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El gobierno Lula se enreda al inicio del año

Fuentes:

Traducido para Rebelión por Aldo de Vos

Las dificultades para imponer el nombre del diputado Luis Eduardo Greenhalgh para la presidencia de la Cámara de Diputados; el aumento de las tasas de interés y la reacción del empresariado; las idas y venidas de Lula sobre la crisis Venezuela versus Colombia; los encontrones entre ministros argentinos y brasileños, y la necesidad de superar todos esos y algunos obstáculos más para mantener los índices positivos de aprobación popular, transforman al gobierno Lula en una incógnita cuando todos los nudos nos parecían desatados.

Según el periodista Ricardo Boechat, del Jornal do Brasil, el ex asesor especial del presidente Lula, Frei Beto, telefoneó a Lula y no consiguió ni siquiera ir más allá del buenos días, o de un buenas tardes. Escuchó loas al ministro de Economía, Antonio Palocci y su política económica. La nota dice que Lula se encuentra cada día más convencido de las acciones de Palocci.

En la otra punta el empresariado brasileño, gran aliado del gobierno en su inmensa mayoría, afirma que las altas tasas de interés pueden y deben influenciar en los resultados del previsto crecimiento económico para este año. El control de la política económica, como un todo, está en manos del banquero estadounidense Henrique Meireles, presidente de la sucursal brasileña del Banco Central de los Estados Unidos.

Los bancos han sido, por obra y gracia de ese reconocimiento de Lula y de la acción de Meireles, los grandes beneficiados en estos dos años de supuestos cambios en la historia de la humanidad.

El gobierno parece haber empujado al diputado Luis Eduardo Greenhalgh a su propia suerte, en cambio algunos sectores están jugando pesado para intentar elegirlo. Eso significa que los cofres están siendo abiertos para diputados del llamado bajo clero, principalmente aliados de Virgilio Guimaraes, candidatura petista disidente.

Son dos los lados en esta historia: o la candidatura de Virgilio está siendo usada por los supuestos aliados para los buenos negocios (es común este tipo de postura en la Cámara, diputados anuncian una posición y así se colocan en el mercado a la espera de una mejor oferta), o el golpe del presidente nacional del partido, José Genoino, se está desarmando.

Esto no complica al gobierno tanto como parece, pero complica al PT. El tamaño del partido, relleno de nuevas adhesiones y algunas difíciles de ser digeridas, muestran cada día más el carácter neoliberal izquierdista.

Lula manifiesta la intención de ejercitar su poder de resolver conflictos. Es lo que quiere hacer con relación a la crisis entre Venezuela y Colombia. La acción terrorista del gobierno colombiano, envolviendo militares de Venezuela hirió normas del Derecho Internacional y la única mediación posible es determinar que el líder secuestrado retorne a la condición anterior. O sea, liberado y devuelto al gobierno Chávez.

Analistas creen que la posición de Lula tendría como objetivo rescatar parte del prestigio perdido junto a los sectores de la izquierda del propio presidente Hugo Chávez. Joao Pedro Stédille, principal líder del Movimiento de los trabajadores rurales Sin Tierra (MST) llegó a decirle a la prensa que el brasileño debería espejarse más en Chávez.

Chávez estuvo en el V Foro Mundial Social (FSM) en Porto Alegre, y fue la estrella del encuentro, mientras que Lula fue abucheado.

Lula estuvo en Porto Alegre y habló en un seminario del FSM promovido por un empresario amigo y después viajó a Davos donde su gobierno promovió otro seminario, ese para atraer inversores extranjeros.

En esta serie de enredos, aún existe la intención de rescatar el programa Bolsa Familia, uno de los más queridos proyectos del presidente y con el cual pretende atender a millones de brasileños excluidos, todo en un esquema populista de padre de los pobres y madre de los ricos.

O también las declaraciones de un ministro argentino que llamó al brasileño Luis Fernando Furlán, del partido opositor y ministro de la Industria, Comercio y Desarrollo, de «criador de gallinas». Furlán es del grupo SADIA y de hecho cría gallinas, pero mucho más que eso, su empresa es una de las principales exportadoras de pollo que existen en Brasil.

En todos esos enredos, el ministro jefe de la Casa Civil (jefe del Gabinete) José Dirceu, reaparece y declara que «el alta de los intereses no va a perjudicar el crecimiento económico el próximo año». Dirceu tiene una extraña vocación para decir en público lo contrario de lo que dice el ámbito de gobierno. Coloca la cabeza en la guillotina con la mayor tranquilidad, dando la impresión que así se hace para mostrarle a Lula que sin él los caminos se ponen más difíciles. Tiene que existir alguien especialista en tragar sapos.

En medio a todo esto: Haití. Bush lo dejó de lado y colocó una papa caliente en las manos brasileñas y argentinas y es posible que haya un aumento del contingente de soldados brasileños en ese país.

Para quien terminó el año bastante bien y en alta, comienza el 2005 peor y enredándose en sus propias piernas.

Sin contar que el director de la propaganda gubernamental, Duda Mendonça, está en baja.