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El mito del Destino manifiesto

Fuentes: El tábano economista [Imagen: cuadro de John Gast (alrededor de 1871) titulado El progreso estadounidense, representación alegórica del Destino manifiesto]

La nueva doctrina Monroe incluye al planeta Marte (El tábano economista)

La idea del «Destino manifiesto», adoptada por muchos miembros de la élite estadounidense, incluido el presidente, refleja una percepción de superioridad que no solo es arrogante sino infundada. Estados Unidos se presenta como una nación excepcionalmente «creativa», «innovadora» y «emprendedora», pero estas afirmaciones a menudo no reflejan la realidad. Por ejemplo, el liderazgo global en la economía no pertenece actualmente a Estados Unidos, sino que está siendo desafiado por el ascenso de China y otras economías emergentes.

Como bien señaló John Adams, uno de los padres fundadores de Estados Unidos: “Los hechos son obstinados, y cualesquiera que sean nuestros deseos o inclinaciones, no pueden alterar el estado de los hechos”. En este contexto, el gobierno de Estados Unidos enfrenta un desafío crítico: abandonar los mitos sobre su excepcionalidad y confrontar los hechos económicos para resolver sus problemas estructurales.

El crecimiento económico no es resultado de mitos, sino de factores específicos que varían según cada país. Los datos muestran que las economías con mayor crecimiento, como China e India, tienen los niveles más altos de inversión fija neta en relación con su PIB. Por ejemplo, en 2022, la inversión bruta de China representó el 42 % de su PIB, mientras que en Estados Unidos fue solo del 20,8%.

China ha priorizado la construcción de infraestructura masiva y moderna, superando a Estados Unidos en sectores clave:

Ferrocarriles: China tiene la red de alta velocidad más grande del mundo, con más de 42.000 kilómetros.

Puertos: alberga 7 de los 10 puertos más grandes del mundo, incluido Shanghái, el más activo.

Energía renovable: ha invertido significativamente en tecnologías verdes, mientras que la infraestructura envejecida de EE.UU. frena su productividad.

Además, según el informe del Instituto de Política Estratégica Australiano (ASPI, en sus siglas en inglés) China supera a EE.UU. en 37 de 44 tecnologías clave, incluyendo inteligencia artificial, exploración espacial y biotecnología.

Para revertir este rezago, una administración conservadora como la de Trump podría recurrir a políticas de austeridad, que incluyan recortes en defensa, salud y mayores aranceles.

Gasto militar: EE.UU. gasta actualmente el 3,6 % de su PIB en defensa (995 mil millones de dólares). Reducirlo al 2 %, como se exige a los países de la OTAN, liberaría 450 mil millones anuales, recursos que podrían destinarse a inversiones en infraestructura. El fin de la guerra de Ucrania y pasarles la posta a los europeos, si quieren que la OTAN sigue funcionando, implica, aumentar el financiamiento al menos al 3%. Hoy ni siquiera la mayoría aporta el 2%. Según mis estimaciones a la Unión Europea le costara como mínimo 250 mil millones de dólares más si quiere llegar al 3%, lo que implicaría un gasto de unos 570.112 millones de dólares.

Mark Rutte, el secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), durante un discurso en Bruselas dijo. «Díganles a sus ciudadanos que tienen que gastar más en Defensa para que podamos seguir viviendo en paz, la seguridad importa más que nada. Los países europeos gastan fácilmente hasta una cuarta parte de su renta nacional en pensiones, sanidad y sistemas de seguridad social, nosotros necesitamos una pequeña fracción de ese dinero para hacer nuestra Defensa mucho más fuerte y preservar nuestro modo de vida. Que Europa pague el ajuste americano al complejo militar industrial con el bienestar de los ciudadanos europeos, solo se le puede ocurrir y abalar a la OTAN y a Bruselas.

Sistema de salud: el sistema de salud estadounidense consume el 16,7 % del PIB, mucho más que otros países desarrollados. Reducir esta proporción en un 1% liberaría aproximadamente 300.000 millones de dólares. El sistema de salud privado de Estados Unidos utiliza, con diferencia, la mayor proporción de recursos económicos, con el peor resultado, de cualquier economía comparable.

Los datos del Banco Mundial muestran que, en 2019, antes de los enormes aumentos del gasto en casi todos los países debido al impacto de la COVID, el 16,7% del PIB de Estados Unidos se gastó en salud, en comparación con, por ejemplo, el 11,7% del PIB en Alemania, el 11,1% en Francia, el 10,8% en Japón o el 9,9% en el Reino Unido, si se consideran economías con niveles de desarrollo comparables.

Aranceles: aumentar la recaudación por aranceles podría generar 200.000 millones adicionales, mejorando la competitividad y la balanza comercial. Sin embargo, este enfoque también tiene costos, ya que incrementa los precios de los productos importados, reduciendo el poder adquisitivo de los ciudadanos.

Una estrategia conservadora para 2025 enfrenta contradicciones inherentes: cada iniciativa de recorte tiene consecuencias políticas y económicas. Sin embargo, si Estados Unidos quiere competir con China en infraestructura, innovación y productividad, deberá superar los mitos sobre su excepcionalidad y abordar estas decisiones difíciles. Estados Unidos enfrenta un cambio inevitable. Las políticas de austeridad pueden liberar recursos, pero no están exentas de contradicciones ni costos sociales. En última instancia, el verdadero reto es equilibrar el corto plazo con un futuro sostenible.

Fuente: https://eltabanoeconomista.wordpress.com/2025/01/26/el-mito-del-destino-manifiesto/