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El mundo no está preparado para enfrentar desastres naturales

Fuentes: La Jornada/The Economist

Sólo en 2002, según el Programa Mundial de Alimentos, 600 millones de personas fueron víctimas de fenómenos naturales

Cuando Razzak Alí, operador de telefonía inalámbrica, subía una torre en la isla de Teresa -una de las Andamanes del sur-, vio que el mar se agitaba y revolvía en el horizonte y puso en acción lo que llama su »sistema personal de alerta temprana». Gritando »viene un tsunami», pidió a un hombre que pasaba en una bicimoto que alertara a todos en las aldeas vecinas para que huyeran. Gracias a su previsión, resultado de haber observado un programa sobre marejadas, por lo menos mil 500 personas se salvaron.

Nadie habría podido prevenir el gigantesco terremoto que sacudió la costa de Sumatra o los subsecuentes tsunamis, que mataron a unas 280 mil personas en la zona del océano Indico. Pero, como demostró Alí, una intervención oportuna podría haber salvado vidas, en su caso comprada al precio de una bicimoto de segunda mano y una suscripción de televisión por cable. En todo el océano Indico, donde se pudo haber instalado un sistema de alarma temprana por entre 8 y 12 mdd, se habrían evitado decenas de miles de muertes.

»No podemos detener los desastres», señala Chowdhury Kamal Ibne Yusuf, ministro de alimentación y atención a desastres de Bangladesh, »pero en definitiva podemos reducir el riesgo de personas vulnerables al desastre».

La extensión de la negligencia mundial en medidas contra desastres se está volviendo clara. Como el océano Indico, los mares Caribe y Mediterráneo carecen de un sistema de alerta temprana contra tsunamis. Los expertos dicen que incluso el muy publicitado sistema del Pacífico, que opera desde el decenio de 1960 y reúne información de sensores ubicados en el lecho del océano, tiene muchos puntos ciegos. »Japón, Rusia, Canadá, Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda. Eso es todo», señala Salvano Briceño, director de la Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres (EIRD), secretariado de la ONU responsable de coordinar la prevención de catástrofes. »En las pequeñas islas del Pacífico, si un tsunami viniera ahora, sería tan devastador como lo fue para las Maldivas.»

La falta de preparación va mucho más allá de los tsunamis. Cada año tifones, ciclones, huracanes, diluvios y sequías razonablemente predecibles causan enormes daños, que a menudo podrían haberse prevenido. Sólo en 2002, según el Programa Mundial de Alimentos, 600 millones de personas fueron presas de fenómenos naturales. El Centro de Investigación en Epidemiología de los Desastres, radicado en la universidad de Bélgica, estima que los desastres causados por el clima u ocurridos en los océanos mataron 620 mil personas en el decenio que culminó en 2001, con daños por 700 mil mdd.

Altos costos de la falta de recursos para prevención

Sin embargo, apenas 2% de los 4 a 5 mil mdd gastados a causa de desastres por la ONU y organismos internacionales de caridad se destina a la prevención, según GTZ, agencia alemana de cooperación técnica. La EIRD apenas tiene cuatro años de instaurada, no cuenta con presupuesto permanente y su personal es de sólo 14 empleados, los cuales no saben si aún tendrán empleo de un mes a otro.

Briceño indica que se ha dado mayor prioridad al auxilio en catástrofes, si bien varias agencias de la ONU tienen sus propios programas de prevención. A