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El Michel Rocard que recordaremos

Fuentes: Oumma

Traducido del francés para Rebelión por Caty R.

Michel Rocard ha muerto y los homenajes fluyen de todas partes alabando, con razón, su inteligencia y su integridad. Pero el profundo respeto debido a un hombre enfrentado a la última prueba no nos prohíbe analizar su trayectoria política. Y cuando un actor abandona el escenario no supone ninguna ofensa juzgar su repertorio.

 

Desde su afiliación al partido de Mitterrand en 1974, el inventor de la «deuxième gauche» (1) fue el arquitecto incansable de la conversión del Partido Socialista al social-liberalismo. Con una constancia encomiable estuvo en todas las luchas para alinear a la izquierda francesa a los estándares liberales. En 1983 protestó contra Jean-Pierre Chevènement por el funesto regreso del rigor, matriz original de las políticas de austeridad. Como primer ministro preparó la firma del tratado de Maastricht (1992), pieza maestra del yugo europeo. La instauración forzosa del hipermercado comunitario nunca careció de defensores y Michel Rocard fue uno de los mejores.

Realmente difícil pillarle en falta de incoherencia. Europeísta convencido, Rocard fue también un ferviente atlantista. Durante la crisis franco-estadounidense de 2003 se presentó al embajador de Estados Unidos en París para tranquilizarle. «El frenesí gaullista de Jacques Chirac, le dijo en resumen, es pasajero, un arrebato momentáneo». Sólidamente adherida al bloque occidental, Francia se mantiene siempre como aliada incondicional de Estados Unidos. Abandonadas definitivamente las diatribas del joven dirigente del PSU contra el imperialismo, con la edad y las responsabilidades Michel Rocard tuvo buen cuidado de colocarse al lado del mando.

Por eso preferimos recordar sus pecados de juventud. En 1959, siendo un alto funcionario de 29 años, redactó un informe explosivo que denunciaba las vergonzosas condiciones de vida de los argelinos deportados por el poder colonial. Publicado por la prensa, el informe proporcionó al dirigente comunista Waldeck-Rochet la oportunidad de estigmatizar la política francesa en Argelia. Mientras Mitterrand, entonces ministro de Justicia, enviaba a la guillotina a los militantes nacionalistas, Rocard contribuyó a cuestionar la legitimidad de una guerra perdida de antemano. Con el PSU luchó valientemente a favor de la independencia de Argelia, desafiando las injurias y las calumnias del partido colonial. Ese es el Rocard que recordaremos.

Nota de la traductora:

(1) La deuxième gauche (segunda izquierda) de Michel Rocard apareció en el Congreso Socialista de Nantes de 1977, en oposición a la «primera Izquierda», basada exclusivamente en un «marxismo a la francesa» y la herencia jacobina de la Revolución francesa. La deuxième gauche se distingue, en la teoría, por la ausencia de reivindicaciones ideológicas unilaterales y de estructuración burocrática exacerbada. Y en la práctica por los métodos de actuación, que salen del simple campo de la acción política y se apoyan especialmente en el medio asociativo y sindical. La deuxième gauche presenta la originalidad de agrupar a componentes (que tradicionalmente se encontraban en el PSU) que van desde los católicos social-reformistas hasta los «consejistas», pasando por los socialdemócratas o los trotskistas.

Bruno Guigue, en la actualidad profesor de Filosofía, es titulado en Geopolítica por la École National d’Administration (ENA), ensayista y autor de los siguientes libros: Aux origines du conflit israélo-arabe , L’Economie solidaire , Faut-il brûler Lénine?, Proche-Orient: la guerre des mots y Les raisons de l’esclavage , todos publicados por L’Harmattan.

Fuente: http://oumma.com/223289/michel-rocard-dont-on-se-souviendra

Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y Rebelión como fuente de la traducción.