis mientras el Fondo Monetario, eufórico, ofrece e impone sus recetas dirigidas a salvar los intereses de los ricos en detrimento de los pobres.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
rCR