Bajo el lema «Reforma Agraria: por Justicia Social y Soberanía Popular», este lunes a fines de la tarde se inicia en Brasilia el V Congreso Nacional del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) del Brasil, con la participación de más de 18 mil delegados de 24 estados de ese país. La gran aspiración, sostiene […]
Bajo el lema «Reforma Agraria: por Justicia Social y Soberanía Popular», este lunes a fines de la tarde se inicia en Brasilia el V Congreso Nacional del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) del Brasil, con la participación de más de 18 mil delegados de 24 estados de ese país. La gran aspiración, sostiene Neuri Rosseto, de la Dirección Nacional, es salir de este congreso «con la comprensión de que se modificó el carácter de la reforma agraria en este periodo de reestructuración del capitalismo y que el enemigo es mucho más poderoso que los antiguos latifundistas que enfrentábamos anos atrás». Con tal propósito, el MST se propone presentar al conjunto de la sociedad la propuesta denominada «La Reforma Agraria necesaria: Por un proyecto popular para la agricultura brasileña», con objetivos y propuestas concretas para encarar la cuestión agraria. Sobre el carácter de este encuentro y sus perspectivas nos habla Rosseto, en el diálogo que presentamos a continuación.
– Comencemos con una clarificación, ¿por qué el MST en sus congresos no tiene elecciones internas, cuando en las organizaciones sociales suele ser uno de los componentes centrales, sino el centralismo?
En la historia del movimiento, el congreso nacional es un espacio de identidad que difiere de los congresos tradicionales de las organizaciones políticas y sociales. En nuestros congresos trabajamos para que sea, primero, un proceso de formación política en el sentido de ayuda para clarificar los grandes desafíos estratégicos que tenemos y para buscar la unidad nacional del movimiento, para que nuestra base social comprenda cuáles son los desafíos que vamos a encarar. El otro aspecto es el congreso en tanto manifestación política del campo hacia la ciudad, hacia la sociedad, como también de expresión del posicionamiento contra aquellos que marcan nuestra lucha: los latifundistas, el Estado y el imperialismo. El tercer elemento es que el congreso es una ocasión para la fraternización nacional con nuestra militancia y de la militancia con la sociedad, en tanto es un momento en el cual quien lucha por la reforma agraria se encuentra, se conoce, intercambia experiencias regionales de sus vivencias, de sus culturas, que son completamente diferentes de una región a otra en Brasil; y también un momento de confraternización del movimiento con la sociedad de manera general, tanto con los sectores próximos a nosotros, como con la sociedad en el sentido más amplio de la palabra. Para aquellos otros aspectos, como elegir dirigentes o debatir tesis, nosotros tenemos otra metodología, porque lo hacemos en los encuentros nacionales que se realizan cada dos años, por lo que quienes salen electos duran dos años. De esta manera, encontramos que se puede hacer una discusión más profunda sobre el escogitamiento de los dirigentes a partir de la relación con sus estados, porque es cada organización estadual que realiza la selección que luego es trasladada al encuentro nacional, simplemente como una forma de expresar un respaldo político a tales designaciones.
– ¿Y en qué momento o momentos tiene lugar el debate de tesis y posiciones?
Para el debate de tesis y posiciones, programamos una discusión en nuestra base social sobre lo que es nuestro programa agrario y es ahí que aparecen las divergencias, la confrontación de ideas y posiciones. Después, lo que se trae al congreso es lo que ya se ha sistematizado, de modo que es una metodología para motivar la discusión en nuestra base social. Y cuando se llega al congreso, todo ello ya se encuentra más sistematizado, más procesado, y la unidad establecida en torno al resultado; y en el congreso lo que se da es una presentación del resultado de nuestra discusión como un documento que expresa la propuesta del MST para la agricultura brasileña.
Entonces, es un proceso con tres momentos complementarios. El momento previo, cuando ya se tiene algunos elementos de referencia sobre los grandes temas que vamos a debatir y profundizar. En ese sentido se elaboran los materiales de discusión con nuestra base social, sea como textos, como cartillas, etc. Los materiales que salen en nuestro periódico, en nuestra revista, ya tienen una unidad en torno a cuales son los principales temas que se van a profundizar. En este momento lo que más interesa profundizar con nuestra militancia, con nuestra organización, es cuál es el carácter de la reforma agraria en esta nueva configuración del capitalismo mundial y del capitalismo brasileño, cómo es que se inserta la reforma agraria. Ella no es más la reforma agraria de cuando el MST surgió. En aquella época, la idea era la de una reforma agraria en la concepción clásica. Estaba vinculada al sistema productivo industrial. Con la reestructuración de la globalización, del neoliberalismo de manera general, ese periodo pasó. Ahora vivimos un periodo donde la hegemonía la tiene el capital financiero y la agricultura se inserta en esta nueva modalidad, por lo que no cabe más un modelo de reforma agraria en los términos que veníamos señalando y, por tanto, precisamos establecer cual nuevo modelo anteponemos ahora, porque eso también requiere precisar cual es el modelo de desarrollo alternativo que se contrapone al neoliberalismo, no son cosas separadas. Entonces, no es en el congreso que se va a poder profundizar, sino que comenzó hace dos o tres años atrás. Esta discusión ya se estaba dando y ahora con el congreso se tiene un respaldo político para destacar estos temas, con un sentido de unidad, para que luego prosiga en cuanto formación política en la base.
Como todo movimiento social, tiene una fluidez con la militancia. Muchos de los participantes que están aquí vienen por primera vez al congreso, y este ayuda a insertar a esas nuevas camadas porque existe un acumulado que hemos logrado como organización. Para ese militante, el congreso pasa a ser una referencia de qué es lo que el movimiento defiende, de qué es lo que propone para la agricultura, y eso no se elabora ni se define apenas aquí, sino que recoge la tradición histórica. Y hacia adelante, como es que nosotros vamos a continuar potencializando esos temas con nuestra base social y como es que vamos a presentar eso a la sociedad para formular conjuntamente otro proyecto.
– ¿Cuál sería, en consecuencia, el resultado que aspiran lograr con este congreso?
De manera general, la gran aspiración es salir con la comprensión de que se modificó el carácter de la reforma agraria en este periodo de reestructuración del capitalismo y que el enemigo es mucho más poderoso que los antiguos latifundistas que enfrentábamos años atrás, que hoy tiene la hegemonía del agronegocio, de las transnacionales, del capital financiero; no es más el latifundista que antes enfrentábamos. Si logramos que nuestra militancia entienda el momento histórico que vivimos y como se inserta la reforma agraria, creo que habremos dado un salto de calidad con el congreso, porque eso nos permitirá definir las tácticas de lucha, la cuestión de las alianzas, la cuestión del intercambio con la sociedad, con la comunidad internacional.
Por decir algo, acá hay un enorme potencial de acumulación de riqueza por parte de los grupos transnacionales, por eso es que acá están colocando más dinero, cada vez más concentrado, y eso genera un potencial enorme por las condiciones que Brasil tiene en el campo. Eso el capitalismo se dio cuenta, y mismo en esta rearticulación del capital internacional, el agronegocio tiene un potencial de lucro muy grande aquí; y por ese potencial esos grupos no dejan más en manos de los latifundistas tradicionales, ellos se apoderaron de ese espacio de explotación. Y eso es cada vez más evidente, el control del espacio geográfico que ellos quieren, el control de tierra y agua, el control de la biodiversidad y todo lo que tiene que ver contra el control tecnológico, son tres áreas estratégicas para el dominio que buscan. En este sentido hay una mezcla con las formas tradicionales, pues dentro de su lógica esta funcionando muy bien.
– Respecto a la situación inmediata, el plano político, ¿qué nos puedes decir?
En este momento el mayor desafío es como construir la unidad de los movimientos sociales, para a partir de esa unidad poder pensar como alterar la correlación de fuerzas en la política nacional. Es decir, la cuestión es confrontar el proyecto que le está dando continuidad Lula. En las pasadas elecciones con este criterio de propiciar la unidad, en el segundo turno, expresamos un respaldo a la reelección. Aunque también porque Geraldo Alckim, su contendiente, era la expresión cruda del proyecto neoliberal. Y en este contexto, además, independientemente de la voluntad de Lula, consideramos importante colocar en la disputa política temas de interés social como el pago de la deuda, la reforma agraria, etc. que no aparecieron en el primer turno.
De hecho, se trata de una situación complicada y compleja ya que por su tradición, en el imaginario, Lula es identificado con la clase trabajadora, y es por eso que tiene mucha popularidad y aceptación; incluso dentro de nuestra base social porque juega el sentido de afinidad, de afectividad e incluso puede ser la expectativa ante las políticas asistencialistas.
Entonces, nuestra evaluación es que desde la mitad de los setenta se registra un ascenso de la lucha social, pero a partir del 89, cuando la derrota electoral de Lula, se abre una fase de descenso de la lucha social que permanece. Es por esto que la unidad de las fuerzas sociales sigue siendo el gran desafío del momento.
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