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El golpe convencional-nuclear de Israel contra Irán se acerca

Fuentes: Rebelión

Heinz Dieterich 1. La lógica militar y el premio del ganador exigen la amenaza nuclear imperialista La decisión israelí de atacar militarmente a Irán antes del fin de año, hace inevitable el golpe nuclear o, al menos, la amenaza creíble de este golpe. La doble razón de esa lógica es militar y geoestratégica: a) ni […]

Heinz Dieterich

1. La lógica militar y el premio del ganador exigen la amenaza nuclear imperialista

La decisión israelí de atacar militarmente a Irán antes del fin de año, hace inevitable el golpe nuclear o, al menos, la amenaza creíble de este golpe. La doble razón de esa lógica es militar y geoestratégica: a) ni Israel ni Estados Unidos tienen la fuerza convencional necesaria para sofocar la reacción bélica regional que generaría su agresión contra Irán; b) el premio de esta guerra es el control de la zona geoestratégica más importante de Euroasia, que va del Mediterráneo oriental vía el Medio Oriente y Asia Central hasta Asia suroriental.

2. El escenario del ataque

El escenario militar es muy claro. Israel tratará de repetir los éxitos históricos de su Fuerza Aérea (IAF), entre ellos: la destrucción de la Fuerza Aérea de Egipto en tres horas, durante la guerra de 1967; la destrucción, en pocos minutos, del reactor nuclear iraquí «Osiraq», en 1981, por ocho F-16; la destrucción de la defensa antiaérea siria, en poco tiempo y prácticamente sin pérdidas propias, durante la agresión a Líbano, en 1982 y el ataque de la IAF a blancos sirios el 6 de septiembre, 2007.

La capacidad bélica para tal ataque es muy considerable. La IAF tiene alrededor de mil aviones y doce aeropuertos militares; cuenta con cohetes Jericó I, II y III, de corto y medio alcance, algunos con capacidad de transportar cabezas nucleares; utiliza satélites espaciales de reconocimiento y comunicación propios y sistemas misilísticos muy avanzados. El ataque se dirigiría contra tres instalaciones nucleares al sur de Teherán —Natanz, Ispahán y Arak— y, según el The Sunday Times, los pilotos han hecho vuelos de entrenamiento hacia Gibraltar y ensayado tácticas de ataque nuclear. Además de los aviones de combate F-15L y F-16L que pueden ser reabastecidos en vuelo por aviones-tanqueros, Israel puede usar misiles cruceros disparados desde los submarinos israelíes suministrados por Alemania, y/o los cohetes Jericó. Finalmente, la IAF tiene, sin duda, los mejores pilotos de Medio Oriente y la experiencia de atacar blancos a una distancia superior a la de Irán, como demostró su ataque al cuartel general de la PLO en Túnez en 1985.

3. El golpe sorpresa israelí-estadounidense-OTAN será exitoso

Irán ha mejorado considerablemente sus capacidades de defensa militar a través de la instalación de un sistema de inteligencia óptica en partes del Golfo Pérsico, de la colocación de un satélite espacial, del desarrollo de cohetes de corto y medio alcance y de la adquisición del sistema antiaéreo ruso TOR-M1. Con todo, sin embargo, el ataque sorpresa israelí-estadounidense-OTAN, que podría incluir la destrucción del sistema de defensa aéreo, de los puestos de mando militares y de los centros de comunicación más importantes del país, será sin duda exitoso para los agresores e imparable para Irán.

4. La contraofensiva iraní y la necesidad militar de la opción nuclear imperialista

Ante este golpe inicial, el régimen iraní puede dirigir su contraofensiva hacia tres blancos estratégicos. El primero es el cierre del Estrecho de Hormuz, a través del cual pasa más del cuarenta por ciento de las exportaciones del petróleo mundial. Los precios del petróleo podrían subir fácilmente a los 150 dólares, generando una recesión económica mundial. Estados Unidos no podría ocupar con tropas de tierra el territorio de Irán, necesario para garantizar los envíos por el Estrecho.

La segunda posibilidad es un ataque con cohetes de medio alcance contra las ciudades, las instalaciones militares, comunicativas y nucleares de Israel. Los militares israelíes sostienen que sus defensas antimisiles pueden derribar cohetes, pero es dudoso que sea así. Tal ataque podría incluir el Comando Central de Washington (Centcom) en Al Udeid, Qatar; sus instalaciones militares en Iraq y las instalaciones energéticas de Arabia Saudita y de los Estados del Golfo.

La tercera opción de Irán es la guerra asimétrica mediante la activación de sus apoyos armados y no armados chiítas en Líbano, Siria, Arabia Saudí, Irak y Palestina. Las implicaciones bélicas para Washington y Tel Aviv serían graves. La derrota del ejército israelí en su agresión contra la guerrilla del Hizbollah en Líbano, en julio del 2006, ha sido una señal de advertencia para futuras aventuras de este tipo. Siria recibe al año más de quinientos mil peregrinos persas y, según el ejército estadounidense, ya el setenta por ciento de sus bajas en Irak son causadas por milicias chiítas. Si Irán lograría movilizar a Hamas, Hizbollah, las milicias shiítas iraquíes y si Siria se vería involucrada en el conflicto, tendríamos un teatro bélico regional desde la costa oriental del Mediterráneo hasta las fronteras de Paquistán.

Los tres escenarios del contraataque iraní tienen un elemento en común: el eje del mal «Israel-Estados Unidos-Unión Europea», no tiene las fuerzas militares convencionales necesarias para derrotar a Irán en sus tres frentes de contraataque. Esta situación le deja al frente sionista-imperialista solo tres opciones. 1. Negociar y aceptar un Irán nuclear, tal como lo ha hecho con el mismo Israel, India y Paquistán. La elite israelí, estadounidense y europea, sin embargo, rechaza categóricamente esta solución. 2. Lograr que Irán se desnuclearice, siguiendo los pasos de Corea del Norte, Libia, Africa del Sur, Argentina y Brasil, y aceptando su status neocolonial ante Occidente. El plazo dado por Israel para tal proceso es hasta fines del 2007; pero a raíz de la desnuclearización de Corea del Norte, firmado el día de ayer, es posible que se extienda. Hasta el momento, no hay indicios de que la elite teocrática en Irán acepte este destino neocolonial. 3. Destruir el proyecto iraní con fuerzas convencionales y, en su caso, nucleares.

5. Israel tiene carta blanca para el ataque nuclear a Irán

Israel es el único Estado actual que puede agredir nuclearmente a Irán sin ser condenado unánimemente por la opinión pública mundial. La historia del holocausto nazi y los comentarios suicidas de Ahmadinejad y otros líderes persas al respecto, le han dado a la elite sionista la apología del bellum iustum (guerra justa) preventivo que necesitaba. Si Irán no se rinde, esta elite no dejará pasar esa oportunidad de oro, para demostrar a los países limítrofes que defenderá sus intereses hasta con el holocausto nuclear.

Las clases políticas de la burguesía transatlántica que aun gobierna al mundo, aceptan, con menor o mayor grado de pudor demagógico, el golpe nuclear. La canciller alemana, Angela Merkel, comparó el ascenso de Irán con el ascenso de Hitler y afirmó que «Irán no es sólo una amenaza para Israel, sino también para los países democráticos de este mundo». El 16 de septiembre, 2007, el Ministro de Relaciones Exteriores de Francia, Bernard Kouchner, aseveró que un Irán con armas nucleares «es un peligro real para todo el planeta» y que «tenemos que estar preparados para lo peor y lo peor es la guerra». El 26 de septiembre, el jefe del imperialismo francés, Nicolas Sarkozy usó la Asambea General de la ONU para recalcar, que «No habrá paz en el mundo si la comunidad internacional deja que Irán se dote de armas nucleares; estaremos asumiendo un riesgo inaceptable para la estabilidad en la región y en el mundo entero».

6. Bush amenaza con el holocausto nuclear, Carter con el «suicidio» de Irán

En un discurso ante veteranos de guerra, a finales de agosto, George W. Bush amenazó a Irán directamente con un holocausto nuclear. «El empeño activo de Irán de conseguir tecnología que podría generar armas nucleares amenaza con colocar una región ya conocida por su inestabilidad y violencia, bajo la sombra de un holocausto nuclear.» Bush agregó que, «he autorizado a nuestros comandantes militares» a confrontar «las actividades asesinas (murderous) de Irán». Confrontaremos «este peligro, antes de que sea demasiado tarde».

La paloma imperialista James Carter, mientras tanto, advirtió a Irán de un posible suicidio: «Todos esperamos que podamos hacer todo lo que se pueda para evitar que Irán se convierta en un poder nuclear», y agregó: «Creo que sería casi inconcebible que Irán cometería un suicidio lanzando uno o dos misiles del tipo que sea contra la nación de Israel.» Obviamente, el «suicidio» de Irán solo es posible a través de un ataque nuclear.

Si Bush está de acuerdo con tal ataque o no, es, a estas alturas, secundario, porque ninguno de los dos partidos dominantes en Estados Unidos se atreverá a negarle el apoyo a Israel en un conflicto militar con Irán; porque negárselo, significaría perder las elecciones del próximo año. Washington ha apoyado en los últimos cincuenta años todos los crímenes de guerra de Israel y lo hará también en este caso, más aún cuando cuenta con el apoyo de las potencias europeas.

7. El dilema de Irán

Irán se encuentra en una situación de aislamiento político y mediático que es reminiscente de la de Saddam Husseín, antes de la invasión de 2002. Por supuesto, que su poderío militar, tanto en términos convencionales como asimétricos, es muy superior al de Irak en su momento, pero es muy dudoso, que se atreva a utilizarlo en los escenarios esbozados, frente a la amenaza real de un ataque nuclear.

Ante tal situación, al gobierno iraní no le quedará otra vía que buscar una solución negociada. Y tiene que buscarla pronto, antes de que la trampa se cierre, tal como le sucedió a Saddam Hussein y a los Talibanes. Si no entiende los tiempos que le quedan y la correlación de fuerza real, es muy probable que la «revolución islámica» de los ayatollahs termine como la «revolución socialista» de los partidos Baaths en Medio Oriente: en ruinas.