Seguimos embelesados -como cuando recibimos por primera vez la foto de nuestro gran amor- con la Revolución Bolivariana, y hemos descuidado y dejado solo, en la retaguardia, a su más poderoso aliado: Lula da Silva. Como lo dije en mi artículo anterior(1) -que obedece a un seguimiento al hostigamiento imperial premeditado contra el presidente brasilero-, […]
Seguimos embelesados -como cuando recibimos por primera vez la foto de nuestro gran amor- con la Revolución Bolivariana, y hemos descuidado y dejado solo, en la retaguardia, a su más poderoso aliado: Lula da Silva.
Como lo dije en mi artículo anterior(1) -que obedece a un seguimiento al hostigamiento imperial premeditado contra el presidente brasilero-, saliendo de Lula, los enemigos del proceso Bolivariano tendrán el camino expedito para cercar y ahogar a Venezuela.
Dice O Estado de Sao Paulo (octubre 28/05): *»El Director del Federal Bureau of Investigation (FBI), Robert Mueller, afirmó que los Estados Unidos continúan preocupados con posibles acciones de lavado de dinero y financiamiento de grupos terroristas en la región de la Triple Frontera«. Y remata diciendo: «Hace varios años que los Estados Unidos ven la Triple Frontera como refugio de ‘células adormecidas’ especialmente del Hezbollah».
Pensar en «células adormecidas» del Hezbollah en la zona que comparten Paraguay, Argentina y Brasil, es como imaginar un criadero de camellos en Alaska o algo así descabellado. Pero para la propaganda imperial todo es posible; pues es la llave que abre las puertas a las intervenciones y pone en movimiento la mortífera maquinaria de guerra que aporta jugosos dividendos a las corporaciones militares. (Verbigracia Iraq y sus «armas de destrucción masiva» y «la guerra contra las drogas» del Plan Colombia).
La Triple Frontera, insisto, representa no solamente un valioso trofeo económico (reservas de agua dulce y botín para las multinacionales de la farmacéutica) sino un corredor geoestratégico para controlar militarmente toda América Latina. Por eso la importancia de mantener gobiernos serviles que acaten las órdenes sin revirar (el poder ejecutivo de Paraguay autorizó una oficina del FBI en la región y ya se construyó una base militar extranjera).
La figura de Lula da Silva ha resultado muy incómoda para el avance de los proyectos neocolonizadores del «Big Brother»: Se opuso al ALCA y apoyó el ALBA; tuvo la osadía de pedir a la OMC sanciones contra Estados Unidos, por no cumplir con el retiro de subsidios a los algodoneros; evitó, junto con China, Argelia y Rusia, que una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU amenazara con sanciones económicas a Siria por la no cooperación en el caso Hariri; contra viento y marea ha apoyado a Chávez en todos sus proyectos sociales, económicos y comunicacionales como Telesur y ha sido amigo fiel de Cuba, pronunciándose contra el ilegal bloqueo.
Fracasados hasta el momento todos los enviones contra el proceso del pueblo venezolano y su presidente, las cargas de profundidad ahora se dirigen contra su fiel escudero. Porque aunque Lula le ha fallado en muchos aspectos al pueblo que lo eligió, no ha sido así con los presidentes venezolano y cubano. Por eso Chávez y Fidel lo han defendido. Sin Lula, las revoluciones en Venezuela y Cuba, corren enorme peligro.
El golpe más bajo, lo recibió hace unas semanas, cuando la Revista Veja(3) (edición 1929 de noviembre 2 de 2005) titulaba: «Campaña de Lula recibió dinero de Cuba», al igual que como había informado antes de los 5 millones de dólares que las FARC habían donado al PT(4) (Wikinoticias marzo 14/05). La reacción de Fidel y su gobierno no se hizo esperar, pero ya el daño estaba hecho. Más que debilitarlo en el Sur de América, el objetivo era que en el ámbito académico y de clase media de los Estados Unidos, tan fácil de sugestionar con bombardeos mediáticos (recuérdese el Discurso del Estado de la Unión de Bush antes de la invasión a Iraq) la imagen de Lula fuera la de un cínico y corrupto, cuya salida del poder sería la única vía para recuperar la gobernabilidad. Y el objetivo fue cumplido: En los círculos «progresistas» de los Estados Unidos («Conventos liberales» como los llama el filósofo José Pazos), Lula ya no es «digno» de respeto y se debe ir. Y si así piensan «los progresistas», ni qué decir de los conservadores. ¡El plato está servido!
La tramoya fue bien montada: La revista Veja -catalogada como la cuarta más grande del mundo y difusora de los comunicados de la TFP(5) (conocidos como «los Covadongos» en España)- es propiedad de la Editora Abril, fundada en 1950 por el ciudadano italiano-estadounidense Víctor Civita (nacionalizado luego brasilero, fallecido en 1990 y bajo su nombre establecida la Fundación), quien en pleno fulgor del Macartismo, fue beneficiario de los derechos de Disney para América Latina y más tarde de MTV y Playboy para su compañía de cable TVA. Blanco es, gallina lo pone y frito se come. Cada cual que saque sus conclusiones.
Existe el deber revolucionario de darle una oportunidad y extenderle la mano a Lula; pues no cabe duda que algo siniestro se cuece desde Paraguay contra los procesos sociales liberadores en América del Sur.
Ojalá despertemos. No sea ya demasiado tarde y nos sorprendan deshojando la Margarita.
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1. Seguimiento que inicié con el artículo en Rebelión: Mentiras verdaderas: ¿Qué hay detrás de la caída de Lula? 16-08-2005
2. Todas las traducciones del portugués al español son hechas por el autor del artículo.
3. FADUL, Anamaría. La Interrnacionalización de los grupos de medios en el Brasil de los años 90. SP: Diálogos de la Comunicación.
4.http://es.wikinews.org
5. Revista Veja, Edição 1851 . 28 de abril de 2004