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El Libertador y el petróleo

Fuentes: Rebelión

En una entrevista concedida a Telesur por el camarada Ali Rodríguez Araque en su condición de Secretario General de UNASUR, manifestó que esta comunidad de naciones era un inmenso reservorio de recursos naturales y en consecuencia, las políticas económicas de estos países deberían orientarse a una defensa audaz de la soberanía sobre dichas riquezas naturales. […]


En una entrevista concedida a Telesur por el camarada Ali Rodríguez Araque en su condición de Secretario General de UNASUR, manifestó que esta comunidad de naciones era un inmenso reservorio de recursos naturales y en consecuencia, las políticas económicas de estos países deberían orientarse a una defensa audaz de la soberanía sobre dichas riquezas naturales. Al mismo tiempo, propuso la idea de fundamentar el desarrollo económico de esta parte del mundo en una utilización racional del suelo y del subsuelo.

En atención a lo planteado por el camarada Rodríguez Araque, el ideal chavista sobre las riquezas de nuestro subsuelo-entiéndase petróleo-, ha venido sosteniendo la vieja doctrina petrolera creada por la oligarquía y apoyada por el imperialismo petrolero de comienzos del siglo XX, la cual sostenía que el Estado era el único dueño de los recursos naturales del subsuelo. En apuntalamiento de dicha doctrina, se cita el famoso Decreto Minero del Libertador de 1829. Este Decreto ha originado una tremenda confusión el pensamiento petrolero venezolano, pues, bien lejos estuvo El Libertador de proponer la instauración de un estado rentista-minero. Veamos:

Simón Bolívar se formó bebiendo de la mejor tradición del pensamiento liberal. La Revolución Francesa y la independencia de los Estados Unidos lo marcaron profundamente. Su antiabsolutismo lo tomó de los grandes pensadores burgueses europeos del siglo .XVIII. Por lo tanto, Bolívar fue sin duda un político radical-liberal, defensor en lo político de la soberanía nacional y en lo económico, un fiel creyente en que la ciudadanía y la libertad se obtenían a través de la propiedad privada de los medíos de producción; siendo el empresario capitalista el protagonista de la escena económica.

Bolívar se nutrió ideológicamente de la economía política clásica que fue creada por la burguesía para enfrentar a los señores terratenientes, quienes a través de la renta del suelo, mermaban la masa de ganancia del capitalista. Para los economistas clásicos la renta del suelo era una categoría económica anticapitalista. En esta orden de ideas, David Ricardo se propuso parir la formula politicoeconòmica que anulara el poder de los latifundistas.

El Libertador también fue hondamente permeado por las ideas nacidas al calor de la Revolución francesa y de ésta tomó específicamente, su ideario económico totalmente identificado con los intereses coyunturales y estratégicos de la burguesía gala. De esta Revolución salió la consigna política que todavía retumba en las mentas extraviadas de la izquierda mundial: LA TIERRA ES PARA QUIEN LA TRABAJA; en otras palabras, los pensadores burgueses de la Francia revolucionaria le dijeron al mundo que la naturaleza debería estar libremente a disposición del capital. En materia de minería, esto significó que el Estado debía ser el dueño en primera instancia de los recursos del subsuelo, para luego repartirlos equitativamente entre los empresarios mineros. En relación al suelo se propuso un atractivo expediente: la reforma agraria.

Fueron la ideas de la economía clásica y el ideario económico de la Revolución francesa las que inspiraron a Bolívar para dictar su célebre Decreto de 1829, cuyo artículo 1º reza así:«Conforme a las leyes, las minas de cualquiera clase, corresponden a la República, cuyo Gobierno las concede en propiedad y posesión a los ciudadanos que las pidan, bajo las condiciones expresadas en las Leyes y Ordenanzas de Minas, y con las demás que contiene este Decreto» . En otras palabras, con este artículo El Libertador ponía libremente a disposición del capital las riquezas del subsuelo de la Gran Colombia. Aún más: este Decreto es un poema de la privatización de la naturaleza. Si tenemos en cuenta la formación ideopolitica liberal de Bolívar, este decreto está en plena correspondencia con dicho credo.

Fue este famoso Decreto Minero de Bolívar en el que se inspiraron los legisladores venezolanos en 1909-1910 para dictar el Código de Minas de esos años, donde quedó claramente establecido que al capital imperialista petrolero no se le cobraba renta del suelo, pues la naturaleza debía estar a la libre disposición del capital. Las primeras concesiones petroleras se rigieron por este Código y de esta manera, las compañías petroleras no pagaron nada por el recurso natural entre 1910 y 1920. La izquierda socialdemócrata y la comunista denominaron este periodo como el «entreguismo petrolero Gomecista», sin percatarse que detrás de este «entreguismo» estaba nada menos que el ideario minero de Simón Bolívar.

Una vez que comenzó a brotar por la boca de los yacimientos la gran riqueza petrolera sobre la que nadaba Venezuela hacia 1914, también emergió la primera manifestación de lucha de clases en la Cuestión Petrolera nacional; nos referimos al enfrentamiento entre el capital arrendatario imperialista y el bloque de clases dominantes criollas nucleadas alrededor del Gomecismo, quienes aspiraban a una jugosa tajada del negocio hidrocarburero. No obstante, para lograr semejante cometido, la oligarquía criolla tuvo que llevarse por delante la legislación minera imperante permeada por el ideario de Bolívar. En tal sentido, los intelectuales orgánicos de esta clase, capitaneados por el coriano Pedro Manuel Arcaya hicieron que el presiente de la Repìblica dictar en 1914 un breve decreto minero que en su articulo 1º dejó establecido que: «Se declaran inalienables las minas de carbón (hulla, antracita y lignito), las de nafta, petróleo, asfalto, y brea, que no pertenezcan hasta esta fecha a personas o compañías particulares». O sea, de ahora en adelante, el subsuelo no podrá ser privatizable tal como lo propuso Bolívar en 1829. Luego en la primera Ley petrolera de 1920, el Congreso liderizado por Pedro Manuel Arcaya y Vicente Lecuna, estableció que el empresario minero (capital imperialista) para tener acceso al recurso natural debía pagar una renta del suelo constituida por un impuesto inicial de explotación de Bs. 5,00, un impuesto superficial anual de bs. 5,00 por hectáreas y una regalía del 15 por ciento del producto extraído. De esta manera la ancestral renta del suelo hizo su aparición en el negocio petrolero venezolano, y a despecho de lo que El Libertador había dispuesto a favor del capital en 1829, había nacido el estado rentista que comenzó a captar una parte del plusvalor que generaba la explotación petrolera.

La Ley Petrolera de 1922 sancionó que el único beneficiario de la renta petrolera era el Estado y la política petrolera adelantada por este Estado excluyó deliberadamente al capital nacional de la Cuestión Petrolera.

Siguiendo las directrices de Arcaya y Lecuna, a partir de ahora, la naturaleza no estaría libremente a disposición del capital. Los venezolanos profundizamos la manera de vivir exportando naturaleza y así, logramos una manera decente de ubicarnos en la división clásica internacional del trabajo.

En atención lo expuesto hasta aquí, podemos concluir con lo que sigue:

1.-Tenemos cien años viviendo de la renta petrolera y lo vamos a seguir haciendo por muchos años más, situación que reclama la elaboración urgente de un pensamiento económico libertario y socialista con respecto a los recursos naturales.

2.-Las ideas bolivarianas con respecto a los recursos naturales no nos sirven de nada, pues de implementarlas, le estaríamos regalando nuestra naturaleza al capital imperialista. El pensamiento minero de El Libertador calza muy bien con la tesis neoliberal que sostiene que los recursos naturales del planeta deben ser patrimonio común de la humanidad.

3.-Fue el Gomecismo con Pedro Manuel Arcaya a la cabeza el que produjo la gran revisión histórica del pensamiento minero bolivariano, cuando se sustituyó el principio jurídico de la libre propiedad estatal de los yacimientos petroleros, totalmente identificado con los interesases del capital, por su antípoda, la propiedad nacional estatal del subsuelo, lo que convirtió al Estado venezolano en un terrateniente privado; quien basado en su derecho de propietario del subsuelo, quedaba facultado para exigir una renta a los empresarios petroleros-.De esta manera la idea liberal con respecto a los recursos naturales quedó sepultada en estas latitudes.

4.-La política de quebrar la idea liberal con respecto al petróleo fue paradójicamente apoyada por la oligarquía nacional y el imperialismo petrolero. La renta petrolera y la estatización del petróleo le vinieron muy bien a estos actores históricos de la formación venezolana a principios del siglo XX.

5.-Se hace urgente la revisión del pensamiento liberal bolivariano, debido a que la Revolución empujada por el Comandante Supremo está impregnada por dicha doctrina, y tal como lo acabamos de ver en materia petrolera, con las ideas liberales no avanzamos ni un centímetro en la consecución de una sociedad que ponga los recursos naturales al servicio de las grandes mayorías nacionales. Por el contrario, la permanencia del credo liberal le abre las puertas a la derecha roja-rojita y al capital imperial ávido de materias primas baratas.

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MIS ACREEDORES INTELECTUALES PARA ESTE ENSAYO

+ Baptista Asdrùbal y Bernard Mommer . El petróleo en el pensamiento económico venezolano. Caracas. 1987

+ Bolívar Simón. Discurso sobre minas . http:www.educ.ar

+ + MOMMER BERNARD. «Ese chorro que atraviesa el siglo». En + Baptista Asdrùbal(coord.). Venezuela siglo XX. Visiones y Testimonios. Caracas.
Fundación Po0lar. 2000. Tomo 2. Pp.529-562

+NEIRA FERNANDEZ, Enrique. LA DEMOCRACIA LIBERAL REPUBLICANA DE BOLÍVAR.  webdelprofesor.ula.ve/cjuridicas/ neira e/pdf/ensayos/20demo bolivar .pd

+RIVAS AGUILAR, Ramón. Bolívar: ¿Socialista o liberal? http://twittervenezuela.co/profiles/blogs/bol-var-socialista-o-liberal

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