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Entrevista al dibujante Eduardo Soto

«El Museo de la Caricatura y la Historieta, dignifica y difunde el noveno arte»

Fuentes: El Clarín de Chile

Morelos, México.- Eduardo Soto (Cuautla, 1947), alias El Metiche, dibujó sus caricaturas en las irreverentes publicaciones de política gráfica: Insurgencia popular (1975-1985); Interviú (1978); La Garrapata (1979-1980) y Quecosaedro, todas las caras del humor (1979). Igual que El Eternauta argentino Héctor Oesterheld, El Metiche es geólogo de formación y precisamente en la Argentina, Soto publicará […]

Morelos, México.- Eduardo Soto (Cuautla, 1947), alias El Metiche, dibujó sus caricaturas en las irreverentes publicaciones de política gráfica: Insurgencia popular (1975-1985); Interviú (1978); La Garrapata (1979-1980) y Quecosaedro, todas las caras del humor (1979). Igual que El Eternauta argentino Héctor Oesterheld, El Metiche es geólogo de formación y precisamente en la Argentina, Soto publicará La historia de la historieta mexicana.

En exclusiva para Clarín.cl el director del Museo de la Caricatura y la Historieta, habla del alcance en Latinoamérica de los moneros mexicanos y el papel de los editores de humor gráfico en la vida política: «así como Guillermo Mendizábal, en 1968, financió la nueva historieta Los Agachados de Rius; su editorial Posada se atrevió a imprimir el semanario Proceso, después del golpe de Estado contra Excélsior en 1976″

«A Guillermo Mendizábal le debemos la edición de Fantomas«, cómic que Julio Cortázar adaptó a la literatura pop; sin su autorización, Cortázar fue un personaje animado en el guión de Fantomas: La inteligencia en llamas; en desagravio, el cronopio argentino escribió el cuento: Fantomas contra los vampiros multinacionales (Excélsior, 1975). Entre anécdotas e ilustraciones, daremos un paseo por la historieta, de la mano y con los monos de El Metiche, desde tierras zapatistas.

MC.- ¿Por qué inauguraste una museografía de la historieta y caricatura en Cuautla? ¿qué te distingue del museo de la calle Donceles en DF? ¿qué otros ejemplos conoces en Latinoamérica?

ES.- El Museo de la Caricatura y la Historieta –MUCAHI– nace en el año 2000, como un acto de reivindicación de la cultura en nuestra provincia. Mucho nos quejamos del centralismo cultural, pero poco hacemos por revertirlo. Respecto al Museo de la Caricatura con sede en el DF, te diré que su acervo de la historieta nacional es muy pobre, de hecho, antes de que naciera nuestro MUCAHI en toda la República no había un lugar en el que se pudiera apreciar una muestra de la vasta producción mexicana de historietas; por cierto el Museo de las Culturas Populares debe tener material importante, pero escondido en alguna de sus bodegas. Desconozco cuántos museos habrá en Latinoamérica, sé que en la Argentina desde hace medio siglo existe el Museo Severo Vaccaro que cuenta con un acervo importante de obras relacionadas tanto de caricaturas, como historietas. La labor del MUCAHI en todo caso, sin proponérselo, se ha insertado en el renovado interés continental por la recuperación, conservación, dignificación y difusión del llamado «noveno arte«.

MC.- ¿Por qué en los homenajes del MUCAHI le diste prioridad a la historieta? ¿quiénes han venido al MUCAHI?

ES.- Muchos de nosotros disfrutamos de las historietas en nuestras noveles lecturas, sin embargo nada sabíamos de sus creadores, esa curiosidad por conocerlos me motivó a establecer contacto con ellos. Descubrí que muchos de ellos aún vivían, la mayoría eran de edad avanzada y con problemas económicos, platicando con los moneros supe que sus personajes ganaron fama, pero de las fortunas que crearon, a ellos sólo les tocaron migajas. Cuando inauguramos el MUCAHI en Cuautla, estuvieron presentes Joaquín Cervantes Bassoco creador de las historietas: Wama, El pirata negro y Tawa; Antonio Gutiérrez creador gráfico de personajes como Rarotonga; Rubén Lara creador de la versión mexicana de Fantomas. También estuvo Sixto Valencia creador de la versión más popular del Memín Pinguín, creado por la pluma de Yolanda Vargas Dulché. Esos fueron los primeros homenajeados pero muchos otros historietistas los acompañaron como Raúl Alba el creador grafico de El Pantera. También hemos rendido homenaje a las trayectorias de Ángel Mora creador gráfico de Chanoc; a Ramón Valdiosera, Sealtiel Alatriste Batalla y a Laura Bolaños, éstos últimos fueron los pioneros de nuestra historieta y forjadores de la llamada Época de Oro (1939-1955). Cada año se suman más artistas a la celebración, algo que nos da mucho gusto, es que se nos han acercado varios familiares de historietistas fallecidos y han proporcionado datos interesantes sobre su biografía, por supuesto han donado revistas, dibujos y pinturas que han enriquecido el acervo del museo.

 

MC.- ¿Qué piezas del MUCAHI son orgullo nacional o envidia del Museo del Estanquillo de Monsiváis? con la mudanza ¿hiciste un censo por pieza?

ES.- El acervo del MUCAHI está compuesto de historietas, dibujos originales, pinturas que sirvieron para portadas y varios libros. Entre las historietas más antiguas que pueden consultarse en el museo, están algunas decenas de las míticas Pepín y Chamaco, de los años cuarenta y cincuenta. De los sesenta tenemos muchas, aunque el museo no se especializa en colecciones, exponemos algunas valiosas, que incluyen centenares de ejemplares, como las de Rius: de Los Supermachos y Los Agachados; de La Familia Burrón de Gabriel Vargas; de Los Supersabios de Germán Butze; de Tawa de Cervantes Bassoco y otras colecciones de Fantomas, Chanoc y Memín, muchas cuidadosamente empastadas por sus mismos autores. En cuanto a originales también tenemos un centenar de obras de Pancho Flores, creador del Capitán Wings, probablemente el más admirado entre los propios historietistas mexicanos; originales de las revistas de Memín Pinguín, Hermelinda Linda y Chanoc; entre las portadas: destacan Rafael Gallur y Jorge Aviña, el portadista del Libro vaquero y la novela policíaca. En la biblioteca del MUCAHI se encuentran libros de la historia de la caricatura, la historieta mundial y mexicana, además de libros dedicados a caricaturistas nacionales y extranjeros. Entre las necesidades urgentes del MUCAHI, está precisamente catalogar su acervo de una manera profesional. Por otra parte déjame decirte que actualmente el MUCAHI tiene en resguardo gran parte de la obra de la obra de Joaquín Cervantes Bassoco recientemente fallecido, son miles de dibujos de las historietas de Wama, El pirata negro y Tawa, realizadas entre 1950 y 1970, a través del MUCAHI coleccionistas como Carlos Monsiváis adquirieron originales, los ingresos sirvieron para ayudar al tratamiento médico que requería el maestro Cervantes Bassoco, de todas las historietas que se ha vendido hemos procuramos digitalizarla de manera que la obra se conserve íntegra.

MC.- ¿Por qué el cambio de actitud en algunos personajes de historietas?, por ejemplo en La Familia Burrón o Chanoc ¿eran autocensuras de los argumentistas? o ¿se adaptaban a las nuevas costumbres mexicanas? ¿quién decidía si un personaje tendría una serie temática?

ES.- El MUCAHI ha sido fuente de consulta para la realización de tesis universitarias, te hablaré de una realizada y aprobada con mención honorífica en la UNAM por Maira Mayola Benítez, su eje principal es la obra de Gabriel Vargas, detalla un interesante análisis de la evolución de los personajes de La Familia Burrón. Al principio, el hijo de Don Regino, aparece fumando; la hija Macuca es bien noviera; Don Regino es capaz de darle cinturonazos a Borola porque se asolea en traje de baño en la azotea, era la época del entretenimiento. Posteriormente Borola se transforma en un ícono de la mujer que lucha por sacar a delante a su familia y además se «avienta» a organizar a sus vecinas para luchar contra la carestía y la inseguridad, es la época en la que la conciencia social convive con el entretenimiento. En el caso de Chanoc, el autor Ángel Martin de Lucenay, inicialmente establece que el personaje principal –Chanoc– es un joven pescador atrabancado -ante las injusticias- y muy enamorado, su padrino Tzekub es quien trata de llevarlo por el «buen camino». Al morir el escritor, Pedro Zapiain retoma el argumento y le imprime su propio estilo, ahora el parrandero y enamorado es Tzekub y Chanoc tiene que sacarlo de los enredos que provoca. En ambos casos el artista gráfico Ángel Mora, se acopló a la perfección con los escritores, por eso que la revista Chanoc se mantuvo por dos décadas entre las preferidas del público. El caso de Fantomas fue especial, Fantomas nace dentro de la serie Tesoro de Cuentos Clásicos, publicada por Editorial Novaro, apareció entre El Fantasma de la OperaSherlock Holmes… y otros clásicos adaptados a la historieta, pero Fantomas gustó mucho, tanto que se realizaron primero algunas decenas dentro de la misma serie hasta obtener su revista propia, Fantomas llegó a ser un ícono dentro de la historieta con legiones de admiradores en España y Latinoamérica.

MC.- ¿Cómo influían las historietas en la vida cotidiana? de las publicaciones gráficas con perfil histórico o textos de la SEP ilustrados… a la decadencia de las cursis porno-historietas

ES.- Las historietas nacen para divertir y hacer pasar un buen rato a los lectores infantiles, pero los niños crecen y sus lecturas también, los editores no pueden dejar pasar la oportunidad de venderles algo. En México se da un caso único en el mundo, de que se crean periódicos exclusivamente de historietas, con tirajes de un millón de ejemplares diarios y los consumidores son de todas las edades. Cuando se cierra el ciclo de las publicaciones diarias, nacen las publicaciones semanarias y algunas editoriales le apuestan a tener públicos más educados. Desde mediados de los cincuentas, editoriales como Novaro, publican títulos que narran la vida y la obra de literatos, pintores y músicos. Editorial Argumentos -hoy Editorial Vid– también en sus inicios publicó Biografías Selectas, como las de Hidalgo, Morelos, Zapata, etcétera. Es tanta la aceptación de la historieta que en los libros de texto gratuitos participan ilustrándolos desde historietistas de dibujo serio, como Antonio Cardoso, hasta «moneros» como Palomo, Dzib y Trino. Por otra parte a mediados de la década del sesenta irrumpe Eduardo del Río «Rius», con sus Supermachos, la primera historieta política del mundo. Hay una nueva crisis a mediados de los ochentas y todo se va al carajo. Algunos responsabilizan a la televisión, al cine de las ficheras, al fútbol, otros a la sobreexplotación de los creadores gráficos y literarios, el caso que a partir de entonces el cómic sobrevive con la publicación de las historietas «porno soft», pero están en plena decadencia.

MC.- Recién leía una entrevista que te hicieron para un blog del Perú y publicarás un libro en la Argentina con el editor Hernán Ostuni ¿por qué resulta atractivo el cómic mexicano en Sudamérica?

ES.- Novaro, Kaliman y Fantomas abrieron las puertas de Sudamérica a la historieta mexicana, recordemos por ejemplo que en Novaro participaron intelectuales como Luis Guillermo Piazza (argentino) y Alfredo Cardona Peña (costarricense); Kaliman es propuesto por el cubano Modesto Vázquez, es decir México se convierte en un perol de ideas que generan brebajes apetecibles no sólo para el consumo local. Por otra parte, considero que la inestabilidad social y la represión no permiten que se desarrollen los historietistas sudamericanos, la mayoría se consolida en Europa, la historieta mexicana es aceptada porque es ingeniosa, atractiva y nada «subversiva».

MC.- El primer número de El Metiche (diciembre, 1985) incluía una entrevista desde Cuernavaca con Rius, háblanos del chamuco de tierras zapatistas…

ES.- Rius tiene la virtud de ser excepcional tanto en la caricatura, como en la historieta. Mi tocayo Eduardo, trabajó como cartonista en casi todos los diarios mexicanos entre 1955 y 1966, pero por su actitud crítica e independiente, lo corrieron de todos lados. Rafael Viadana fue quien le propuso que hiciera historietas y hasta le recomendó el tema. Los Supermachos de Rius (1966-1968) tuvieron un éxito tremendo, pero la censura se impuso y Rius tuvo que abandonar la editorial e iniciar una larga lucha por recuperar los derechos sobre sus personajes. Cuando anda sin «chamba» quien le propone realizar un una nueva historieta es Guillermo Mendizábal, ex argumentista de Editorial Novaro, a él le debemos el Fantomas mexicano. Así nacen Los Agachados y Editorial Posada a mediados de 1968. El 29 de enero de 1969, Rius sufre un secuestro y un simulacro de fusilamiento durante el fatídico régimen diazordacista, no obstante Los Agachados se publican hasta a finales de la década del setenta. Rius fue un gran amigo de Heberto Castillo y Demetrio Vallejo, ex presos políticos que en 1974 fundaron el Partido Mexicano de los Trabajadores. Eduardo del Río «Rius» colaboraba como caricaturista en la revista del PMT, Insurgencia Popular, ahí lo conocí, porque dibujábamos juntos, mejor dicho yo hacia mis pininos. De manera que para cuando fundé El Metiche (1985), la primera revista de humor morelense, ya tenía diez años de amistad con Rius. La entrevista es muy divertida, Rius nos habla del Che Guevara, de fútbol -a propósito del Mundial México 86-, de la tele, de la censura gubernamental, del vegetarianismo, por entonces Rius cumplía 30 años de monero. El Metiche nace dentro de una historieta y su primera aparición es entre algunos personajes de Rius.

MC.- Antes de El Metiche dibujabas la contratapa de Insurgencia popular y colaboraste en La Garrapata ¿cómo era el humor político de la década 1975 a 1985? ¿quiénes se forjaron en ambas tiras contestatarias?

ES.- En Insurgencia Popular colaboré desde septiembre de 1975 hasta septiembre de 1985. Fueron 10 años de hacer caricatura política para la revista, volantes y carteles ilustrados, mantas, hasta pintas callejeras en las paredes. La Garrapata «El azote de los bueyes», fue una revista que nació en la época de mayor represión del gorila Díaz Ordaz, después del 2 octubre de 1968, obviamente no dura mucho y es clausurada. La revista de humor político renace a principios de los setenta, pero el no menos represor Luis Echeverría, la suprime. Es en la tercera época de La Garrapata (1979-1980) cuando me integro al equipo de moneros. En esa publicación dibujaron los mejores caricaturistas de México: Rius, Rogelio Naranjo, Helio Flores, Efrén, Magú, Dzib, Checo Valdés, por cierto, todos colaboradores de Insurgencia Popular. Pero además de los consagrados, en La Garrapata se forjaron muchos de los caricaturistas de hoy como: Rafael Barajas «El Fisgón», Kemchs, Rocha, Ahumada, Jis, Feggo, Ramón, Maral, Luis Alejandro y Sergio Arau (el roquero de Botellita de Jerez); bueno el caso es que La Garrapata fue una verdadera escuela para toda una generación de moneros, pues eran contados los medios donde se podía hacer crítica política independiente. Después aparecerían el unomásuno y La Jornada como publicaciones que abrieron espacios firmes para la libertad de expresión.

MC.- Finalmente, ¿qué pasa con el cartón político? de 30 colaboradores en La Garrapata, en la actualidad ¿cuántos moneros tienen espacios en la sección editorial? ¿qué panorama pinta la censura PANista?

ES.- Yo veo el panorama de la caricatura política de la siguiente forma: existen caricaturistas que se han ganado un espacio en el periódico que colaboran, pero no piensan dejarlo hasta morir, por desgracia aquí no hay jubilaciones; aquí comes si trabajas. Los caricaturistas están encerrados en un círculo que no les permite evolucionar, sus dibujos son los mismos de hace diez, veinte o treinta años y no se animan a hacer otra cosa, por el temor de verse sin el ingreso seguro. Es decir, hay muy pocas oportunidades para que nuevos caricaturistas ocupen su lugar. Por otra parte los dueños de los periódicos tienen una mente cuadrada, hace medio siglo el cartón político editorial era la cereza del pastel y hoy día pretende seguir siéndolo. Los dueños de los diarios no pueden aceptar que así como tienen un caricaturista de planta para la sección de opinión, puede haber otro monero para las secciones de: cultura, deportes, policíaca, social, científica, etcétera. Ya hay avances, pero son muy lentos, eso definitivamente abriría espacios para los nuevos caricaturistas. Por desgracia las líneas editoriales de las publicaciones exigen la menor cantidad de caricaturistas y para acabarla de joder y amolar, prefieren colaboradores extranjeros. La censura del gobierno es indirecta, la mayoría de las publicaciones viven de los ingresos por publicidad y convenios con el gobierno. Si un caricaturista «ofende al Estado», el gobierno no necesita censurar nada, para eso tiene al dueño del periódico. Muchos caricaturistas que colaboraban en diarios ya no lo hacen por no acceder a las pretensiones del dueño de la publicación.