En los últimos días, Bush ha conseguido frenar el acercamiento de Kerry en intención de voto y se mantiene seis puntos por encima de su rival. Los demócratas vuelven a apostar por la economía como tema y a basarse en informes especializados negativos para la Casa Blanca. Hoy la batalla se concentraba en demostrar que […]
En los últimos días, Bush ha conseguido frenar el acercamiento de Kerry en intención de voto y se mantiene seis puntos por encima de su rival. Los demócratas vuelven a apostar por la economía como tema y a basarse en informes especializados negativos para la Casa Blanca. Hoy la batalla se concentraba en demostrar que los recortes fiscales de Bush sólo han favorecido a las grandes empresas y que estas, además, con tanto beneficio, no han aprovechado la generosidad de Washington para crear empleo.
Ayer el Instituto de Política Fiscal y Económica, una prestigiosa fundación independiente, publicó un informe que demostraba que las grandes empresas estadounidenses han visto reducida su factura fiscal en los últimos tres años, a pesar de haber conseguido incrementar sus beneficios. Todo limpio, por supuesto. Basado en un esquema de amortizaciones, uso de paraísos fiscales, depreciaciones de activos y leyes a la medida obtenidas por los lobby que combinado con la permisividad, o el desconocimiento de la Administración, ha obrado el milagro.
El informe estudia las cuentas de las 275 compañías más rentables de EEUU, según la lista anual de Fortune 500 correspondiente a 2004. Este grupo consiguió entre 2001 y 2003 unos beneficios netos de 1,1 billones de dólares. Y, según los datos oficiales de la Hacienda estadounidenses sólo pagó en impuesto la mitad de esa cantidad. La cuenta sale porque estas empresas consiguieron reducir a la mitad la parte de sus beneficios que constituía su base imponible. Además, los créditos fiscales les permitieron demorar el pago de 175.000 millones de dólares, el 15,9% de los beneficios obtenidos.
La diferencia con Clinton. En comparación con los tres últimos años de Clinton, los créditos fiscales aplicados por las grandes compañías, gracias a las nuevas leyes, habrían aumentado en valor absoluto un 78,5%., ya que en aquel periodo estas amnistías que la hacienda concede a las empresas por distintos conceptos sólo sumaron 98.000 millones.
La industria militar, la más beneficiada por la fiscalidad de Bush. En este polémico informe se pone también de manifiesto que las empresas encuadradas en los sectores que tradicionalmente son los principales contribuyentes de los republicanos habrían sido los más beneficiados por la permisiva política fiscal de Bush.
Estos sectores son el aeroespacial, el militar, las telecomunicaciones, y la industria agroalimentaria. En ellos están además, las 28 empresas que en estos tres años no han pagado nada a Hacienda, a pesar de haber ganado 45.000 millones de dólares. Y otro dato revelador, en ese periodo de tres años, el aumento de los beneficios de las grandes empresas de EEUU fue del 26% y su factura fiscal se redujo un 21%.