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El Emirato Islámico del Brasil

El imperialismo estadounidense, industria cultural y Marina Silva

Fuentes: Rebelión

Traducido del portugués para Rebelión por Luis Carlos Muñoz Sarmiento

1.

«En la tradición del oprimido, que es la que vivimos, el estado de excepción es regla general», así afirmó Walter Benjamin en la octava tesis de su ensayo Sobre el concepto de historia (1940) [cuyo primer título es Tesis de filosofía de la historia, publicado originalmente por Editorial Contrahistorias de México, y luego electrónicamente por el filósofo y traductor ecuatoriano-mexicano, Bolívar Echeverría: Nota del Trad.].

2.

El estado de sitio en que vivimos no es otro que la muy antigua tradición del oprimido: aluvión de tiempos históricos al mismo tiempo, para dialogar con Marx, trágicos y cómicos, para promulgar la naturaleza histórica de la tradición de los oprimidos, entendida esta como segunda naturaleza soberana que nos prohíbe la afirmación revolucionaria del futuro, condenados que estamos, como Sísifo, a llevar la pesada carga de los pasados de opresión en la espalda hoy, invalidándola y mortificándola.

3.

La civilización burguesa, bajo este punto de vista, es nuestra soberana tradición del oprimido y es ella la que decreta por todas partes el estado de excepción para y contra el conjunto de la vida en la Tierra. Esta es la razón por la cual debemos olvidar las caras del soberano personal, sea el nombre que sea, Hitler, Mussolini, Obama. Entender cómo funciona el dispositivo de excepción oligárquico en el actual presente histórico es una condición fundamental para superarlo, incluso si quisiéramos usar como modelo de alternativa la propuesta de Walter Benjamin, en el mismo ensayo, Sobre el concepto de historia, la que señala que para romper con el estado de excepción es necesaria la producción de otro, no oligárquico.

4.

¿Desde este punto de vista, cómo funciona el estado de excepción actual? La primera observación al respecto, para desmitificar la intelligentsia, es: todo arreglo histórico de excepción es en sí mismo soberano e impone una realidad que conspira contra la vida desnuda, contra las alteridades, en fin, contra los oprimidos. Producir una teoría revolucionaria sobre la conspirada realidad de tal o cual estado de excepción como regla general, no puede ser visto como una quimera o como un delirio de paranoicos. La teoría de la conspiración, por lo tanto, no solo es posible y creíble sino es también una condición fundamental para producir colectivamente un estado de excepción contra los estados de excepción oligárquicos. Es, por lo tanto, una praxis.

5.

¿Y cómo debería ser el estado de excepción, colectivamente producido, contra el oligárquico? ¿Una dictadura del proletariado? Pensemos la situación desde el punto de vista de los géneros literarios, teniendo en cuenta la comedia y la tragedia. El estado de excepción oligárquico es siempre una tragedia para las colectividades. Contra él estas deben eliminarlo, transformando la tragedia en comedia. Por esta razón, el estado de excepción colectivo contra el oligárquico debe constituirse a través de la producción igualmente colectiva, carnavalesca, de una comedia popular dirigida y dedicada a despedir la gravedad del sistema de excepción oligárquico, que es al mismo tiempo científico, tecnológico, cultural, epistemológico, histórico, social, civilizacional.

6.

Existe, por lo tanto, un juego entre la tragedia y la comedia en los estados de excepción, el oligárquico y el popular. Un juego pendular. Si es el estado de excepción oligárquico el que da el tono, decretando el derecho de muerte sobre la población mundial, esta se constituye como una especie de comedia pasiva y/o regresiva, por tanto su tragedia puede ser definida como una comedia, desde el punto de vista oligárquico, razón por la cual en el estado de excepción oligárquico las oligarquías ríen, se burlan, actúan con cinismo, manipulando, mintiendo y, por lo tanto, transformando en ridículos a los oprimidos de la Tierra. Si, por otro lado, es la colectividad, en fin, el pueblo, que descalifica el estado de excepción oligárquico, tendríamos lo que es posible llamar comedia revolucionaria, activa, a partir de la cual el pueblo ríe, desmiente, actúa de forma cínica, con hipocresía, parodiando y burlándose de cada gesto, pensamiento, afecto, lógica, perspectiva oligárquica. Imposibilitándola, por la sencilla razón de que toda oligarquía solo lo es si se toma en serio. De lo contrario, ¡se desvanece en el aire!

7.

Pero, al fin y en principio: ¿cómo funciona el trágico estado de excepción contemporáneo y cómo este ríe, se burla, satiriza, descalifica a los pueblos del mundo, transformándolos en la tragedia y en la comedia de sí mismos? Para responder a esta pregunta es preciso entender cómo los poderes oligárquicos secuestran las tecnologías cosmológicas, hoy, y cómo a través de estas nos oprimen y ridiculizan. Para ello, hay que distinguir con claridad los dos imperialismos que produjeron un estado de excepción trágico y oligárquico contra la humanidad, en el curso de la civilización burguesa.

8.

Hay que distinguir, por lo tanto, el imperialismo europeo (principalmente el inglés) del imperialismo estadounidense. El primero funcionó a partir de la expansión/ocupación/usurpación/explotación/dominación y uso de las fuerzas de la Tierra, entendiendo por estas las fuerzas étnicas, de género, lingüísticas, minerales, energéticas, vegetales, animales, marítimas, atmosféricas. En fin, el conjunto de las fuerzas de la Tierra. Después, todo lo que es de la Tierra, que vive de la Tierra, la propia Tierra.

9.

El segundo, por otro lado, el imperialismo estadounidense, surgió teniendo en cuenta otra escala de dominación hecha posible a través de la captura de fuerzas cosmológicas y, por lo tanto, a partir de una mirada panóptica fuera del planeta Tierra, capaz de concebirlo, vivirlo, manipularlo, integralmente.

10.

Si el primer imperialismo, el europeo (inglés) se expandió conquistando y subyugando las fuerzas de la Tierra, aún a partir del punto de vista de la propia Tierra, el segundo, el estadounidense, usando fuerzas cosmológicas, manipula, carnavaliza, subyuga, se impone (o intenta imponerse) a todas las fuerzas de la Tierra, consciente de su interacción y por tanto sin separarlas o segmentarlas, puesto que las combina, las hace interactuar, lanzándolas unas contra otras, sin cesar, de forma cínica, artificial, hipócrita, mentirosa, a través de tecnologías aptas para capturar fuerzas cosmológicas.

11.

Las fuerzas atómicas pueden ser concebidas como cosmológicas porque trabajan con la fisura de la materia, teniendo en cuenta el núcleo atómico y también un punto de vista autorreferencial. Todo funciona también como un asunto de punto de vista [o subjetivo: Nota del Trad.]. El conocimiento científico que manipula átomos de plutonio proviene de una perspectiva cosmológica porque pone las fuerzas de la Tierra contra sí mismas en la parte superior, teniendo en cuenta una conciencia tecnológica o tecno-científica que entiende que el impacto atómico es planetario, no segmentado, espectacular.

12.

El punto de vista del imperialismo yanqui es cosmológico porque es autorreferencial. Concibe las fuerzas de la Tierra desde fuera de la Tierra, con plena conciencia dominante de que la Tierra es un ajedrez o una tabla rasa. Un modelo de realización de su deseo oligárquico de dominar todo con el claro objetivo de decretar un estado de excepción planetario.

13.

He aquí un aspecto importante de nuestra terrícola realidad conspirada. Para que el imperialismo estadounidense imponga su perspectiva, teniendo en cuenta un punto de vista cosmológico, es necesario que las fuerzas de la Tierra crean y se fijen en sus supuestas realidades naturales -o naturalmente terrícolas, independientemente de cualquier fisura atómica.

14.

Mientras que, por lo tanto, el imperialismo estadounidense trabaja por fisura atómica, las parodiadas fuerzas de la Tierra deben concebirse a sí mismas como naturales, inviolables unidades discursivas. Como, finalmente, puras.

15.

De este modo tenemos un racismo colectivo que funciona así: las fuerzas de la Tierra, tales como el Nazismo, deben defender sus purezas étnicas, religiosas, de género, nacionales, epistemológicas, culturales. Y, actuando así, como si fuesen absolutamente naturales, hijas identitarias de la Tierra, se vuelven extremadamente vulnerables a la tecnología de la fisura atómica, pragmática y plástica del imperialismo gringo, que sabe que cada fuerza es fisurada, atómica.

16

La verdadera bomba atómica, por lo tanto, desde el punto de vista del imperialismo estadounidense, es la que nos explote atómicamente cuanto más nos aferramos a nuestra identidad básica terrícola. Toda la humanidad es la bomba atómica de sí misma, teniendo en cuenta una comedia regresiva, pasiva, tanto que la oligarquía gringa se ríe de todos nosotros y nos burla, al explotarnos colectivamente.

17.

El dispositivo de la confesión, tal como lo definió Michel Foucault, se vuelve una importante tecnología de dominación de la humanidad -tecnología atómica. Somos fisurados cuanto más confesamos ser o creemos ser teniendo en cuenta las marcas de Caín de nuestras fuerzas terrícolas.

18.

Una humanidad confesional nos pone a todos en un mismo paquete terrícola para ser manipulado, burlado, parodiado. Fuerzas religiosas cristianas y sus atomizaciones católicas, evangélicas, ortodoxas. Fuerzas religiosas islámicas y sus atomizaciones chiítas, sunitas, salafistas, yihadistas, wabistas; fuerzas étnicas y sus atomizaciones negras, blancas, indígenas, amarillas. Fuerzas confesadas de género y sus atomizaciones heterosexuales, homoeróticas, travestistas, transexuales. Fuerzas sapienciales y sus atomizaciones académicas. Fuerzas confesadas de derecha y de izquierda y sus atomizaciones liberales, neoliberales, social-demócratas, maoístas, leninistas, trotskistas; fuerzas geopolíticas y sus atomizaciones occidentales, orientales, metropolitanas, periféricas, nacionales, energéticas. Fuerzas. Fuerzas. Fuerzas. Atomizaciones. Fisuras. Bombas atómicas humanas. Aquí está el conspirado/conspirando mundo de hoy.

19.

El conspirado mundo en que vivimos es, por tanto, confesional. Por esto mismo, religioso. El fundamentalismo, desde este punto de vista, no es la excepción sino la regla general del estado de sitio de la civilización burguesa bajo el signo del imperialismo cosmológico gringo que decreta la siguiente indefinida consigna para las fuerzas del planeta: ¡Sean libres confesando su marca de Caín! ¡Básense religiosamente por la naturaleza de las fuerzas de la Tierra, creyendo en ellas como fuerzas esenciales de la naturaleza!

20.

El dinero, como abstracción monetaria, nada más es, desde este punto de vista, que la auto-valorización del valor de las fuerzas de la Tierra. Bajo su dimensión imperial dolorificada se transforma en dios del altar de la civilización burguesa, convocando a las fuerzas de la Tierra a la reivindicación fundamentalística porque solo así serán fieles a él. Solo así serán fieles al petrodólar porque solo así estarán respaldados, como flujos callejeros y metamórficos de las grietas atómicas de las fuerzas de la Tierra, su abstracción trascendental.

21.

Es bajo este punto de vista que es posible afirmar que Marina Silva, candidata a la presidencia del Brasil por el PSB, representa al Estado Islámico de las y en las fuerzas fundamentalistas de la Tierra, bajo el dominio planetario del imperialismo yanqui. Ella es un lastre religioso agrietado y combinado de fuerzas étnicas, por ser negra; de fuerzas de género, por ser mujer; de fuerzas religiosas, como evangélica de la Asamblea de Dios; de fuerzas ecológicas, como antigua cauchera de la selva amazónica, más allá de las fuerzas populares del Partido de los Trabajadores (PT), por haber sido una de sus fundadoras y ministra del Medio Ambiente del Gobierno Lula da Silva.

22.

Marina Silva fue capturada y cooptada por el imperialismo yanqui cosmológico que sabía identificar en las atómicas fuerzas fundamentalistas aptas para ser meticulosamente combinadas, con el objetivo de aplicar un golpe de estado en la mínima posibilidad de un Brasil independiente de sus garras.

23.

Ella cumple, pues, la misma suerte del Emirato Islámico: una función geopolítica y energética con el objetivo de contraponerse y combatir a las fuerzas liberadoras pero laicas efectivamente resistentes a la dominación planetaria del imperialismo gringo, como las fuerzas geopolíticas del BRICS. También está al servicio del retorno de Brasil al orden neoliberal de los años 90, que imperó en toda América Latina, a través de la obediencia canina al trípode económico neoliberal: altas tasas de interés, superávit primario y cambio sobrevaluado.

24.

No es casual que el mayor banco privado de Brasil, el Itaú, la orquestara, agrietando y manipulando sus atómicos trazos terrícolas. Y de banco en banco, se llega a Wall Street y su deseo de volver a presentar al conjunto de América Latina, principalmente a los países más rebeldes, Venezuela y Cuba, usando las fuerzas industriales, poblacionales, territoriales, financieras y oligárquicas brasileñas, como modelo de realización para la sumisión al imperialismo yanqui, incluso e igual principalmente como modelo de realización fundamentalista a ser usado contra la construcción de un mundo multipolar.

25.

Contra Rusia y China, por lo tanto.

26.

Es por esto y mucho más que tenemos todos los motivos del mundo para sospechar del supuesto accidente de avión que llevó a la muerte al entonces candidato a la Presidencia de Brasil, Eduardo Campos, en la placa del PSB. De todas las posibilidades, el accidente de avión que lo mató, así como otras seis personas que estaban a bordo, la menos factible, aunque probable, es la que nos quieren hacer creer: fue una tragedia accidental. Como vice de Eduardo Campos, Marina Silva tomó su lugar en un contexto de mediática catarsis nacional, meticulosamente USAda y abUSAda por la red TV Globo y por los demás canales de televisión, sin contar la prensa escrita ni la radiofónica.

27.

Todo orquestado a priori o a posteriori para alzarla como candidata con oportunidades reales de ganar la próxima elección presidencial en el Brasil. Si eso no es conspiración mediático/imperialista, ninguna otra cosa lo es.

28.

La posibilidad de un sabotaje es teoría de la conspiración de cara a una realidad a priori conspirada. Descalificarla como insensata y paranoica es no ser capaz de análisis mínimo en relación con la orquestada realidad maniatada por el imperialismo cosmológico gringo, intrínsecamente establecido a partir de la indiscernibilidad entre el conocimiento y el poder, entre la tecnociencia y el capital, teniendo en cuenta el uso bélico de las posibilidades científicas engendradas por las revoluciones atómicas, bio-electrónicas, robóticas, bio-informáticas, así como de la bio-ingeniería, de la nanotecnología y de las tecnologías de la comunicación -revoluciones que marcan y demarcan la era del imperialismo cosmológico, en proceso.

29.

La industria cultural planetaria, cada vez más cosmológicamente potencializada por todas las revoluciones tecno-científicas mencionadas, bajo el dominio del imperialismo estadounidense, es el escenario a partir del cual toda la humanidad se vuelve una parodia de sí misma -su propia farsa regresiva. Sin cesar, ella nos edita y re-edita paródicamente, a través de artefactos culturales como telenovelas, filmes, dramas teatrales, diseños, enredos literarios, diversos géneros musicales, danzas, programas de entrevistas, enlatados (des)informativos, entre otros.

30.

Bajo el dominio del imperialismo cosmológico gringo, la industria cultural transforma las fuerzas de la Tierra en una regresiva farsa de sí misma, a través de la producción sinfín de artefactos culturales confesados, fundamentalistas. Ella es una poderosa tecnología de confesión que confina a las fuerzas de la Tierra al gueto sin salida de la naturaleza vivida como creacionismo, condenándonos al que hay: la civilización burguesa bajo el dominio planetario del capital estadounidense.

31.

Marina Silva es la versión brasileña del Emirato Islámico. Cupo y cabe al creacionismo de la y en la industria cultural pretender elegirla en nombre del Dios dólar del cosmológico imperialismo estadounidense.

32.

No tomar a la industria cultural en serio, riendo no de la burla que ella hace de nosotros mismos sino de la tragedia de su dominio oligárquico, es la salida revolucionaria.

33.

Para ello, es necesario que nuestras fuerzas terrícolas se vuelvan cosmológicas fuerzas no fundamentalistas; fuerzas no limitadas por el estado de excepción de la civilización burguesa y que por tanto ríen, cacarean, de las burlas mediáticas del imperialismo gringo.

34.

Pronto de nuevo la vieja patraña de Marina Silva. El estado islámico de Brasil y en Brasil.

35.

¿Cortará nuestras cabezas [como cualquier Antonio das Mortes de la dictadura: Nota del Trad.]?

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.