«Estimular el miedo» es la estrategia recomendada por los defensores del libre comercio para convencer a los ciudadanos de Costa Rica de votar por «SI» en el referendo que el próximo 7 de octubre aprobará o no un controvertido Tratado de Libre Comercio (TLC) entre este país centroamericano y Estados Unidos. Es la primera vez […]
«Estimular el miedo» es la estrategia recomendada por los defensores del libre comercio para convencer a los ciudadanos de Costa Rica de votar por «SI» en el referendo que el próximo 7 de octubre aprobará o no un controvertido Tratado de Libre Comercio (TLC) entre este país centroamericano y Estados Unidos. Es la primera vez en el mundo que un TLC es sometido a votación popular.
En un memorando secreto dirigido al presidente Oscar Arias el 29 de julio por su segundo vicepresidente y ministro de Planificación, Kevin Casas, y el parlamentario Fernando Sánchez, sobrino del mandatario, los autores reconocen que «los niveles de credibilidad del gobierno» son «probablemente insuficientes» y advierten que «la campaña sobre el TLC se está convirtiendo en lo que nunca debimos haber dejado que se convirtiera: una lucha entre ricos y pobres, y entre pueblo y gobierno». Aseguran que «la coalición que tenemos en contra es formidable: universidades, Iglesia, sindicatos, grupos ambientalistas, etc.», mientras que «a favor sólo están el gobierno y, a medias, los grandes empresarios».
El memorando fue publicado por el prestigioso Semanario Universidad (www.semanario.ucr.ac.cr/) en San José de Costa Rica y ambos autores lo han reconocido como auténtico.
A partir del reconocimiento de la impopularidad del TLC, el documento señala con total franqueza que «es tan poco el tiempo que queda que no hay que tener pudor alguno en saturar los medios de comunicación con publicidad». Esta publicidad debería «hacer que les tiemble el dedo si están pensando votar por el NO» y para ello hay que «estimular el miedo», al que prolijamente desglosan en cuatro categorías: miedo a la pérdida del empleo, al ataque a la democracia, a la injerencia extranjera y al efecto negativo sobre la gobernabilidad que tendría el triunfo del NO.
«Esta campaña ya dejó de ser racional», afirman, por lo que «el argumento de la defensa de la democracia es el único recurso que nos queda para movilizar la emoción de la gente», ya que «nadie está dispuesto a ‘morir’ por el libre comercio, pero tal vez sí por la democracia». Para defender la democracia, orgullo de los costarricenses de cualquier bandería política, «hay que restregar por todas partes la conexión del NO con Fidel (Castro), (Hugo) Chávez y (Daniel) Ortega, en términos bastante estridentes» y «convertir (…) al NO en equivalente de la violencia y la deslealtad con la democracia». Si bien «este tipo de campaña puede incomodar a alguna gente (…) es casi seguro que puede tener un impacto considerable entre la gente más sencilla, que es donde tenemos los problemas más serios».
Estos defensores de la democracia, al saberse en minoría, no vacilan en proponer medidas de dudosa legitimidad. Por ejemplo, «dictar un receso en la Asamblea (parlamento) para sacar a nuestros diputados -que son más que los de oposición y no enfrentan ninguna limitación para hacer campaña- a las comunidades, a organizar la campaña de a pie». Si bien esto «puede tener algún costo para el avance de la agenda legislativa», ello sería «un problema de tercer orden» ya que «lo primero es, evidentemente, ganar el referéndum».
Los asesores del presidente Arias creen que «muchos dirigentes locales no se están metiendo en la campaña para no quemarse antes de la próxima elección». Para corregir esta situación proponen transmitir «con toda crudeza» a los cincuenta y nueve alcaldes del oficialista Partido Liberación Nacional que «el alcalde que no gana su cantón el 7 de octubre no va a recibir un cinco del gobierno en los próximos tres años». A los regidores (ediles) el mensaje es «de ganar el referéndum depende que tengan posibilidades (…) de llegar a ser alcaldes o diputados».
El memorando sugiere «generar gran cantidad de documentación impresa sobre el TLC y sobre la oposición». Un tipo de documentación debe ser publicada por las empresas públicas y, en particular, los centros de asistencia de salud para «contestar en términos muy contundentes» los volantes que reparten los sindicatos, aunque se aclara que estos panfletos «no pueden pedir el apoyo para el TLC» porque violentaría las normas del Tribunal Superior Electoral. El segundo tipo de documentación es toda aquella «que siembre cizaña sobre los líderes, motivos, métodos, financiamiento y vínculos internacionales del NO».
Finalmente, el documento sostiene que «el espacio de proselitismo más fácil de aprovechar (…) es el de las empresas», ya que «ahí hay más de un millón de trabajadores». Se propone, entonces, «armar un programa de visitas a empresas para, al menos, treinta jerarcas de gobierno». Para «cubrirnos las espaldas de cara al TSE» la empresa debería primero enviar una carta al Ministerio de Planificación (o sea a Kevin Casas, uno de los autores del memo) «pidiendo que el gobierno le envíe un representante para hablar (…) de la visión futura del país o algo por el estilo».
Al Tribunal Supremo de Elecciones no le hizo ninguna gracia esta referencia al publicarse el memorando y su presidente, Luis Antonio Sobrado, dijo el lunes que las medidas propuestas eran «inaceptables» y que «la realización de actividad propagandística encubierta como actividad oficial es una violación a la norma de no usar recursos públicos» en campañas políticas.
El ministro de Planificación renunció a continuar haciendo la campaña por el Sí, pero no a su cargo. Fernando Sánchez pidió disculpas en el parlamento, pero no renunció a seguir presidiendo dos de sus comisiones, como reclama la oposición. El ministro de la Presidencia, Rodrigo Arias, hermano del presidente, dijo que no compartía las sugerencias de sus asesores.
El Tribunal Supremo de Elecciones no hizo lugar a la denuncia de Casas de que se investigara como delito la sustracción del documento, ya que «al intitularse esa comunicación como memorando, resulta claro que no se trata de correspondencia privada sino de un documento público», y anunció en cambio que «el sentido de la investigación será determinar si esas propuestas (las del memo) se han concretado» en el período anterior a su publicación.
Según el Movimiento Patriótico anti-TLC, integrado por universidades, sindicatos, grupos ambientalistas y religiosos, la estrategia descrita en el memorando ha sido aplicada «punto por punto» por los partidarios del «Sí» en las últimas semanas. La propaganda televisiva incluye avisos testimoniales de trabajadores de empresas exportadoras temerosos de perder sus empleos. No obstante, la casi totalidad de las exportaciones de Costa Rica a Estados Unidos ya está exonerada de aranceles en virtud de acuerdos en vigencia, independientes del TLC.(FIN)
Roberto Bissio es director ejecutivo del Instituto del Tercer Mundo