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Entrevista al periodista Walter Martínez

El hombre de los acontecimientos en pleno desarrollo

Fuentes: Revista La Correo

Una de las voces más autorizadas para analizar la coyuntura internacional nos concedió una entrevista exclusiva para La Correo. Es la voz de Walter Martínez, que en esta oportunidad nos dio su opinión sobre la economía, geopolítica y la moderna guerra fría que vive el mundo actualmente y, en particular, nuestra Patria Grande. A casi […]


Una de las voces más autorizadas para analizar la coyuntura internacional nos concedió una entrevista exclusiva para La Correo. Es la voz de Walter Martínez, que en esta oportunidad nos dio su opinión sobre la economía, geopolítica y la moderna guerra fría que vive el mundo actualmente y, en particular, nuestra Patria Grande.

A casi tres décadas de la caída del Muro de Berlín y del desplome de algunas experiencias socialistas europeas, ¿cuánto repercutieron estos hechos en el reordenamiento global?

Fue el símbolo de un reacomodo de las áreas de influencia militar, geopolítica y económica de las grandes potencias de aquel mundo bipolar. Se produjo un desbalance en la conducción del mundo, porque los Estados Unidos, al menos en los primeros años posteriores a esos hechos, parecían ser la única potencia, es decir, una potencia unipolar, y hubo un re-alineamiento político y económico. Como dicha caída permitió la reunificación de Alemania, ésta recuperó su papel de liderazgo en todos los campos y permitió el paso a la fundación de la Unión Europea, evidentemente hoy dominada por esta nueva Alemania que es la locomotora de la economía regional.

¿Cuál es el papel que juegan las potencias europeas y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en el escenario político de hoy? ¿Cuál es su real incidencia geopolítica?

Las juventudes europeas ya no quieren pasar por lo que sufrieron sus abuelos y sus padres, ni quisieran que sus países volvieran al estado de guerra entre ellos. La Unión Europea pretende garantizar eso y, por ahora, fabrica la guerra sólo contra otros países. Pero, luego de un cierto período del denominado «estado de bienestar», el neoliberalismo ha venido liquidando las ventajas socio-económicas de las que esos jóvenes habían estado disfrutando luego de la recuperación económica de la post-guerra.

La OTAN es un producto post segunda guerra e hija de la Guerra Fría, pero ya su existencia misma y propósito principal en algún momento dejaron de tener sentido con una Unión Soviética «caída». Hoy, la Federación de Rusia recupera el protagonismo geopolítico, militar y económico, con determinadas y claras áreas de influencia; por lo cual la OTAN, formada por esas potencias europeas y con Estados Unidos como principal socio, igualmente «recupera» su propósito: el «enfrentar» la ahora transformada patria rusa. En este escenario de moderna guerra fría, esos nombrados jóvenes no quieren pasar por esas experiencias de sus mayores, sino disfrutar de una vida normal. Nadie podría garantizar que ese deseo esté asegurado. La real incidencia geopolítica de la OTAN es enorme. Pero Rusia, la imparable China y las potencias emergentes, muchas de las cuales son nucleares, le hacen un muy fuerte contrapeso, y han sobrepasado en muchos aspectos a Estados Unidos y a los europeos. El eje geopolítico del mundo se ha trasladado muy hacia el este.

¿Qué elementos inciden para que EE.UU. se presente ante el mundo como la primera gran potencia?

Indudablemente sigue siendo una gran potencia. Sin embargo, el que sea autodenominada como «la primera potencia» es cuestión de revisar conceptos y cifras. El crecimiento económico, tecnológico y militar, imparable, de China, por ejemplo y por sólo nombrar alguna, podría perfectamente poner en duda esa autoafirmación a la que se alude. Y eso pone nerviosos y, por lo tanto, muy peligrosos, a los gobiernos de Estados Unidos. Lo que nos ha mantenido a salvo en la época nuclear es lo que el doble Premio Nobel Linus Carl Paulin definió como «la paz por el terror»: la acumulación de tanto armamento nuclear hace de la indeseable hipótesis de una tercera guerra una especie de suicidio colectivo que nadie quiere.

Desde hace siete años se libra una guerra en Siria, en la cual han tomado posiciones las superpotencias, ¿cuál es la trascendencia de ese conflicto?

Comienzo con mi ya clásica afirmación: ‘Estados Unidos e Israel le quieren cambiar el mapa geopolítico al Medio Oriente’. Para ello, han estado contribuyendo, por razones de conservar sobre los hombros sus cabezas y sobre éstas sus coronas, algunos monarcas y mandatarios de países en el Medio Oriente y también por razones económicas que incluyen la construcción y paso de oleoductos, y son países como Arabia Saudita, Catar, Emiratos Árabes Unidos, Turquía, Jordania. Desde el asesinato de Anwar El Sadat, ha venido mermando el liderazgo en esa hermosa región con la progresiva eliminación de los líderes de los diferentes países: Saddam Hussein, en Irak; Mohamar El Kaddafi, de Libia; Yasser Arafat, de Palestina, y actualmente el intento de asesinato del gran Bashar Al Assad, de Siria, y de los diversos presidentes de la República Islámica de Irán. Y se siente la ausencia de un líder que actúe con la voluntad de unificación de países hermanos musulmanes y árabes. Israel aspira a modificar ese mapa de acuerdo a sus intereses y lograr su eterna aspiración: el Eretz Israel, que alcanzaría a ocupar gran parte de todos los países del Medio Oriente y llegaría hasta Irán. Estados Unidos, Israel -quien ocupa Palestina violando todas las resoluciones de su creadora, la Organización de las Naciones Unidas- y Europa han hecho una guerra imperialista porque no quieren ningún gobierno progresista ni de avanzada en el Medio Oriente, y porque necesitan la división del mundo árabe y musulmán.

Una razón no menos importante es que Israel y su aliado Estados Unidos necesitaban derrocar a Bashar Al Assad y tomar Siria para aislar a la potencia emergente de Irán y, además, provocar en el seno de ambos países una división hostil entre los diversos grupos musulmanes chiítas y sunitas y, por tanto, la típica guerra civil que esas potencias suelen auspiciar en los países donde intervienen con el objetivo de debilitarlos y hacerlos poco resistentes a su consiguiente sojuzgamiento. A la par Hillary Clinton tenía su propio interés particular: ayudando a Catar por un puñado de dólares, una gran contribución a la Fundación Clinton para que «convenciera» a Bashar Al Assad de permitir el paso de un gasoducto desde ese país a través de Siria para proveer gas a Europa. Assad se negó, y muy pronto comenzó el hostigamiento contra él y contra Siria. Pero ya Rusia habló: actuó en Siria y determinó la derrota de las potencias occidentales. Seguramente Rusia protegió un interés geopolítico propio, pero también tuvo la voluntad de proteger a un país progresista y soberano.

En los últimos meses, la Revolución Bolivariana ha triunfado en las urnas una y otra vez, aun cuando la derecha internacional insiste en presentar al país como «caótico y dictatorial». ¿A qué se debe tal ensañamiento de EE.UU. y de la derecha contra Venezuela y, particularmente, contra Nicolás Maduro?

Es importante recordar que siempre fuimos y somos el proveedor seguro y confiable de la energía que los Estados Unidos necesitaron para desarrollar su industria, y su parte en la Segunda Guerra Mundial -mientras los soviéticos, y hay que aclararlo, llegaban primeros a Berlín en lo que éstos denominan «La Gran Guerra Patria», a un altísimo costo de vidas humanas-. Igualmente lo hicimos en la guerra contra Corea y en la del Golfo. A pesar de esto, esas causas pueden ser apreciadas en los siguientes aspectos que señalaré.

Primero: para Estados Unidos, a partir del triunfo del presidente Hugo Chávez, hemos sido un «mal ejemplo» por nuestra actitud soberana e independiente, por reivindicar la dignidad de nuestro Pueblo y porque, como dicen por ahí, «no nos bajamos los pantalones» ante ninguna potencia; mientras no pocos vecinos y no tan vecinos siguen genuflexos ante EE.UU., aceptando bases militares estadounidenses en sus territorios con la vergonzosa entrega de sus respectivas soberanías.

Segundo: nunca nos perdonarán que los venezolanos seamos, con el visionario venezolano Dr. Juan Pablo Pérez Alfonso -a quien tuve el honor de entrevistar-, los creadores de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), y Venezuela fue quien enseñó a los demás países productores a revalorizar su papel, incluso geopolítico.

Tercero: tenemos la reserva petrolera más importante del mundo en la Faja Petrolífera del Orinoco «Hugo Chávez Frías», aparte de lo que hay en el resto de Venezuela; la cifra en la Faja, según el Servicio Estadounidense de Geología, asciende a 513 mil millones de barriles; y si a ello agregamos el denominado «Factor de Recobro» que, según algunos expertos, los propios estadounidenses han estimado hasta en 40%, podríamos entonces reconsiderar la dimensión de las reservas hasta ahora aceptada; y todo esto, a apenas cinco días de navegación desde Venezuela a EE.UU., frente a los 40 a 45 días desde el Golfo Pérsico a Estados Unidos. En vista de que uno de los grandes negocios del petróleo es su transporte, y este factor se refleja en el costo final, la diferencia es contundente.

A ello se agregan los siguientes aspectos: las reservas petroleras mundiales están a la baja. En países no OPEP, la relación producción-descubrimiento es adversa: se producen 15 barriles y sólo se descubre un barril; en países OPEP, sacando a Venezuela, la relación es: por cada dos barriles producidos, se descubre sólo uno; y si metemos a Venezuela la relación en países OPEP es: se descubre mucho más del doble que lo que se produce, lo cual indica que nuestra Faja hace la gran diferencia; y es de conocimiento público que a Colombia no le quedan reservas petroleras sino para cuatro años y medio aproximadamente. Económicamente hablando, no existe, al menos por ahora, una fuente energética con la eficiencia del petróleo; los EE.UU. consumen 20 millones de barriles diarios aproximadamente; Venezuela hasta ahora le ha venido supliendo cerca del 15% de sus necesidades petroleras, aunque últimamente la cifra bajó en algo; y algunos expertos han afirmado que, por ejemplo, Arabia Saudita no autoriza auditoría de sus pozos, lo cual mueve a la conocida postura del Peak Oil, según la cual el mundo ya consumió la mitad de las reservas petroleras mundiales y consume más petróleo del que se descubre. Debe tomarse en cuenta que lo que respalda a las acciones de las compañías petroleras en la US Securities and Exchange son las reservas de las cuales sean propietarias o bien puedan inscribirlas como «propias» en la bolsa de valores, debido a que esas empresas sean socias de una empresa, como por ejemplo Petróleos de Venezuela (PDVSA), que dispone de las mayores e inmensas descritas reservas de petróleo, y por ejemplo, la Exxon Mobil, a quien Venezuela la puso en vergüenza porque le ganó varios pleitos jurídicos en su propio terreno del «primer mundo» y cuyo real Chief Executive Officer, es decir, el presidente de su mesa directiva, es Rex Tillerson, actual Secretario de Estado de los Estados Unidos, quien por eso practica una escalonada y feroz agresión contra Venezuela, sólo posee el 4% de las reservas que tiene PDVSA. Con estos aspectos petroleros integralmente considerados tenemos un avance del ilustrativo panorama del interés de EE.UU. en promover, por los medios que sea, un cambio de gobierno en Venezuela, ya que PDVSA es netamente propiedad soberana de la República Bolivariana de Venezuela y cuyo Pueblo es su único accionista.

Cuarto: Venezuela está por certificar sus grandes reservas de gas, lo cual la ubicará en mucha mejor posición que la octava actual; se ubicará cuarta en el mundo.

Quinto: Venezuela está siendo considerada como una de las primeras potencias en oro. Si no fuere la primera, será una de las primeras.

Sexto: Venezuela dispone de muy importantes y muy estratégicas reservas de minerales de imprescindible aplicación en lo militar, aeronáutico y tecnológico, como el coltán; el niobio, que es una mezcla del coltán y la columbita; el torio, combustible nuclear «verde» o «limpio» sobre el cual se está estimando que Venezuela figuraría como la cuarta o quinta reserva del mundo; el vanadio, del que podríamos ser el primer exportador del mundo y se encuentra en crudos pesados y extrapesados; los diamantes, Venezuela está considerada como poseedora de una gran reserva de diamantes, y la casa mundial Kimberley acaba de aceptarnos y certificarnos.

Séptimo: Venezuela tiene una de las mayores reservas de agua dulce del mundo; se encuentra entre las 10 mayores, de segunda o de tercera; y, aunque se ha dicho que la lucha por el agua es un «falso positivo» de los tanques pensantes de EE.UU., las reservas de agua dulce son un recurso estratégico y de primer orden en el mundo.

Octavo: la envidiable ubicación geográfica de Venezuela. Toda la fachada norte de América del Sur y a orillas del Mar Caribe, y su costado este en el Océano Atlántico, muy cerca de los centros geopolíticos del norte, es un gran motivo para una obstinada intención de objetivo militar y de ocupación.

Noveno: nuestra querida y respetada Fuerza Armada Nacional Bolivariana FANB, que en Venezuela no es una casta, sino el Pueblo uniformado, a quien las fuerzas reaccionarias extranjeras e internas han hecho blanco de las más sucias y canallescas campañas para intento de desprestigio, y no lo han logrado ni lo lograrán. Nuestra FANB es muy celosa y soberana guardiana de nuestro país, y el Pueblo la acompaña en perfecta sincronía de metas y valores: nuestra famosa y criolla Unión Cívico-Militar. Bien se dice que todas esas organizaciones del mundo imperialista (trasnacionales petroleras y otras, tanques de pensamiento, gobiernos estadounidenses, ONGs muy bien pagadas en dólares, y otros), saben que nuestra FANB está en real situación de poder defender a Venezuela en cualquier escenario de invasión o ataque, acción defensiva a la que el Pueblo jamás estará ni ajeno ni indiferente.

Décimo: el Petro, criptomoneda venezolana que tiene como respaldo reales riquezas, las referidas reservas nacionales de petróleo, y puede apoyarse en otras como gas, oro, diamantes, y los demás minerales, le da un tremendo e inesperado golpe moral en su poder hegemónico y de dominación económica, y como afirmó el investigador y economista estadounidense Max Keyser, «si el Petro funciona, los EE.UU. no podrán aplicar sanciones en ningún lugar».

Undécimo: Venezuela es un faro de Integración, de esquemas de cooperación, solidaridad, complementariedad y de concurrencia Sur-Sur, lo cual revive cada día el sueño de nuestros Libertadores y de la Patria Grande Latinoamericana y Caribeña. Solamente recordemos: Petrocaribe, el ALBA, Banco del Sur, Unasur, Celac. Nada de eso es compatible con la doctrina de dominación de los Estados Unidos ni la de la Unión Europea.

Duodécimo: la condición de exconductor de metrobús que con mucho orgullo, suyo y nuestro, ostenta nuestro Presidente Obrero y Comandante en Jefe, la vieja oligarquía internacional y nacional ve incluso con odio el que una persona de esos orígenes les adivine el juego y los derrote, reiteradamente, en sus propios terrenos y con sus propias reglas; ese odio per se, sin otras motivaciones, les genera una determinación compulsiva a la agresión, al ataque, y a intentar humillar al presidente democráticamente electo de todos los venezolanos y, por tanto, a Venezuela.

¿Por qué triunfa el chavismo en las urnas?

Porque el chavismo sigue fiel al legado y a la doctrina del Presidente Comandante Hugo Chávez Frías, así como lo hace su sucesor, el actual presidente chavista Nicolás Maduro Moros, lo cual permite que éstos, legado y doctrina, triunfen en el campo de la justicia social en Venezuela; y que Nicolás Maduro no olvida su origen proletario y actúa con sobrada y reconocida solvencia tanto en el campo social y político como en su carácter de Comandante en Jefe de la Nación Bolivariana en Unión Cívico-Militar. Y por último, ¡porque el Pueblo venezolano no es pendejo!

A partir de las iniciativas del presidente Hugo Chávez, se reforzó una mirada integradora en América Latina y el Caribe. ¿Cuánto queda de esa unidad? y ¿cómo ve la correlación política continental?

En los últimos tiempos, y en especial después de la muy sospechosa muerte del presidente Chávez, ha habido una arremetida general, y por todos los medios, para ir eliminando en efecto dominó todas las fichas progresistas y antiimperialistas del mapa geopolítico del continente americano y caribeño. Nos toca ahora adaptarnos a esa nueva realidad, reconstruir lo perdido y seguir luchando también nosotros por todos los medios para preservar los gobiernos progresistas y derrotar a los retrógrados y entreguistas.

 

¿Cuáles son los desafíos del chavismo?

Conservar y proyectar los valores en los cuales se fundamenta este proceso histórico y único, así como profundizar su práctica y seguir apuntalando la integración política y de los pueblos, con el sagrado concepto de la Patria Grande que nos legaron nuestros Libertadores, concepto al que desde esa época se han opuesto los imperios de turno.

(Tomado de la revista La Correo No. 72, marzo de 2018, La Paz, Bolivia /

www.correodelalba.com)

Frases destacadas

«Es importante recordar que siempre fuimos y somos el proveedor seguro y confiable de la energía que los Estados Unidos necesitaron para desarrollar su industria»

«Para Estados Unidos, a partir del triunfo del presidente Hugo Chávez, hemos sido un ‘mal ejemplo’ por nuestra actitud soberana e independiente» 

«Nos toca ahora reconstruir lo perdido y seguir luchando también nosotros por todos los medios para preservar los gobiernos progresistas y derrotar a los retrógrados y entreguistas»

Perfil de Walter Martínez

Cuando hablamos de periodismo veraz y oportuno, o sobrios análisis sobre el panorama internacional, nos viene a la mente un nombre: Walter Martínez.

Nacido en Uruguay en 1941 y radicado en Venezuela desde 1969, con amplia trayectoria no sólo como periodista, sino como corresponsal de guerra en diferentes episodios del acontecer mundial, tales como, los conflictos en Iraq, El Salvador, Líbano y Nicaragua. Cubrió, además, la invasión estadounidense a Panamá y golpes de Estados, como en Bolivia, así como operativos de la OTAN durante la Guerra Fría.

Se formó como piloto en la Fuerza Aérea Uruguaya, de la cual pidió la baja en momentos en que el Plan Cóndor volaba sobre nuestro continente. Es el conductor y productor del programa Dossier, donde con su icónico «acontecimientos en pleno desarrollo» nos muestra el rostro más cercano a la realidad.

Es un apasionado de la ópera y la música clásica, así como del tango y las obras de los importantes trovadores de Iberoamérica. Está casado con Alida Sanoja, quien junto a su hija, la también periodista venezolana Érika Ortega, conforman su entorno familiar más cercano.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.