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Entrevista a Paco Puche, investigador del filantrocapitalismo

El gran capital filantrópico se infiltra en los movimientos sociales

Fuentes: CNT

  1. ¿Cómo se infiltra el capital filantrópico en los movimientos sociales? Hay que empezar diciendo que el fenómeno de cooptación de dirigentes e infiltración en los movimientos sociales de resistencia o alternativos, es un acontecimiento que empieza en los ochenta y, como dice Zubechi, periodista libertario, «luego de varias experiencias las políticas y programas […]


 

1. ¿Cómo se infiltra el capital filantrópico en los movimientos sociales?

Hay que empezar diciendo que el fenómeno de cooptación de dirigentes e infiltración en los movimientos sociales de resistencia o alternativos, es un acontecimiento que empieza en los ochenta y, como dice Zubechi, periodista libertario, «luego de varias experiencias las políticas y programas sociales se focalizan cada vez más en la cooptación y domesticación de movimientos sociales y populares a través del fortalecimiento organizativo (política explícita del BM), actuando directamente sobre los dirigentes y las bases de los movimientos». Es por tanto, una política diseñada y planificada. No es conspiranoia como se acusa a los que denunciamos.

Como dice el Grupo argentino de Reflexión Rural: «las grandes Corporaciones y las fundaciones

que las acompañan, han estado trabajando sigilosamente para escurrirse entre los espacios alternativos».

El cómo se infiltran vamos a concretarlo en las fundaciones del gran capital llamadas AVINA y Ashoka, que son las más activas en España y Latinoamérica. La forma más llamativa es la cooptación de líderes de esos movimientos con cierto desparpajo. Tienen unos ojeadores o nominadores, que presentan candidatos a los que, después de cinco rigurosos filtros, los nombran emprendedores sociales (o socios-líderes) y, o bien les pagan, descaradamente, un sueldo durante tres años de unos 1.500 euros, diciéndoles a qué se han dedicar, o bien los pasean por medio mundo, promocionando indirectamente empresas, mientras les dejan dar sus charlas a los invitados por las filantrópicas.

 

2. ¿Qué buscan las entidades que lo hacen?

Buscan lo siguiente: legitimidad, información, negocio con los pobres e introducir confusión en los movimientos sociales para controlar las disidencias al sistema. En el caso de Avina su fundador, el magnate suizo Schmidheiny, busca, además, librarse de la imagen de genocida que la sombra del amianto se cierne sobre él por donde pasa.

Como dice Michel Chossudvsky que «la compleja red de ONGs -incluidos segmentos de medios alternativos- son utilizadas por la élites corporativas para moldear y manipular el movimiento de protesta (…) el propósito no es reprimir la disidencia, sino, por el contrario, dar forma y moldear el movimiento de resistencia, para establecer los límites a la disidencia». Y como afirma sin tapujos una de las máximas dirigentes de Ashoka, María Zapata,: «los emprendedores sociales trabajan con esas poblaciones (los pobres) y su labor es acercar a la multinacional hasta ellas, mientras salvaguardan los intereses de éstas «.

 

3. ¿Quién está detrás de ese capital? ¿Qué casos hay en España?

Siendo muy sintéticos diremos que Avina está vinculada al magnate suizo S. Schmidheiny, que debe su fortuna al criminal negocio del amianto. Decimos, que todos aquellos que han recibido dinero y otras prebendas de esta fundación (y después de conocerla, no la han rechazado) se llevan la maldición del polvo del amianto en sus entrañas. No hay que insistir, amianto (uralitas) es el causante de la mitad de los cánceres de origen laboral y mata cada año a más de 150.000 personas por el mundo. Ashoka, su aliada estratégica, procede del gran capital y, entre otros galardones, luce el ser uno de los socios de Monsanto/Gates para implantar en África un programa de semillas transgénicas. Por esta razón la Plataforma Rural (entidad formada por lo más granado del movimiento agroecológico español), ha llamado a esta actuación «un intento asesino».

 

¡Sorpresa!; cual no será la confusión en la que se anda que esta misma Plataforma Rural, implacable con Ashoka, ha estado unos 15 años presidida por Jerónimo Aguado, financiado por Asoka durante tres años, mes a mes (y también por Avina). Este hecho es una muestra palmaria de la facilidad con la que el filantrocapitalismo (así llamada a esta actividad de las fundaciones del gran capital) penetra a los movimientos sociales sedicentes alternativos y anticapitalistas.

 

En España, de momento, se conocen hasta 21 grupos más o menos alternativos en los que: o han nombrado emprendedores, o socios, o han financiado, o están presentes en puestos representativos, o han tenido colaboraciones estrechas. Entre ellos algunos tan nombrados como la Universidad Rural Paulo Freire, Greenpeace, REAS, Fiare, Cifaes de Amayuelas, IU, Plataforma Rural, Fundación Nueva Cultura del Agua, SEO, Fe y Alegría, ACSUR las Segovias, Red Calea, CNT, etc. Efectivamente, hasta en la propia CNT Ashoka ha tenido una notable e injustificada presencia. Es muy sutil y profunda la penetración en muy poco tiempo.

Y comprometidos nombres de prestigio, que duele el nombrarlos, algunos como Jerónimo Aguado y Pedro Arrojo, ya mencionados, Victor Viñuales, Ainhoa Zamora, Sandra Benveniste, Beatriz Fadón, Xavier Pastor, Miren Gutiérrez, Leonardo Boff, etc. Lamentable espectáculo.

 

4. ¿Qué organizaciones han recibido dinero de este capital? En uno de tus artículos mencionas a la CNT ¿podrías contarnos qué sucedió?

No es solo cuestión de dinero, aunque por supuesto que haberlo hailo, son relaciones, cursos, oportunidades, encuentros, formación, asesoramiento, viajes, contactos, etc. Pedro Arrojo, por ejemplo, se sentía muy orgulloso de haber estado codo con codo con el presidente del Banco Mundial en un encuentro de élites financiado y propiciado por su cooptador, el fundador de Avina Stephan Schmidheiny, el genocida del amianto. Este personaje, que hoy lidera de nuevo movimientos en defensa del agua pública, nunca ha denunciado públicamente al matarife del amianto, su cooptador. Qué credibilidad puede ofrecer.

En el caso de CNT el asunto es más sutil, todo esto tiene también algo de sutil, se ha tratado de facilitarle a Ashoka publicidad en vuestros órganos de difusión. Por ejemplo, que yo sepa ha habido sendas entrevistas a «emprendores» en artículos publicados en las contraportadas de los números 381 y 382 de agosto-septiembre y octubre de 2011, respectivamente. En concreto se entrevistó a Jean Claude Rodríguez Ferrera y Raül Robert (esta entrevista publicada también en la web confederal de CNT http://www.cnt.es/noticias/la-vivienda-como-herramienta-de-transformaci%C3%B3n-social y reproducida lamentablemente por varios medios alternativos), ambos «emprendedores Ashoka». Pero lo más llamativo ha sido una editorial enigmática en el número 366 de abril de 2010, en donde sin venir a cuento se hacía una defensa cerrada de Jeromo, Beatriz Fadón y García Allut, tres eminentes emprendedores Ashoka, para decir que a los angelitos los habían engañado en su presencia en un video de apoyo a Zapatero. Para hacer esto hay que tener buena mano dentro de la revista.

 

5. ¿Los movimientos sociales afectados son conscientes de lo que sucede? ¿Qué ha sucedido cuando lo han descubierto? ¿Has tenido que ver o sufrir represalias por ello?

La lucha contra el filantrocapitalismo la empezamos hace ya más de cinco años. Entonces la gente de los movimientos no conocía nada de esto. Hoy todo el mundo la va conociendo y Avina y Asoka andan en retroceso en los movimientos sociales. La recepción de este escracheado dentro de los propios movimientos sociales fue de rechazo, de matar al mensajero Falta de hábitos autocríticos y de dirigentismo intocable. En concreto se nos ha censurado artículos en revistas alternativas y se nos ha difamado en Internet.

Termino con esto: se puede ver en Internet, en la entrada «manifiesto infinito», cómo desde la dirección de la COAG y de los grupos que integran la Plataforma Rural han tratado de silenciarme. En efecto, bajo la burda argumentación de que estaba montando una campaña de mentiras contra el bendito Jeromo, por denunciar la penetración de las fundaciones en los movimientos sociales con nombres y apellidos, se proponía que: «para ahogar estas falsedades nace este manifiesto infinito (…). Cada comentario será un anexo que convierta al manifiesto en catarata». No exagero cuando invoco la metáfora del silenciamiento por asfixia.

Raúl Contreras, un eximio miembro de Ashoka, escribía en el citado manifiesto: » Yo también soy Jeromo (Aguado). Y lo soy porque es MI AMIGO, porque además lo nominé para su selección por Ashoka y porque comparto el cartel y la foto. Porque ambos hemos conocido a tantas personas y tantos proyectos impresionantes que forman esa otra familia, Ashoka, que sólo encuentro motivo de alegría».

Queda claro.

 

 

 

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.