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El FSLN en Nicaragua, el Proceso Bolivariano en Venezuela

Fuentes: Rebelión

Para las personas que se acuerdan de la enorme manifestación en la Plaza de la Revolución en Managua antes de las elecciones de 1990, el resultado del referendo constitucional en Venezuela el 2 de diciembre fue algo que ya se había vivido más agudamente. Es difícil pensar que Hugo Chávez, al reconocer la victoria pírrica […]

Para las personas que se acuerdan de la enorme manifestación en la Plaza de la Revolución en Managua antes de las elecciones de 1990, el resultado del referendo constitucional en Venezuela el 2 de diciembre fue algo que ya se había vivido más agudamente. Es difícil pensar que Hugo Chávez, al reconocer la victoria pírrica de la oposición, no fuese el beneficiario del ejemplo dado al mundo por el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y el Presidente Daniel Ortega en aquellas elecciones históricas bajo las amenazas agresivas del gobierno de George Bush padre en 1990. Es irónico que los medios imperialistas acusen a Hugo Chávez de dictadura cuando sólo dos familias han dominado la política de Estados Unidos desde 1989.

A partir de aquella enorme manifestación en 1990, el FSLN en Nicaragua dio por seguro su triunfo electoral. La derrota vino como una catástrofe imprevista, tanto para el partido como para los cientos de miles de personas que se habían beneficiado de la revolución, a pesar de casi una década de guerra y terrorismo impuesto por el gobierno de Ronald Reagan. Años después, una amiga me contó que su trabajo de encuestadora para el FSLN antes de la elección vaticinó la derrota. Pero al presentar sus resultados a los cuadros de nivel medio, los rechazaron, diciendo que seguramente estaban equivocados.

Por ello pueden verse algunas semejanzas – la confianza indebida en las manifestaciones masivas, la arrogancia e incompetencia de algunos cuadros oficialistas – entre el proceso bolivariano en Venezuela ahora y la historia de la revolución sandinista en Nicaragua. La derrota del Si-Si en Venezuela definitivamente no es un desastre político de las dimensiones de la derrota electoral del FSLN en 1990. Pero esa derrota y sus secuelas merecen ser recordadas cuando se reflexione sobre la situación actual en Venezuela. Entre los elementos que vienen a mente está aquella incapacidad para conocer acertadamente el sentir de las bases.

Oportunismo y nuevolaborismo

Pero también están el oportunismo y corrupción de algunos funcionarios y el desempeño mediocre de otros, la intervención agresiva y constante de poderes extranjeros y sus medios corporativos, la avaricia y cinismo sin límites de la oligarquía, el papel de los social-demócratas y el quehacer del cooperativismo, una base fundamental para avanzar hacia una nueva sociedad. Cada uno de estos elementos jugó un papel muy importante en el desarrollo de la Revolución Sandinista y en el desencadenamiento de la pesadilla del conflicto interno dentro del FSLN a lo largo de los años noventa.

Merece un estudio comparativo la psicología del oportunismo político en la revolución sandinista y en la revolución bolivariana. Por una parte hay elementos de un oportunismo espontáneo: un individuo o grupo de individuos ven su oportunidad para mejorar su estatus social y nivel de vida y lo hacen. Algunos lo hacen con una especie de lealtad al oficialismo que les ha permitido traicionarlo y algunos lo hacen sin ninguna lealtad. Algunos aprovechan el oficialismo para llegar al poder y después retiran las escaleras para que no los sigan, como hizo el New Labour en el Reino Unido con la abolición de subsidios para la educación universitaria.

Pero también existe un paralelismo entre los oportunistas corruptos y los socialdemócratas del tipo nuevo-laborista. La trayectoria política de Raul Baduel y Podemos tiene sus similitudes con Sergio Ramírez y la gente del Movimiento Renovador Sandinista (MRS) en Nicaragua, quienes tanto se enorgullecen de sus supuestos valores éticos. Los dos son un intento de crear una ilusoria «tercera vía» al estilo de Tony Blair y Gordon Brown. Baduel y Podemos empezaron apoyando el proyecto revolucionario y después vieron que sus intereses de clase iban a resultar perjudicados. Algo muy parecido pasó en Nicaragua con Sergio Ramírez y la gente del MRS porque no podían cambiar el enfoque anti-imperialista de Daniel Ortega y los sandinistas que le apoyaron. Ahora, como ha declarado una dirigente del MRS, Dora María Téllez, es un movimiento de centro, como Podemos en Venezuela.

Dentro de poco tiempo se verá a Baduel y los miembros de Podemos compartir plataformas con Sergio Ramírez y sus colegas y quizás sentarse con tipos como Mario Vargas Llosa en foros y conferencias internacionales. Baduel y Podemos pronto serán – si no lo son ya- los niños mimados de las embajadas de la Unión Europea, como han sido los dirigentes del MRS con los representantes europeos en Nicaragua. Todo eso será una señal clara de su deriva política, abrazados a los poderes neo-coloniales determinados a apoderarse de los recursos naturales de América Latina a precios de ganga por medio de pactos con sus aliados locales.

Aquellos aliados locales parecen ser personas convencidas de que, por sus dones naturales de liderazgo, merecen gobernar sus países. Piensan que tienen tanto que ofrecer y enseñar a sus pueblos brutos e ignorantes para que sean ilustrados, como los europeos o los estadounidenses. Y aquí hay un profundo enlace entre la arrogancia y vanidad del weltanschaung socialdemócrata y la corrupción de los oportunistas. Las dos psicologías son de un narcisismo tremendo que margina y menosprecia absolutamente las necesidades e intereses de la clase obrera y campesina, aunque en sus manifestaciones públicas presentan la apariencia necesaria para que ese narcisismo no se vea.

De Sandino al ALBA

Hay que insistir en que la realidad de los obreros, campesinos e indígenas no se interpreta. Se escucha, se comparte, se aprende. Sandino lo dijo: sólo los obreros y campesinos irán hasta el final. Cuando se asume la postura de intermediario de la voluntad del pueblo, la voz de uno mismo habla por encima de las voces de la gente y convierte a la gente en un especie de «otro». Esa es la actitud fundamental de los socialdemócratas y de los oportunistas corruptos. En la medida en que esta psicología incide en el quehacer y el actuar de los procesos de cambio, éstos van perdiendo sus rasgos revolucionarios, de cambio verdadero de las relaciones humanas. Para muchas personas ésta ha sido una de las grandes lecciones de la experiencia increíblemente rica de la revolución popular sandinista.

Hay que tomar como un fenómeno constante, casi de índole natural, el odio y la agresión constante de los poderes extranjeros y sus corporaciones transnacionales. Los gobiernos de las economías desarrolladas y sus corporaciones quieren aprovechar las condiciones de desventaja económica en América Latina para asegurar los recursos naturales para sus economías y el enriquecimiento de sus grandes corporaciones. Los países del ALBA (Alternativa Bolivariana de las Américas) son los únicos en América Latina, quizás en el mundo, que están buscando la forma de desarrollar un modelo alternativo solidario y sostenible al capitalismo anti-humanitario y avaro que ha llevado al planeta y a los pueblos hacia la catástrofe de la insostenibilidad.

Por ese motivo los gobiernos de Estados Unidos y sus aliados hacen todo lo posible para destruir la revolución cubana, el proceso bolivariano en Venezuela, la revolución sandinista en Nicaragua y el proceso de cambio popular e indígena en Bolivia. En cuanto Ecuador se adhiera al ALBA, también será un blanco principal de los países imperialistas. Para asegurar sus planes esos países trabajan estrechamente con cínicos aliados locales, desde las oligarquías tradicionales hasta aliados más recientes como el MRS en Nicaragua y Podemos en Venezuela. El apoyo del MRS en Nicaragua para las políticas anti-Bolivarianas ha sido un ejemplo clarísimo, tanto por sus declaraciones en la Asamblea Nacional de Nicaragua, como por medio de la cobertura dada por su periódico El Nuevo Diario a la situación política en Venezuela.

De esto da cuenta el comentario de Alan Woods acerca de que no se puede ver ninguna «reconciliación» entre los que buscan construir una sociedad basada en el socialismo en Venezuela y los que se oponen. Aparte de los intereses en conflicto en el plano material, se trata también de dos psicologías completamente opuestas tal y como se ha visto más arriba. Mientras los intereses materiales coincidan en algún grado, es posible una convivencia, pero al final las dos psicologías no pueden convivir por mucho tiempo, caminan por senderos diferentes. En Nicaragua, el FSLN ha vivido esta realidad durante toda su experiencia como partido en el gobierno y en la oposición. Ha aprendido que cierta reconciliación social es posible, pero sin saber hasta donde durará bajo unas condiciones que generan fuertes contradicciones.

EL cooperativismo

Quizás el campo donde todo esto se ve con más claridad es en el desarrollo del cooperativismo. El desarrollo sano y exitoso de un cooperativismo eficiente y productivo que responde tanto a las necesidades como a las aspiraciones de sus socios, es una herramienta imprescindible para crear una nueva sociedad. Pero el desarrollo del cooperativismo necesita décadas de experiencia, aprendizaje y disciplina para que sea exitoso.

La experiencia de Nicaragua en ese aspecto contiene muchas lecciones. Después de la derrota electoral de 1990, las administraciones neoliberales se dedicaron a marginar a las cooperativas y destruir las condiciones necesarias para que florecieran. El resultado fue el abandono y la pérdida del patrimonio cooperativo que tanto costó construir y acumular a decenas de miles de campesinos y obreros y al gobierno revolucionario. Millones de dólares en bienes y tierras se vendieron a precios absurdamente baratos a la oligarquía, a los bancos y a muchas personas oportunistas y sin escrúpulos. Fue puro y despiadado capitalismo.

Lamentablemente muchas personas de aquellas cooperativas, socias y directivas, aprovecharon para enriquecerse engañando y estafando a sus colegas cooperativistas más humildes. Es sabido que la oposición venezolana está trabajando para desestabilizar el movimiento cooperativista en Venezuela y preparando las condiciones para lucrarse en el momento oportuno. Desarrollar en el presente y proteger para el futuro el cooperativismo en Venezuela es uno de los desafíos más importantes y complejos del proceso bolivariano. En sí no garantiza el socialismo, pero sería un baluarte muy importante para repelar los ataques del capitalismo corporativo y sus aliados.

Che y Chavez

Varios escritores han analizado ampliamente los problemas que tiene que superar el proceso bolivariano para garantizar su futuro y establecer el socialismo en el país. Una crítica que se ha externado es que Presidente Chavez no ha debido de perder tiempo en la mediación para lograr una resolución de la situación de los presos en la guerra civil en Colombia. Otra interpretación podria ser sugerir que precisamente eso define la superioridad humanitaria de la revolución bolivariana.

La oposición en Venezuela y Nicaragua hace todo lo posible para destruir el contenido humanitario de la revolución bolivariana y su homóloga sandinista. Sacan sus cálculos narcisistas para engañar a sus pueblos y alcanzar el poder. A la vez hablan constante e hipócritamente de la ética, la democracia y la libertad. En cambio un hombre revolucionario como Hugo Chavez, piensa mas allá de los cálculos políticos y personales. Ya ha demostrado que con la voluntad y la buena fe sería posible resolver el problema de los presos en Colombia. Si el presidente narco-terrorista de Colombia no lo quiere – son otro cien pesos.

Es el ejemplo de Che. El imperio, sus aliados y sus clientes buscan una vida mejor para ellos-mismos. Los revolucionarios realizan su potencial por reconocer que ser rico no vale si los demás viven en la miseria. Es la diferencia entre la revolución y la reacción. La reacción agarra. La revolución da – busca como educar, sanar, cultivar, construir para garantizar una vida humana y sostenible para todos. Sus enemigos, perdidos en el egoismo y el consumismo, promueven un mundo en que la gran mayoría queda sumergido en condiciones infrahumanas.

Es seguro que la oposición venezolana va a llamar a un proceso revocatorio para 2010. Necesita mantener a la sociedad venezolana en un estado de tensión permanente para seguir desgastando al gobierno de Hugo Chávez. No hay que pensar que será una pura formalidad el que la revolución bolivariana gane ese revocatorio sin más. Una reflexión sobre la experiencia de la revolución sandinista pasada y presente sería oportuna y útil para defender la revolución bolivariana en Venezuela.

toni solo esta radicado en America Central – http://toni.tortillaconsal.com

Nota: Gracias a Agustin Velloso por haber revisado esta nota. Los errores que quedan son del autor.