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El globalismo está en crisis sistémica

Fuentes: Rebelión

La historia reciente:

La globalización como fenómeno político y económico tiene sus primeros pasos a comienzos de los años 70, siendo Estados Unidos la principal potencia capitalista. 

Un poco hacia atrás en el tiempo, los  finales de los 60 marcaron un desequilibrio a corregir dentro del corsé de Bretton Woods, la creciente inflación mundial  por abundancia de dólares disparó el déficit comercial de Estados Unidos con el agregado de  la guerra de Vietnam que provocó fuerte caída de las reservas estadounidenses. Estos dos hechos nos llevan al  primer quiebre de Bretton Woods. La inflación mundial y los especuladores aprovechándose de la misma estaban vaciando las arcas de oro norteamericanas. Si hizo imperativo el abandono unilateral de los acuerdos de Bretton Woods, la convertibilidad del oro. De allí en más el dólar sería una moneda «fiat», un sistema fiduciario que nos lleva a la realidad actual: un descontrol de la emisión monetaria. Una realidad que sólo refleja el robo de una casta financiera parasitaria sobre todo el mundo.

Luego de una era dorada de los años 80 y parte de los 90 con la caída de la URSS la clase parasitaria global asesta otro golpe, la derogación por parte de Clinton de la Ley Glass-Steagall, favoreciendo la especulación financiera al juntar la banca de depósito y la banca de inversión, la nueva ley Gramn-Leach-Bliley. Desde ese momento los bancos comerciales pudieron tomar más riesgos y apalancarse más, ya que eran al mismo tiempo bancos comerciales y de inversión. 

Este es el período histórico que marca claramente la toma del poder político por parte de la élite parasitaria financiera global y apátrida sobre Estados Unidos y la Unión Europea. Un golpe en las sombras, el poder político sometido a la élite.

Luego aconteció el ataque a las Torres Gemelas de Nueva York, la intervención militar en Afganistán  y la segunda guerra de Irak, lo que aumentaría la deuda de la economía estadounidense. Los efectos de la especulación de la clase parasitaria financiera  no se hicieron esperar: crisis financiera de 2008. Crisis de la cual Estados Unidos y sus socios directos de la Unión Europea no han podido recuperarse y no hay nada que hoy pueda revertir el proceso iniciado. Un informe de la Comisión Investigadora de la Crisis Financiera de Estados Unidos asegura que «funcionarios, políticos y banqueros son los culpables del colapso económico experimentado en 2008». «La mayor tragedia sería aceptar que nadie vio que esto se avecinaba y por consiguiente que no se podía hacer nada», señaló el panel en las conclusiones del informe de 576 páginas.

Hoy qué tenemos…

Hoy se hace evidente que el neoliberalismo quebró y el proyecto global de la élite está en crisis.

Expertos en inteligencia de todo el mundo señalan que la crisis social empeorará en Estados Unidos independientemente del resultado de las elecciones presidenciales.

No importa si continúa Trump o si Biden asume en enero del 2021. Un reseteo mundial posiblemente violento con consecuencias imprevisibles está en marcha. Sin embargo, con Biden el mundo será más peligroso dado que el capitalismo  tornado en un sistema monopólico hará que la crisis económica y política suba un nuevo peldaño. En este contexto de golpe sistémico de la élite, Rusia y China deberán afirmar sus alianzas geopolíticas y propender la creación de instrumentos de seguridad global junto a Estados Unidos y otros actores internacionales. No será fácil.

Recapitulando, tenemos que la economía real no crece en la misma medida que la economía ficticia  que ha ganado los mercados. Esta dicotomía  marca la crisis existencial del modelo neoliberal. El capitalismo no existe más y el neoimperialismo encubierto es la ideología que emana de Washington. Pero lo grave de este neoimperialismo «encubierto» comandado por la élite financiera sin fronteras y sin posibilidad de crecimiento real es  llevarnos a una crisis económica mayor y a la guerra.  No con choques directos, sino revoluciones de colores como un subproducto, búsqueda de dominio por imposición, robando riquezas con su moneda sin respaldo,  generando a su paso creciente desigualdad y pobreza tanto en el centro como en la periferia. 

Como moneda del imperialismo, el dólar se fortalece del caos y destrucción globales, dada ya la imposibilidad de crecer en la economía poscapitalista actual.

Como moneda de reserva el dólar está hoy desvalorizado, sin una economía próspera detrás, y sólo se impone a punta de metralleta, guerras encubiertas, invasiones descubiertas, desinformación, caos y destrucción. Porque la guerra beneficia al dólar y a la clase parasitaria global que lo sostiene. 

La crisis del modelo ya está instalada desde 2008, en cuyo año realizó un quiebre hacia abajo. La crisis de 2020 del coronavirus no hizo más que mostrar la realidad vulnerable del sistema neoliberal.

Algunos datos:

El desempleo mundial, según OCDE, cerrará el 2020 en 9,4 %. Todos sabemos que este porcentaje esconde cifras de subempleo, el empleo temporal y los que reciben apoyo. El desempleo real global podría rebasar ampliamente el 20  %.

La deuda de muchos países «centrales» de la globalización rebasa su PBI. Se acumulan deudas tóxicas que los bancos centrales buscan coordinación para una solución imposible.

El plan de la élite diabólica global

Dada la crisis sistémica del neoliberalismo, la política de la élite es subir la apuesta por el modelo. Qué es lo que busca la élite:

1) Reseteo económico mundial.

2) Reducción de la población mundial.

3) Eliminación del dinero físico y creación del «dinero digital».

4) Control total de la humanidad.

5) Soberanía corporativa por encima de pueblos y naciones.

6) Gobierno mundial controlado por la élite financiera y corporativa.

A modo de corolario:

Todos los presidentes de Estados Unidos, desde Kennedy (golpe de Estado no aclarado) han sido dominados o conducidos en mayor o menor medida por la élite global parasitaria.

El control de la política y la economía por parte de la élite global parasitaria «nacional y extranjera» han llevado a Estados Unidos a su hundimiento y colapso.

Hoy en día no hay un nuevo sistema que suplante el anterior Bretton Woods y el mundo se enfrenta a un creciente reto por encontrar la alternativa.

Blog del autor: geoestrategia1.blogspot.com