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El general, General Motors y el Stryker

Fuentes: CounterPunch

Traducido del inglés para Rebelión y Tlaxcala por Germán Leyens

El 20 de diciembre de 2003, dos Stryker, el más reciente transporte de tropas blindado del ejército de USA patrullaban cerca de Balad, Iraq, cuando el terraplén sobre el que se encontraban se derrumbó y cayeron en un río crecido por la lluvia. Tres soldados murieron y otro fue gravemente herido. Tres días después, otro Stryker pasó sobre una bomba al borde de la ruta al sur de Bagdad. Un soldado fue herido y el vehículo fue incendiado por la explosión.

Fue un debut en combate poco glorioso para el primer transporte de tropas nuevo del ejército en treinta años. Pero confirmó los peores temores de algunos de los críticos del Stryker de que el vehículo es poco seguro y que su tripulación está mal capacitada para utilizarlo en condiciones de combate. Un antiguo analista del Pentágono describió el vehículo de ocho ruedas como «viajar en un buggy blindado con papel de aluminio.»

El Vehículo Blindado Interino Stryker es presentado como el arma más creciente del Pentágono en su nuevo ejército de alta tecnología, un transporte rápido diseñado para el campo de batalla urbano y para guerras inconvencionales. Este otoño, el ejército envió 300 vehículos Stryker y 3.500 soldados al tristemente célebre Triángulo Suní de Iraq, el área del tamaño de Iowa en el centro de Iraq donde tiene lugar la guerra de guerrillas más intensa.

Nuevos documentos revelan que controladores de armas del Pentágono habían expresado serias reservas sobre si los Stryker estaban listos para el combate. El jefe de los controladores de armas del Pentágono, Tom Christie, advirtió en una carta confidencial al Secretario de Defensa que el Stryker es especialmente vulnerable a granadas propulsadas por cohetes y artefactos explosivos improvisados. Son, desde luego, precisamente la clase de amenazas enfrentadas actualmente por las brigadas de Stryker en Iraq.

Publicitadas como vehículos de rápido despliegue, las brigadas de Stryker podrían teóricamente ser llevadas rápidamente a cualquier sitio del mundo dentro de 96 horas por aviones de transporte C-130. Pero numerosos estudios internos han puesto en duda que el Stryker pueda ser transportado por los C-130. Además, un informe recientemente publicado de la Oficina de Contraloría del Gobierno [GAO, por sus siglas en inglés] reprendió al Pentágono por una serie de otros problemas con el transporte blindado, que supuestamente debía reemplazar el tan vilipendiado Vehículo de Combate Bradley. El informe de la GAO subraya serios problemas del diseño y del mantenimiento del Stryker y revela deficiencias en la capacitación para su uso.

Incluso el Secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, quiso retardar el financiamiento de más brigadas de Stryker hasta que se completaran más ensayos y capacitación. Pero el Congreso, siempre ansioso por repartir golosinas por tantos distritos como sea posible, no escuchó la advertencia y aprobó las compras adicionales.

El Stryker es una empresa conjunta de dos de las corporaciones industriales más poderosas en USA: General Dynamics y General Motors. Estas compañías desarrollaron una feroz campaña de lobby de dos años de duración, desde Capitol Hill [el Congreso] hasta las salas del Pentágono, para obtener el contrato de 4.000 millones de dólares para construir 2.131 Stryker, que fue adjudicado en noviembre de 2000.

Los primeros Stryker, que costaron 3 millones de dólares cada uno, un 50% por sobre los pronósticos, salió de la línea de montaje en abril de 2002. La ceremonia de presentación del primer Stryker en Alabama fue presidida por el ex Jefe de Estado Mayor del Ejército Eric Shinseki. El Stryker fue un componente clave en el plan de Shinseki de mejorar el ejército, que delineó en un documento de 1999 intitulado «Visión del Ejército.» En ese informe, Shinseki propuso el desarrollo de una brigada blindada interina caracterizada por una «formación de sólo ruedas». Fue una insinuación apenas disimulada de que el contrato sería adjudicado a General Dynamics. El Stryker es un transporte con ruedas, a diferencia de los vehículos similares a tanques construidos por United Defense que se desplazan sobre orugas.

En su discurso en Alabama, Shinseki escogió deliberadamente a David K. Heebner para expresarle sus agradecimientos. Heebner, antiguo teniente general del ejército, había sido uno de los principales ayudantes de Shinseki: sirvió como Vicejefe Adjunto de Estado Mayor del Ejército. Como tal, tuvo un papel crucial en la presión para obtener el financiamiento de los proyectos de Shinseki, incluyendo el Stryker. En noviembre de 1999, General Dynamics publicó un comunicado de prensa anunciando que había contratado a Heebner como ejecutivo de la compañía. El anuncio vino todo un mes antes de la fecha oficial de jubilación de Heebner de 31 de diciembre de 1999. La oportunidad del anuncio es curiosa por varios motivos. El más flagrante: es evidente que el ejército se orientaba a otorgar un contrato por miles de millones de dólares a General Dynamics al mismo tiempo que Heebner puede haber estado en negociaciones con la compañía para una posición ejecutiva altamente remunerada.

Las leyes federales de conflicto de intereses prohíben que empleados del gobierno sean contratados «personalmente o substancialmente que lleguen a un acuerdo para futuro empleo en un asunto particular en los que tenga un interés financiero una organización con la que negocian.» No está claro si Heebner se recusó de las negociaciones con General Dynamics respecto al contrato Stryker

Sin embargo, es absolutamente obvio que el acuerdo Stryker, a pesar de las reservas presentadas por los controladores de armas del Pentágono y la GAO, resultó ser muy lucrativo tanto para Heebner como para General Dynamics. En virtud de la importancia del acuerdo Stryker, Heebner ascendió rápidamente al rango de Vicepresidente Principal para Planificación y Desarrollo de General Dynamics, el vínculo entre el contratista de defensa número dos de la nación y el Pentágono. A fines del año pasado, Heebner acumuló más de 13.600 acciones de General Dynamics evaluadas en más de 1,2 millones de dólares. «Sobre la base de las circunstancias que rodean la contratación y la compensación del general Heebner, y las advertencias internas del Pentágono sobre la vulnerabilidad del Stryker, se requiere más investigación del programa Stryker,» dice Eric Miller, alto investigador de la defensa en el Proyecto sobre Control del Gobierno.

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Este artículo ha sido seleccionado del nuevo libro de Jeffrey St. Clair’s: «Grand Theft Pentagon.»

http://www.counterpunch.org/stclair04222006.html

Germán Leyens es miembro de los colectivos de Rebelión y Tlaxcala (www.tlaxcala.es), la red de traductores por la diversidad lingüística. Esta traducción es copyleft.