Era ya conocido a través de otros informes, el funcionamiento bancario reflejado en el voluminoso Informe oficial (9 volúmenes y 2,200 páginas) sobre Lehman Brothers, el banco de negocios que quebró en Septiembre 2008. La novedad es que las prácticas que describe siguen siendo posibles en la actividad financiera propia de la banca globalizada. Por […]
Era ya conocido a través de otros informes, el funcionamiento bancario reflejado en el voluminoso Informe oficial (9 volúmenes y 2,200 páginas) sobre Lehman Brothers, el banco de negocios que quebró en Septiembre 2008. La novedad es que las prácticas que describe siguen siendo posibles en la actividad financiera propia de la banca globalizada. Por eso, uno de los efectos inmediatos de la publicación de ese Informe el día 11 marzo ha sido animar al Senador Dodd, líder demócrata del Comité de Banca del Senado, a reactivar las negociaciones para sacar adelante la reforma estancada en el Congreso desde hace más de un año. Y asimismo se han activado los controles administrativos de las autoridades sobre Wall Street.
Porque el Informe relata el pasado de un banco muy importante. Pero el sistema con sus riesgos sigue intacto, sin regulación ni supervisión apropiada, permitiendo el funcionamiento bancario que se describe con sus trucos contables y su descontrol; pese a todas las altisonantes declaraciones gubernamentales de allá y de acá.
Veamos unos datos sobre el apalancamiento o endeudamiento desorbitado.
Según esta investigación oficial, cuando Lehman Brothers se derrumbó, con 25,000 millones $ de capital soportaba un volumen financiero de 700,000 millones $; es decir, un ratio de apalancamiento de 28 a uno. Sí; con un dólar el banco obtenía hasta 28 dólares en préstamos. E incluso, había alcanzado el 30 a uno, según el documentado libro «Too big to fail» de un periodista especializado del New York Times.
Pero los informes trimestrales del banco publicados con el aval de la auditora Ernst & Young, llegaron a reseñar un ratio de endeudamiento de solo 12 a uno durante 2008. Porque conseguía liquidez mediante operaciones de repo, con pactos de recompra de activos, y los trucaba contablemente (Repo 105 en la jerga interna) disfrazando así al muñeco de su endeudamiento y logrando sacar del balance hasta 50,000 millones $. Era un banco descapitalizado.
El referido documento oficial nos cuenta asimismo que durante 2001, cuando este gran banco inició esas prácticas contables, no pudo conseguir en EEUU un despacho de abogados que diera su aval a esas operaciones contractuales de repo. Por lo cual desarrollaba esas transacciones desde su filial de Londres con la bendición de una firma británica de abogados. Y así se entiende que Lehman Brothers tuviera la mitad de su negocio financiero residenciado en la City de Londres, según comenta el libro ya citado.
De ahí que el Informe sobre Lehman Brothers debiera despertar un interés singular cuando en Europa se activan añejas propuestas de regulación financiera. En particular, porque con tal motivo, al comenzar Marzo Tim Geitner, Secretario del Tesoro de los EEUU, dirigía una carta a Michel Barnier, Comisario europeo del Mercado Interior y a Elena Salgado, Vicepresidenta del Gobierno y Ministra de Economía, como integrante de la presidencia rotatoria de la Unión Europea que ejerce España.
Sabida es que la inquietud europea ante la especulación sobre la deuda externa de Grecia y la fuerte especulación con el euro, se ha traducido en propuestas de regulación a escala europea, entre otras, sobre los fondos especulativos de alto riesgo o hedge funds y los CDS o modalidad de seguros de crédito.
Y ante tal eventualidad, Geitner, responsable de finanzas de los EEUU y miembro de la élite de ejecutivos de la gran banca (estuvo a punto de dirigir el Citigroup), se ha apresurado a trasladar a la Unión Europea, de modo abierto, su preocupación «sobre las propuestas que discriminarían las firmas estadounidenses negándoles el acceso a los mercados de la UE que tienen corrientemente. Esperamos – dice – que las normas que se pongan en vigor aseguren que los gestores de fondos y los bancos y fondos de inversiones globales tengan el mismo acceso que sus contrapartes europeas».
Traducido esto al lenguaje corriente, nos está diciendo que Washington – tanto con Obama como con Bush – vela para que Wall Street, aún descontrolado, siga negociando y especulando en las Bolsas y mercados europeos, aunque los EEUU no hayan sido capaces de controlar a los grandes bancos y fondos de inversiones, que generan pérdidas de ahorros, cierre de empresas y desempleo en Europa y otros lugares del mundo.-