Controversia sobre números no es ninguna novedad cuando se trata de reforma agraria. Quien sigue la política agraria en Brasil debe recordar varias situaciones donde este hecho ya ocurrió.Le ha llegado el turno al gobierno Lula En el gobierno Figueiredo, a finales del periodo dictatorial, hubo controversia sobre los números de la reforma. En aquella […]
Controversia sobre números no es ninguna novedad cuando se trata de reforma agraria. Quien sigue la política agraria en Brasil debe recordar varias situaciones donde este hecho ya ocurrió.Le ha llegado el turno al gobierno Lula
En el gobierno Figueiredo, a finales del periodo dictatorial, hubo controversia sobre los números de la reforma. En aquella época, finales de 1984, se anunció oficialmente la emisión del millonésimo documento de títulos de tierra. El gobierno de entonces apuntaba este hecho como una evidencia de que estaba en curso en el país el mayor programa de reforma agraria del mundo.
Los periódicos publicaron varios análisis. Me manifesté al respecto en un artículo publicado por la Folha de São Paulo en la época: El millón de títulos anunciados se refieren a una serie de documentos, entre los que se incluyen títulos de propiedad definitivos para agricultores sin tierra, para posseiros que ya ocupaban la tierra y títulos con derecho a ocupación provisional. Evidentemente, la llamada mayor reforma agraria del mundo, y de los militares, no se realizó. Es necasario también recordar lo óbvio, o sea, los movimientos sociales fueron perseguidos y reprimidos en este periodo negro de la historia.
En diciembre de 1995, primer año del gobierno FHC, el presidente de la República afirmaba en la prensa haber conseguido cumplir la meta de la campaña, asentando más de 40 mil familias. El MST cuestionaba los números oficiales, presentando el número de familias asentadas en 1995 como inferior a 15 mil. De acuerdo con el movimiento, la diferencia se debía al hecho de que FHC, para llegar a la meta de 40 mil familias asentadas en aquel año, sumó títulos de regularización fundiaria de procesos que venían de gobiernos anteriores y, también, títulos de posseiros. Para el MST, la meta anunciada por el gobierno se refería a 40 mil nuevas familias que serían sentadas.
Megalomanía tucana
Durante la campaña para la reelección, siempre para engrosar sus supuestos realizados, el entonces candidato FHC afirmaba en la página web del Incra: Brasil está realizando la mayor reforma agraria en curso del mundo. En la televisión, en la propaganda oficial, un actor famoso anunciaba: Una familia es asentada cada cinco minutos.
El segundo mandato, marcado por la llamada reforma agraria de mercado de FHC, desmontó conceptos y condiciones para una distribución fundiaria efectiva. Dos lineas de actuación norteaban el gobierno. Por un lado, la agresividad en la implantación de la política fundiaria, el anuncio de medidas y números, siempre, con razón, contestados. Por el otro, con la connivencia de los medios de comunicación, la crítica contínua a los movimientos sociales, sobretodo, el MST con el objetivo de descalificarlos, enflaquecerlos y criminalizarlos. Esta otra mayor reforma agraria en curso en el mundo tampoco no se llevó a cabo.
Llegamos al gobierno Lula. En un principio hubo una esperanza en la concretización de la deseada reforma agraria. Fue encomendada una propuesta de Plano Nacional de Reforma Agraria (PNRA). Su objetivo era desencadenar el proceso tan necesario de cambio estructural en favor de la población vulnerable al modelo vigente y revertir el proceso de concentración fundiaria.
La propuesta no se aceptó. En su lugar, el gobierno anunció el II PNRA. Más tímido en sus metas, significó el abandono de la pretensión de instalar un proceso de cambio de la absurda estructura agraria brasileña. A pesar de todo, hubo colaboración por parte de los movimientos en el sentido de acordar con el gobierno un conjunto de metas que significasen una política fundiaria aceptable.
Nueva frustación
El 22 de diciembre pasado, después de anunciar que la meta anual había sido superada, el gobierno emite una nota en respuesta a la crítica recibida del MST por carta en octubre, durante la Asamblea Popular, en Brasilia. Entre otras afirmaciones, dice que Brasil superó la meta de asentamientos prevista en el II PNRA… el mejor resultado de reforma agraria de toda la historia. Rebate además las contestaciones del MST afirmando que el Movimiento hace una crítica liviana e intenta establecer un debate con el gobierno sin ninguna seriedad.
El análisis de los datos disponibles confirma la crítica al gobierno. De las 127,5 mil familias consideradas asentadas en 2005, sólo el 45,7 % lo fueron en áreas de reforma agraria. El 54,3 % restante se refiere a asentamientos o reordenación de asentamientos en tierras públicas. Los datos también muestran que gran parte de los asentamientos se crean en áreas de frontera agrícola, siguiendo el comportamiento de gobiernos anteriores. El geógrafo Bernardo Mançano, de la USP, con las informaciones del Banco de Datos de la Lucha por la Tierra, prueba que en los tres años de gobierno Lula sólo un 25 % de familias fueron asentadas en tierras expropiadas.
La reforma agraria en el gobierno Lula no tiene capacidad para alterar la estructura fundiaria. Los únicos resultados positivos se refieren al Pronaf (Programa Nacional de Fortalecimineto de la Agricultura Familiar), lo que es poco para sustentar la afirmación de que la reforma agraria de calidad está siendo realizada. Lo que aún diferenciaba el gobierno Lula de los demás era su postura en relación a los movimientos sociales. Ahora, ni esto. Su política es inócua al latifundio. No afecta al monopolio de la tierra.
* José Juliano de Carvalho Filho es profesor de la Facultad de Economía y Administración de la Universidad de São Paulo (USP). Trabajó en la elaboración del Plano Nacional de Reforma Agraria y es dirigente de la Asociación Brasileña de la reforma Agraria (ABRA).
Traducción: Comitè de Suport al MST de Barcelona