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Los capitalistas financieros y los representantes de las grandes industrias dicen que la economía va bien con el gobierno de Lula

El karoshi tropical y la Velha República

Fuentes: Jornal do Brasil

Traducido del portugués para Rebelión por A. Cilla

Los capitalistas financieros y los representantes de las grandes industrias dicen que la economía va bien con el gobierno de Lula. En estos casi tres años, los bancos han acumulado más dinero de lo que acumularon en el mismo periodo del gobierno de Fernando Enrique Cardoso. Pero no han tenido la misma suerte los trabajadores bancarios que han realizado paros para reivindicar un aumento salarial del 11,77% y mayor participación en los beneficios, mientras que los banqueros ofrecían un 4% de aumento y una participación menguada en las ganancias. Después de mantener una huelga de casi una semana, los bancos les han propuesto un aumento de un 6%. De este modo, los bancarios, que trabajan con la mercancía dinero, consiguen recuperarse un poco de la extenuante labor que realizan diariamente en las agencias bancarias. Pero todavía quedan muchas batallas que dar en este campo. Como en la Velha República.

Algo parecido sucede con la huelga de los docentes y funcionarios de las universidades federales que están parados desde hace varias semanas.

El gobierno de Lula, implicado en el montaje de un proyecto considerado como «sistémico», siguiendo viejas recomendaciones del Banco Mundial, beneficia a los mercaderes de la enseñanza que ofrecen plazas «gratuitas» a cambio de la exención de impuestos, en detrimento de la enseñanza verdaderamente pública. El resultado de ésta política es evidente: no hay recursos para una valoración efectiva del trabajo docente y funcional, ambos capitidisminuidos en los gabinetes financieros de Palocci y su grupo.

La modesta reivindicación docente, entre otras reivindicaciones, de un 18% para cubrir las enormes perdidas salariales, que se han ido produciendo desde el periodo de FHC, ha sido hasta hace unos días olímpicamente ignorada por el gobierno que de diferentes maneras ha ignorado a ANDES-SN, verdadero representante de los docentes, a través de intervenciones que no tienen buenos antecedentes. La huelga se ha fortalecido y ya es hora de que los docentes reciban una propuesta decente, así como otras categorías vinculadas a la Administración Pública. Estas huelgas están demostrando que el gobierno a través de su política económica, socialmente destructiva, extrae el grueso de los recursos públicos para pagar tanto la deuda interna como la externa, remunerando al capital financiero. Como en la Velha República.

Pero la barbarie no acaba aquí. Hace poco, nueve trabajadores rurales, empleados en el corte de la caña de azúcar, en la región de Riberâo Preto (SP), murieron probablemente por el trabajo extenuante, brutal, inhumano que realizan, trabajando en los «agronegocios» que tanto le gustan al lulismo.

Los «bóias-frias»1 están obligados a cortar una media de 12 toneladas diarias de caña, recibiendo a cambio una media de 2,20 Reales por tonelada, teniendo que descargar alrededor de 9.700 golpes diarios de «podadera», instrumento usado para cortar la caña, lo que aniquila su cuerpo, llevándoles al padecimiento, el envejecimiento precoz, la enfermedad e incluso a la muerte. Es lo que podríamos llamar el karoshi tropical. (Karoshi es la muerte del trabajador japonés sometido al ritmo y la intensidad del toyotismo, que, además, no aparece en los manuales de la apología empresarial).

La Pastoral del Emigrante, con el apoyo de los docentes e investigadores de las universidades públicas de la región, están investigando junto con el Ministerio Público y con la presencia de una comisión de la ONU, si existe una relación de causalidad entre las muertes y el exceso brutal de trabajo. Y, pásmense, al terminar el día reciben alrededor de 25 Reales. Como en la Velha República.

Una última nota, visto que el espacio se acaba: la semana pasada, más de 3.000 trabajadores del sector del calzado se manifestaron en Rio Grande do Sul, en protesta contra el desempleo que afecta al mismo. Cuando todo parecía tranquilo, el desenlace no pudo ser más trágico: el sindicalista Jair Antonio da Costa fue detenido, esposado y muerto por los policías de la Brigada Militar. El informe pericial atestó muerte por asfixia, aplastamiento de la laringe y traumatismo cervical. Por lo que sabemos, en la República dirigida (¿realmente dirigida?) por un ex obrero que ahora rinde culto a los palacios, no ha sido destituido ningún secretario de seguridad y no se ha llevado a cabo ninguna intervención ejemplar.

Lo que nos hace recordar otro triste episodio ocurrido en la huelga general de 1917, en Sâo Paulo, cuando otro trabajador del sector del calzado, Antonio Martínez, también fue asesinado.

Estábamos, entonces, en una época en la que la «cuestión social se trataba como un asunto de policía». Casi un siglo después, la tragedia se repite. Como en la Velha República. En plena República Velha y su karoshi tropical.

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1 Boia-fria: Trabajador rural, sin contrato fijo, que vive generalmente lejos de la plantación donde va a trabajar temporalmente, y llamado así porque se alimenta con comida fría que lleva en una tartera.

13/Oct/2005